La unidad de la izquierda en la pluralidad de sus voces
Si hay algo positivo en el perfil de Yolanda D¨ªaz es que ya sabe que eso de gobernar es algo m¨¢s espinoso y complejo de lo que suelen contener las consignas
Lo que distingue el nuevo proyecto de Yolanda D¨ªaz de Podemos es que nunca ha parecido sentirse mal en el Gobierno al que pertenece. Ha podido mantener distancias p¨²blicas en algunas cuestiones, pero sin desafinar en exceso. Ha sido una voz amable que sintonizaba sin problemas con la tarea encomendada. Y eso tiene un importante valor en nuestro enrarecido ambiente pol¨ªtico, donde el despelleje de todos a todos est¨¢ a la orden del d¨ªa. A?¨¢danle algunos de los atributos de su personalidad ¡ªsu omnipresente sonrisa, por ejemplo¡ª, o su incansable b¨²squeda de acuerdos en el di¨¢logo social, y se explica por qu¨¦ es el pol¨ªtico m¨¢s valorado. En dos palabras, ni polariza ni se pierde en guerras culturales; prefiere ir a lo suyo.
La cuesti¨®n que se suscita, sin embargo, es si dichas particularidades son compatibles con el liderazgo mucho m¨¢s rudo y ¡°masculino¡± de Unidas Podemos, inclinado, casi por imperativo metodol¨®gico, a la indignaci¨®n permanente, a la confrontaci¨®n como arma de acci¨®n pol¨ªtica. Creo que no, y por eso mismo no le ser¨¢ f¨¢cil ¡°sumarles¡± a su proyecto. Lo interesante del caso, sin embargo, es que no les queda otra, van a tener que tragar, a menos que Pablo Iglesias decida regresar a la primera l¨ªnea de la pol¨ªtica para tratar de restaurar el Podemos originario. Es poco probable, porque el recurso a D¨ªaz nace precisamente de la necesidad de unificar todo ese archipi¨¦lago en que hab¨ªan devenido las tribus a la izquierda del PSOE. Se mire como se mire, es o ella o la irrelevancia.
Vamos a asistir, por tanto, a un curioso ensayo de ingenier¨ªa pol¨ªtica. Y ya sabemos lo que se requiere para el ¨¦xito de este tipo de empresas: liderazgo m¨¢s organizaci¨®n. O mejor, un l¨ªder bien sintonizado a un aparato de partido. D¨ªaz satisface el primer requisito, pero, por lo dicho, va a tener m¨¢s dif¨ªcil gozar de lo segundo. Es m¨¢s, pretende construir sin previamente haber asentado esa segunda pata. De ah¨ª el nombre, Sumar, o lo imprevisible del proyecto. Porque aquellos que est¨¢n m¨¢s organizados, Unidas Podemos, parecen ser tambi¨¦n los menos entusiastas. Temen perder el control y eso es imperdonable en cualquier organizaci¨®n pol¨ªtica. La soluci¨®n estar¨ªa en un tercer elemento indispensable para asentar cualquier proyecto pol¨ªtico: el discurso, la ideolog¨ªa o como quieran llamarlo. No basta con recurrir a la f¨¢cil ubicaci¨®n espacial, eso de estar a la izquierda de la izquierda. ?En qu¨¦ se concreta esa posici¨®n en las circunstancias actuales? ?Cu¨¢les son sus rasgos diferenciales con el PSOE? ?C¨®mo piensan abordar los retos del futuro? Todas ellas son todav¨ªa cuestiones abiertas a la espera de una respuesta. A este respecto, el antecedente de la candidatura andaluza no ha ofrecido se?ales demasiado estimulantes. Se limit¨® a ser un reparto de cromos entre los grupos y buenas palabras.
Y, sin embargo, es el aspecto m¨¢s relevante cara a su competencia con el PSOE, aunque tambi¨¦n el m¨¢s dif¨ªcil. Si hay algo que es positivo en el perfil de Yolanda D¨ªaz es que, tras su estancia en el Gobierno, ya sabe que eso de gobernar es algo m¨¢s espinoso y complejo de lo que suelen contener las consignas. Muchas de ellas se diluyen como azucarillos una vez enfrentadas a la realidad de las cosas. La ventaja de la socialdemocracia es que esto ya lo ha interiorizado, dej¨¢ndose por el camino buenas dosis de utopismo. C¨®mo conservar el halo ut¨®pico de la izquierda sin caer en f¨®rmulas m¨¢gicas deber¨ªa ser la aspiraci¨®n b¨¢sica de su nuevo discurso. El m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa.
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