Hambre: las muertes que s¨ª podemos evitar

Mientras los miembros de la Alianza Atl¨¢ntica se reun¨ªan en Madrid, y contin¨²an los ataques sobre Kiev, el contador que m¨¢s r¨¢pido crece es de las v¨ªctimas que se suman en ?frica y otras partes del planeta. Son las otras v¨ªctimas de conflictos como la guerra de Ucrania, las m¨¢s numerosas, las m¨¢s invisibles: 49 millones de personas, algo m¨¢s que el equivalente a la poblaci¨®n total de Espa?a, pueden morir por una hambruna inminente. Hasta 14 millones de ellas son ni?os y ni?as.

En el Sahel occidental ¡ªsobre todo en Nigeria, N¨ªger, Burkina Faso, Chad y Mal¨ª¡ª el n¨²mero de personas que necesitan ayuda alimentaria de emergencia se ha quintuplicado entre 2015 y 2022, de 7 a 38 millones. Mientras, el cuerno de ?frica ¡ªKenia, Etiop¨ªa y Somalia principalmente¡ª sufre su sequ¨ªa m¨¢s larga en los ¨²ltimos 40 a?os y 23 millones de personas se enfrentan al hambre extrema.

Las cifras son, si cabe, m¨¢s preocupantes en el caso de los menores de cinco a?os y de las mujeres, que son siempre los m¨¢s vulnerables. En los 15 pa¨ªses m¨¢s afectados, el n¨²mero de ni?os y ni?as con desnutrici¨®n aguda grave ha aumentado desde principios de este a?o en 260.000 ni?os m¨¢s ¡ªun ni?o cada minuto¡ª, hasta alcanzar casi los ocho millones. Solo en Somalia, 350.000 ni?os y ni?as podr¨ªan morir este mismo verano si no reciben tratamiento, mientras que en el Sahel un total de 6,3 millones sufrir¨¢n desnutrici¨®n aguda, lo que supone un aumento del 28% respecto al a?o pasado.

Lo dicen los n¨²meros y lo dice cada una de las personas que trabajan como cooperantes en los pa¨ªses afectados: el tsunami que est¨¢ llegando es de unas dimensiones nunca vistas. Por eso, los directores de las cuatro organizaciones firmantes ¡ªSave the Children, Oxfam Interm¨®n, Acci¨®n contra el Hambre y UNICEF Espa?a¡ª, instamos a una respuesta pol¨ªtica a la altura de las circunstancias. Nosotras ya trabajamos juntas para afrontar esta crisis sin precedentes, pero necesitamos el apoyo de todos: gobiernos, sociedad civil y medios de comunicaci¨®n.

Sabemos que nuestras sociedades han sufrido estos dos ¨²ltimos a?os una pandemia, desastres naturales y ahora una guerra. Es humano que no quieran seguir la informaci¨®n de m¨¢s cat¨¢strofes, como refleja el ¨²ltimo Digital News Report, de la Fundaci¨®n Reuters y la Universidad de Oxford. Padecemos de fatiga informativa, pero confiamos en una sociedad como la espa?ola, que ha respondido a una crisis de personas refugiadas como la de Ucrania con una solidaridad inmensa. Confiamos en hacerle ver tambi¨¦n cu¨¢les son las otras v¨ªctimas de esta guerra. Porque si la inflaci¨®n est¨¢ castigando a las familias espa?olas, a¨²n m¨¢s duramente lo est¨¢ haciendo con muchas familias africanas y de otras zonas del mundo, v¨ªctimas de la vertiginosa subida del precio de los alimentos y de los carburantes, pero tambi¨¦n de las llamadas tres c: conflictos, crisis clim¨¢tica y covid-19. Y confiamos en que los gobiernos, y quienes toman las decisiones, sean sensibles y contribuyan a evitar esta tragedia en ciernes.

M¨¢s all¨¢ de la cooperaci¨®n militar, las potencias unidas en la cumbre de la OTAN deben ofrecer una respuesta integral a los efectos m¨¢s amplios de las guerras, como esta crisis alimentaria global. Estados Unidos ya se ha adelantado destinando 4.300 millones de d¨®lares para ayuda humanitaria en su ¨²ltimo paquete de apoyo a Ucrania, un monto que incluye expl¨ªcitamente las crisis de seguridad alimentaria fuera de ese pa¨ªs. Pero la respuesta a una gran crisis global debe ser multilateral. Por eso, el pr¨®ximo encuentro del G-20 en noviembre debe centrarse tambi¨¦n en abordar lo que todav¨ªa es evitable.

Asimismo, es importante desbloquear el grano almacenado en los silos de Ucrania: 25 millones de toneladas que se pudrir¨¢n si no se exportan. Decenas de millones m¨¢s se pueden cosechar en los pr¨®ximos meses, pero no hay lugar para almacenarlos hasta que no salga el cereal almacenado. Las iniciativas para trasladar el grano en tren, auspiciadas por Espa?a, son bienvenidas, pero no son suficientes.

A la vez, hay que movilizar los fondos humanitarios necesarios, garantizando el acceso y la protecci¨®n de las personas en situaci¨®n de riesgo, especialmente los ni?os y ni?as. Le pedimos al Gobierno que incremente la ayuda humanitaria al 10% de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) en 2022 y 2023, que promueva pol¨ªticas que aseguren el acceso a servicios b¨¢sicos en sociedades ya de por s¨ª m¨¢s expuestas, invirtiendo en herramientas y acciones que identifiquen futuros riesgos y mejoren su resiliencia ante pr¨®ximas crisis.

El hambre es un fracaso colectivo y es inaceptable que una sola persona siga muriendo por ella en un mundo en el que hay suficientes alimentos para todos y soluciones para atajar la desnutrici¨®n infantil. Actuemos juntos y evitemos que la historia se repita.