Populismo encubridor
Las diferencias entre los partidos de Marine Le Pen y Jean-Luc M¨¦lenchon son tan notables en el paradigma populista como lo fueron en el liberal

Lo peor que le puede pasar a un concepto no es tanto que no describa con precisi¨®n aquello que pretende definir como que, adem¨¢s, se convierta en una ¡°palabra encubridora¡±, como califica el polit¨®logo Pierre Rosanvallon al t¨¦rmino ¡°populismo¡±. M¨¢xime si se hace con intenci¨®n de descalificar y deslegitimar cr¨ªticas o propuestas ajenas. Las elecciones francesas han vuelto a traer a primera plana este debate y nos permiten valorarlo con el desapasionamiento que da la distancia.
Bajo la palabra ¡°populismo¡± se alude a realidades que nada tienen que ver, lo que dificulta entender el fen¨®meno y darle respuesta. Los an¨¢lisis que se?alan que el populismo obtuvo en la primera vuelta el 45% de los votos lo hacen sumando los apoyos que recibieron Le Pen y M¨¦lenchon, interpretando en ellos un claro signo de malestar, rechazo al establishment y cr¨ªtica a las democracias liberales. Apelan as¨ª a los elementos que suelen identificarse con el populismo: nosotros versus ellos, preferencia por la democracia directa en detrimento de la intermediaci¨®n, repliegue hacia el Estado naci¨®n como rechazo de esta globalizaci¨®n y una cultura pol¨ªtica anclada en las emociones. O, como sintetizan algunos autores, la cr¨ªtica a las ¨¦lites y el rechazo del pluralismo.
Con m¨¢s o menos intensidad podemos encontrar estos elementos en ambas formaciones del pa¨ªs vecino. Sin embargo, erraremos si pensamos que apuntan en id¨¦ntica direcci¨®n. Entre otras cosas, porque el antiestablishment no siempre es antidemocr¨¢tico. Las dos formaciones apuntan un cambio de paradigma que impugna la democracia liberal, pero sus propuestas son radicalmente opuestas. En este terreno de juego populista que se contrapone a las democracias liberales, M¨¦lenchon representa a la izquierda y Le Pen a la derecha, como los socialistas representaban a la izquierda y Los Republicanos a la derecha en el marco liberal. Ese marco desvencijado, sobre cuyas ruinas se erige hoy Macron.
Las diferencias entre dichas opciones son tan notables en el paradigma populista como lo fueron en el liberal. Siguiendo en Francia, cada una de estas fuerzas recoge el testigo de corrientes antag¨®nicas. Cuando el Frente Nacional ¨Dhoy RN¨D se fund¨® en 1972, reuni¨® organizaciones que se defin¨ªan como ¡°derecha nacionalista¡±: neonazis, nost¨¢lgicos de P¨¦tain y otros grupos que compart¨ªan el antisemitismo, fuertes sentimientos xen¨®fobos y el odio al gaullismo. En el lado contrario, Francia Insumisa es heredera del anterior Partido de Izquierda, procedente de tradiciones marxistas a las que va trascendiendo para dar lugar a una propuesta m¨¢s amplia, contempor¨¢nea y orientada hacia la profundizaci¨®n democr¨¢tica.
A d¨ªa de hoy, un repaso por la literatura especializada muestra que entre todos los elementos que hoy distancian a la izquierda y a la derecha populista subyace el car¨¢cter excluyente de esta ¨²ltima. Excluyente con quienes se alejan de los patrones de su idea de pueblo entendido como un solo hombre ¨Dblanco, cat¨®lico, heterosexual¨D. En el fondo, un ataque a los valores y principios de convivencia democr¨¢tica. Poco favor le har¨ªamos a las democracias si no somos capaces de diferenciar algo tan evidente. Es m¨¢s: pecar¨ªamos del simplismo del que habitualmente se acusa al populismo.
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