Cuadro econ¨®mico

La reciente presentaci¨®n del Programa de Estabilidad 2022-2025 en Bruselas, requisito obligatorio que todos los Estados miembros deben cumplir anualmente ante la Comisi¨®n Europea, perfila un futuro ambivalente. Por un lado, el nuevo escenario plurianual subraya un enfoque prudente, con crecimiento pausado del PIB (y, aun as¨ª, superior a los pa¨ªses de nuestro entorno) y una reducci¨®n parsimoniosa de la deuda y el d¨¦ficit p¨²blicos: pesa en el dise?o, la incertidumbre internacional, sobre todo por la guerra en Ucrania. Pero el Gobierno lo acompa?a de optimismo en cuanto al comportamiento futuro del mercado laboral, la estrella de los ¨²ltimos meses de recuperaci¨®n.

El Ejecutivo ha tomado nota de la actual situaci¨®n de la econom¨ªa, afectada como est¨¢ por los altos precios y el freno en las expectativas de crecimiento (que el Gobierno rebaj¨® la pasada semana desde el 7% previsto en septiembre a un modesto pero positivo 4,3%). El marco fiscal que plantea llevar¨ªa a una reducci¨®n del d¨¦ficit p¨²blico desde el 6,9% del PIB en 2021 hasta un 2,9% en 2025, senda que reafirma la ya presentada en 2021, cuando las perspectivas de crecimiento de la econom¨ªa espa?ola eran mucho m¨¢s s¨®lidas que las actuales.

De esta manera, Espa?a pretende certificar un compromiso con la estabilidad fiscal que va a ser imprescindible para garantizar la sostenibilidad de nuestras cuentas p¨²blicas (y cumplir el objetivo que declara en el documento de lograr ¡°una recuperaci¨®n inclusiva que no deje a nadie atr¨¢s¡±). Con m¨¢s motivo a¨²n ahora que el Banco Central Europeo no va a mantener las compras masivas de deuda p¨²blica que reinici¨® con la crisis de la pandemia. El programa incluye hip¨®tesis realistas sobre la evoluci¨®n de nuestra econom¨ªa: a un menor crecimiento econ¨®mico previsto, se unen unos costes energ¨¦ticos que no regresar¨¢n a los precios existentes en 2021 hasta m¨¢s all¨¢ de 2025. Este realismo es necesario para construir marcos fiscales s¨®lidos, que no se conviertan en papel mojado al menor rev¨¦s. M¨¢s esperanzadora es la perspectiva sobre el mercado de trabajo, que supone que, para 2025, Espa?a tendr¨¢ una tasa de paro por debajo del 10%, una cifra que no se ve¨ªa desde antes de la crisis financiera internacional de 2008.

Con este escenario, el Gobierno ha presentado una estrategia fiscal que se centra en una notable reducci¨®n del gasto p¨²blico, que hace caer en seis puntos del PIB despu¨¦s de haberse disparado por los apoyos extraordinarios de 2020 y 2021 (aunque pueda discutirse el alcance de la actualizaci¨®n de las remuneraciones p¨²blicas ante la dificultad del pacto de rentas, o recalibrarse el impacto autom¨¢tico, en un a?o, de la inflaci¨®n en las pensiones). Los ingresos se mantienen por encima del 41% del PIB, esto es, por encima de los niveles medios de la ¨²ltima d¨¦cada. De hacer real esta estrategia, Espa?a podr¨ªa dejar atr¨¢s su insuficiencia estructural de ingresos p¨²blicos, reduciendo ¡ªpero no eliminando¡ª su hist¨®rico diferencial con la Uni¨®n Europea. Salvando la excepcionalidad de la crisis de la covid-19, se situaba en torno a los seis puntos. Este cuadro econ¨®mico est¨¢ sometido a las numerosas incertidumbres de la situaci¨®n actual, pero como punto de partida debe saludarse como una estrategia fiscal ¨²til.