Pobreza y pol¨ªtica
La exclusi¨®n social distancia a quienes la padecen de la pol¨ªtica en un c¨ªrculo vicioso que debilita a la propia democracia
La correlaci¨®n entre pobreza o exclusi¨®n social y desconexi¨®n de la pol¨ªtica se traduce en un persistente abstencionismo electoral. No es un fen¨®meno nuevo ni solo espa?ol, pero est¨¢ viviendo una agudizaci¨®n cronificada que exige al menos una toma de conciencia sobre la magnitud del problema y la erosi¨®n democr¨¢tica que produce. Los m¨¢s pobres no votan, no participan en m¨ªtines porque no les llegan, se sienten excluidos de debates que no afectan a sus situaciones reales. La consecuencia es la autoexclusi¨®n de un sistema democr¨¢tico que ha dejado de interpelarlos. La baja participaci¨®n de este segmento de la poblaci¨®n se ha convertido en una mala noticia rutinaria tanto en Espa?a como en Europa en cada cita electoral. En el chequeo a fondo de Andaluc¨ªa que EL PA?S est¨¢ realizando esta semana con motivo de los comicios del domingo, volv¨ªa a emerger esa realidad que se ha ido cronificando. En las ¨²ltimas elecciones auton¨®micas andaluzas de 2018 la abstenci¨®n general estuvo por encima del 41%, pero es un dato que no refleja la distribuci¨®n social del abstencionismo. En los barrios m¨¢s pobres suele estar por encima. En 2018 fue del 51% en el distrito Palma-Palmilla de M¨¢laga o del 43% en el distrito Norte de Granada, y hablamos de una comunidad aut¨®noma que tiene siete de los 10 barrios m¨¢s pobres de las grandes ciudades de Espa?a, seg¨²n datos del INE de este a?o.
La crisis que arranc¨® en 2008 y que ha vivido ya dos mutaciones, primero tras la pandemia y despu¨¦s con la actual guerra en Ucrania, se ha cebado con quienes ten¨ªan menos reservas de todo tipo ¡ªde cualificaci¨®n profesional, de entorno familiar, de medio social¡ª y solo ha agravado las condiciones para que la desafecci¨®n democr¨¢tica siga aumentando precisamente entre quienes solo tienen al Estado como v¨ªa de protecci¨®n. La pobreza avanza a la par que la desconexi¨®n pol¨ªtica con efectos letales para el mismo sistema democr¨¢tico. Durante la pandemia, la cifra de andaluces en situaci¨®n de ¡°exclusi¨®n severa¡± pas¨® de los 600.000 a casi el doble en 2021, es decir, el 13,9% de la poblaci¨®n, seg¨²n el informe de la Fundaci¨®n Foessa, de C¨¢ritas Espa?a, para 2022. Si se suma la exclusi¨®n moderada, la cifra alcanza un perturbador 26% de la poblaci¨®n, es decir, hasta los 2,2 millones. Las ayudas econ¨®micas p¨²blicas son de tan poca cuant¨ªa que no permiten escapar al bucle de la pobreza, y los acuerdos para compatibilizar las ayudas auton¨®micas y del Gobierno tampoco han llegado a ejecutarse. El rescate social y democr¨¢tico de quienes han quedado socialmente excluidos, o est¨¢n en riesgo de serlo, deber¨ªa ser una prioridad de las pol¨ªticas p¨²blicas. El voto expresa en un solo acto una pluralidad de competencias de las que carecen centenares de miles de ciudadanos que sienten que la democracia no va con ellos. O quiz¨¢ peor, que la democracia va contra ellos.
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