Nuestros padres fundadores
El Contubernio de M¨²nich, del que ahora se cumplen 60 a?os, coloc¨® la primera piedra de la reconciliaci¨®n, condici¨®n necesaria para levantar la nueva estructura democr¨¢tica
El esp¨ªritu de nuestra democracia fue invocado por primera vez hoy hace exactamente 60 a?os. Ellos mismos dijeron que los congregados hab¨ªan sido 118. De mon¨¢rquicos liberales a nacionalistas responsables, desde socialistas republicanos o democratacristianos accidentalistas. En 1936 podr¨ªan haberse asesinado en las trincheras, pero que aquel 5 de junio de 1962, tras mucho trabajo diplom¨¢tico y silencioso, se reconoc¨ªan en los salones del Hotel Regina de M¨²nich para pactar una hoja de ruta que nos permitiese ser ciudadanos europeos. Eran vencedores y vencidos de la guerra civil, opositores del interior y del exilio juntos, convencidos de que la dictadura condenaba la libertad de todos los espa?oles y comprometidos en su refundaci¨®n pol¨ªtica en el horizonte de una Europa com¨²n y en construcci¨®n. Mientras tanto, el franquismo ya ten¨ªa en marcha una operaci¨®n para abortarlo, preparaba una respuesta represiva (multas, exilios, confinamientos) y activaba una burda campa?a de difamaci¨®n. Le llamaron contubernio porque siempre pensaron que Espa?a era una y suya, pero lo que all¨ª ocurri¨® fue exactamente lo contrario: se estaba colocando la primera piedra de la reconciliaci¨®n, condici¨®n necesaria para levantar la nueva ciudad democr¨¢tica.
Donde mejor puede reseguirse la organizaci¨®n del contubernio es en el archivo de Manuel de Irujo, dirigente del PNV que hab¨ªa sido ministro de Justicia del Gobierno constitucional durante la guerra. Miles de documentos sobre los trabajos y los d¨ªas del exilio republicano. Leerlos entristece: es la cr¨®nica de una frustraci¨®n permanente. Al mismo tiempo, enorgullece: atestigua la pervivencia de una llama de esperanza. Dos p¨¢ginas mecanografiadas del 28 de junio de 1960. El resumen de la en¨¦sima reuni¨®n planificando una acci¨®n que dif¨ªcilmente se convertir¨¢ en realidad. A los vascos les ha visitado Enric Adroher Gironella, hist¨®rico militante del POUM (Partido Obrero de Unificaci¨®n Marxista), que en la Guerra Fr¨ªa se ha reconvertido en activista de un europe¨ªsmo que tambi¨¦n se concibe como un dique para frenar la expansi¨®n sovi¨¦tica. Les cuenta un proyecto que lidera Salvador de Madariaga y puede impulsarse desde el Movimiento Europeo, influyente plataforma fundada por Winston Churchill, organizada en comit¨¦s nacionales y cuyo prop¨®sito es reforzar el europe¨ªsmo. Ser¨ªa ¡°un primer contacto personal entre las gentes de dentro y de fuera de Espa?a para forzar una evoluci¨®n democr¨¢tica, anota Irujo, ¡°la asamblea tendr¨ªa gran resonancia internacional y sus conclusiones pr¨¢cticas ser¨ªan las de que Espa?a no puede entrar en Europa mientras no se democratice¡±. Falta dos a?os para llegar a M¨²nich.
Meses y meses de cartas y reuniones, m¨²ltiples actores y diversas entidades conjuradas para tramar una operaci¨®n con un doble objetivo: cortocircuitar los acuerdos comerciales que el desarrollismo franquista quer¨ªa establecer con el Mercado Com¨²n y, a la vez, fijar esa hoja de ruta de m¨ªnimos que le permitiese a Espa?a integrarse en el proyecto europeo. En Madrid, en una de las secciones de la Asociaci¨®n Espa?ola de Cooperaci¨®n Europea, que por entonces presid¨ªa Jos¨¦ Mar¨ªa Gil Robles, se redactaba una propuesta de resoluci¨®n inspirada por Dionisio Ridruejo. Cuando en el exilio la leyeron, compar¨¢ndola con la suya, les sorprendi¨® por la ambici¨®n de la ruptura moderada, pero finalmente ruptura, que esbozaba. Y desde las tres de la tarde del 5 de junio y hasta el d¨ªa siguiente estar¨ªan transaccionando para acabar consensuando una resoluci¨®n. Fue aprobada por aclamaci¨®n, certificaba el fin de la guerra civil, en palabras de Madariaga. Tambi¨¦n era el canto del cisne de una generaci¨®n cuyo centro vital fue la tragedia b¨¦lica y que apostaron por superarla a trav¨¦s de Europa y la democracia.
La tarde del d¨ªa 6 algunos de los asistentes visitaron Dachau. Fernando ?lvarez de Miranda ¡ªser¨ªa presidente del Congreso tras las elecciones de 1977¡ª record¨® siempre la plegaria que rezaron all¨ª en recuerdo de los espa?oles muertos en los campos de concentraci¨®n. El sobrio poeta Mari¨¤ Manent, conmocionado por las im¨¢genes del horror, se rebel¨® en su dietario contra ese insulto a la dignidad humana. La esperanza se enraizaba al trauma continental. Nuestros padres fundadores estaban invocando el esp¨ªritu de la democracia.
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