Sicofantes en la corte del Kremlin
Con un entorno de ac¨®litos incentivados a asentir e incapaces de mostrarse en desacuerdo, Putin se ha visto privado de informaci¨®n realista y ha errado en sus decisiones estrat¨¦gicas
A una personalidad desp¨®tica no se le puede decir ¡°tu argumento es inexacto, sin fundamento y absurdo. Actuar en consecuencia ¨²nicamente producir¨¢ efectos indeseados¡±. Al d¨¦spota no se le puede decir ¡°te has equivocado¡±. Su ego narcisista y el miedo a las consecuencias de ser descubierto en el error lo impiden. Por ello apartan a los detractores que se?alan sus fallos y se rodean de una corte de sicofantes (sycophants) que corroboran sus prop¨®sitos. A diferencia de la habitual traducci¨®n al castellano ¨Dadulador, lisonjero¨D, el vocablo ingl¨¦s alude a una relaci¨®n ventajosa con la autoridad. El sicofante observa, analiza y descifra el pensamiento de su blanco. Detecta sus gustos, inclinaciones y temores e, inadvertidamente, se adelanta a expresarlos para ser validado desde un vanidoso reconocimiento mutuo. En resumidas cuentas, el sicofante act¨²a a modo de espejo donde se recrea el d¨¦spota inseguro y autocomplaciente. Shakespeare plasm¨® con maestr¨ªa sus habilidades en el personaje antagonista de Otelo, el moro de Venecia, el reptiliano Yago, quien le induce a matar aquello que m¨¢s ama, Desd¨¦mona.
Los entornos dictatoriales, donde reina el temor, son caldo de cultivo para los sicofantes, y as¨ª como el d¨¦spota crea al sicofante, ¨¦stos lo modelan a su imagen. Es el caso de Vlad¨ªmir Putin. En Todos los hombres del Kremlin, Mija¨ªl Zygar describe el fen¨®meno del ¡°Putin colectivo¡±, una cohorte de individuos que ha consolidado su liderazgo personalista. Inmerso en un entorno de ac¨®litos incentivados a asentir e incapaces de mostrarse en desacuerdo (recuerden la humillaci¨®n a Sergu¨¦i Narishkin, jefe del Servicio Exterior de Inteligencia, por atreverse a insinuar posibles alternativas) Putin se ha visto privado de inputs de informaci¨®n realista y, en consecuencia, errado en sus decisiones estrat¨¦gicas. La invasi¨®n de Ucrania ha reavivado el atlantismo zaherido por Trump, forjado a un h¨¦roe para los libros de historia ¨DZelenski¨D, fortalecido a la Uni¨®n Europea, debilitado el rublo, y dotado al pueblo ucranio de un relato nacionalista que lo cohesionar¨¢ por generaciones.
Se da la paradoja de que el presidente ruso, arquitecto de una superestructura de informaci¨®n e inteligencia y agitador de la propaganda como estrategia de guerra h¨ªbrida, al blindarse y quedar desconectado de la realidad se ha convertido en v¨ªctima de una espiral de desinformaci¨®n, v¨ªctima de s¨ª mismo. Putin anda furioso por el elevado coste de unos resultados que no casan con sus ansiadas expectativas, producto de un delirio ideol¨®gico genocida, y para remediarlo ha recurrido a la brutalidad expeditiva, concediendo a Alex¨¢nder Dvornikov, apodado El Carnicero por sus cr¨ªmenes contra la poblaci¨®n civil en la guerra de Siria, el mando de las tropas rusas. Un arma de terror psicol¨®gico para sojuzgar a los ciudadanos ucranios, a los que considera ¡°uno¡± con su amado pueblo ruso, que no lo sacar¨¢ del laberinto en el que se encuentra extraviado. @evabor3
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