El Banco de Espa?a y la Airef piden al Gobierno que defina este mes su estrategia fiscal
Las revisiones a la baja de las previsiones de crecimiento fuerzan al Gobierno a recortar la suya en el pr¨®ximo Programa de Estabilidad que enviar¨¢ a Bruselas a final de abril. La cifra estar¨¢ por encima del 4,5%
El Banco de Espa?a y la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) han estado reclamando desde que estall¨® la pandemia un plan para enderezar las cuentas p¨²blicas, lastradas por un d¨¦ficit y una deuda muy elevadas. La idea era que se dise?ase con tiempo para dar confianza y poder llevarlo a cabo de forma m¨¢s paulatina, eludiendo los ajustes abruptos que tanto da?o supusieron durante la pasada crisis financiera y del euro.
Sin embargo, la invasi¨®n de Ucrania ha cambiado el escenario. La inflaci¨®n aparece como un problema mucho m¨¢s persistente de lo que se hab¨ªa previsto y va a provocar que se retiren los est¨ªmulos del Banco Central Europeo (BCE). El eurobanco podr¨¢ reinvertir las compras ya hechas con flexibilidad para aplacar tensiones que puedan surgir en las primas de riesgo. Pero aun as¨ª habr¨¢ un encarecimiento de la financiaci¨®n y en alg¨²n momento, aunque sean suavizadas, volver¨¢n las reglas fiscales que exigen sanear las cuentas.
Ante este escenario, los dos organismos independientes, el Banco de Espa?a y la Autoridad Fiscal, han pedido en las ¨²ltimas semanas que el Gobierno aproveche el pr¨®ximo Programa de Estabilidad, que tiene que remitir a Bruselas a finales de este mes, para recoger un plan de consolidaci¨®n fiscal gradual y compatible con el crecimiento. La urgencia es mayor con un desfase en las cuentas que este a?o acabar¨¢ en torno al 4% del PIB, una cifra equivalente a la mitad de la recaudaci¨®n por IRPF. M¨¢xime cuando el BCE no va a tener el mismo margen para actuar con una inflaci¨®n tan elevada. Economistas como Larry Summers defienden que con las actuales subidas de precios, los tipos de inter¨¦s reales, una vez se resta la inflaci¨®n, en realidad se encuentran profundamente en negativo. Y en consecuencia har¨ªa falta subir m¨¢s los tipos para luchar contra la inflaci¨®n. En el BCE se espera que la menor actividad por la crisis de Ucrania, la contenci¨®n del mercado laboral y las fuerzas deflacionarias que ya exist¨ªan ayuden a reconducir la inflaci¨®n.
¡°Es importante que la pol¨ªtica fiscal proporcione certezas sobre el compromiso con la estabilidad presupuestaria en un contexto de elevada incertidumbre como la actual, que se puede reflejar, por ejemplo, en tensiones en los mercados financieros¡±, se?al¨® hace unos d¨ªas el gobernador del Banco de Espa?a, Pablo Hern¨¢ndez de Cos, en un discurso. En su opini¨®n, con un plan gradual se podr¨ªa minimizar la posibilidad de cambios bruscos que lastren la recuperaci¨®n en curso. Y a?ad¨ªa: ¡°La actualizaci¨®n del Programa de Estabilidad de Espa?a puede ser un buen momento para efectuar este ejercicio de manera profunda¡±.
Por su parte, la Autoridad Fiscal ya pidi¨® el a?o pasado que se emplease el Programa de Estabilidad para desgranar este plan. Y este a?o ha vuelto a hacerlo en su informe sobre Presupuestos de la semana pasada: ¡°El nuevo escenario de crisis abierto tras la invasi¨®n de Ucrania puede alterar el proceso de normalizaci¨®n de las condiciones monetarias que se esperaban a lo largo de 2022 como consecuencia del fuerte repunte de la inflaci¨®n global, acelerando el proceso de retirada de est¨ªmulos y deteriorando las condiciones de financiaci¨®n¡±. Y agregaba que la guerra de Ucrania generar¨ªa nuevas necesidades de inversi¨®n en defensa y energ¨ªas renovables. A ello adem¨¢s habr¨ªa que sumar ¡°el desaf¨ªo conocido del envejecimiento de la poblaci¨®n y el mayor gasto en pensiones, que de no ser financiado con ingresos adicionales se traducir¨¢ en un incremento muy significativo del endeudamiento desde unos niveles hist¨®ricamente muy elevados¡±, apuntaba la Airef.
Por todas estas razones, la instituci¨®n encargada de vigilar las cuentas p¨²blicas recomendaba que, al tiempo que se toman medidas a corto para aliviar la crisis energ¨¦tica, ¡°se establezca una estrategia de medio plazo que permita alcanzar una senda realista y cre¨ªble de reducci¨®n de deuda una vez retiradas las medidas¡±. Y conclu¨ªa que ¡°la actualizaci¨®n del Programa de Estabilidad ser¨ªa una buena oportunidad para plasmar de forma completa y adecuada todos estos elementos¡±.
No obstante, la presidenta de la Airef, Cristina Herrero, ha explicado en varias ocasiones que el Programa de Estabilidad no est¨¢ sirviendo como deber¨ªa para planificar el presupuesto en un horizonte a medio plazo. En gran medida porque presenta un escenario fiscal durante cuatro a?os a pol¨ªticas constantes, sin fijar objetivos ni cuantificar medidas salvo algunas ya previstas. Hay otros pa¨ªses como Alemania y Reino Unido que concretan mucho m¨¢s sus iniciativas a largo, ha se?alado Cristina Herrero. Adem¨¢s, en Espa?a tampoco se incorporan los efectos de las reformas anunciadas. Por ejemplo, en el ¨²ltimo no se contabilizaba el impacto de la reforma de pensiones sobre el gasto. La semana pasada la Autoridad Fiscal recordaba que al actualizarlas con el IPC la partida de prestaciones de jubilaci¨®n aumentar¨¢ en unos 1.500 millones por cada punto de inflaci¨®n.
La comisi¨®n de expertos para la reforma fiscal ya ha publicado un documento con propuestas que servir¨ªan para aumentar los ingresos. Sin embargo, la invasi¨®n de Ucrania dio al traste con la ventana de oportunidad. Ya en 2023 comenzar¨¢ el ciclo electoral y cualquier subida de impuestos quedar¨¢ en principio postergada hasta la pr¨®xima legislatura.
Como parte de la actualizaci¨®n del Programa de Estabilidad, el Gobierno prepara un nuevo cuadro macro despu¨¦s de un a?o resisti¨¦ndose a cambiarlo. En el ¨²ltimo elaborado para los Presupuestos de 2022 se mantuvo un crecimiento del 7% para este a?o. Pero las recientes revisiones de instituciones y analistas lo sit¨²an muy por debajo: el Banco de Espa?a la ha rebajado al 4,5%; la Airef al 4,3%; Funcas al 4,2%; BBVA al 4,1%, y CaixaBank al 4,2%. En general, coinciden en que casi la mitad del crecimiento procede de los fondos europeos, se?alan el golpe que supone el aumento de precios para la econom¨ªa espa?ola y que la renta disponible de las familias retroceder¨¢ en t¨¦rminos reales por la inflaci¨®n.
Aun as¨ª, todav¨ªa se trata de cifras de crecimiento robustas. Pero el Ejecutivo quiere poner un n¨²mero m¨¢s elevado confiando en que se conseguir¨¢ bajar el precio de la electricidad poniendo un tope a la cotizaci¨®n del gas, el empleo est¨¢ evolucionando de forma positiva, el turismo ir¨¢ muy bien, queda mucho ahorro en las familias del que tirar, y el gasto de los fondos europeos por fin ha tomado velocidad de crucero.
El coste de las pensiones con la inflaci¨®n
La Autoridad Fiscal ha advertido de que la inflaci¨®n generada por un shock de oferta en la energ¨ªa y los cuellos de botella no sirve para corregir el d¨¦ficit p¨²blico. Aunque es verdad que aumenta los ingresos, a medio plazo los gastos tambi¨¦n se elevan al tener que pagar m¨¢s por intereses, pensiones, sueldos y contratos. Y el deterioro del poder adquisitivo acaba detrayendo tambi¨¦n recaudaci¨®n. Al final es pr¨¢cticamente lo comido por lo servido, destacaba la Airef.
Aunque no lo ha mencionado de manera expl¨ªcita, el gobernador del Banco de Espa?a ha hecho una referencia a las mejoras de sueldos de funcionarios y de pensiones declarando que ¡°habr¨ªa que evitar las cl¨¢usulas autom¨¢ticas de indexaci¨®n en las partidas de gasto¡±. Si bien se refiere a todas, pensiones y funcionarios son los dos mayores desembolsos de las Administraciones. Tras la reciente reforma de pensiones, las prestaciones tienen garantizadas la subida autom¨¢tica con el IPC y el Ejecutivo ha insistido en que pretende mantenerlo as¨ª. De cumplirse las previsiones, la Seguridad Social tendr¨ªa que aumentar el gasto el a?o que viene en m¨¢s de 10.000 millones solo por la actualizaci¨®n. Es decir, Hern¨¢ndez de Cos estar¨ªa sugiriendo que el gasto p¨²blico forme parte del pacto de rentas que ha reclamado para que trabajadores y empresas encajen parte de la p¨¦rdida de poder adquisitivo procedente de fuera por la energ¨ªa.
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