La malnutrici¨®n en ?frica: ¡°Vivimos algo nunca visto¡±
La subida de precios de los alimentos b¨¢sicos, unida a los conflictos y las crisis clim¨¢ticas, desfonda al Sahel y la regi¨®n oriental del continente
La peque?a Djawahir Adam, con apenas siete meses, se aferra a la vida a trav¨¦s de un tubo de ox¨ªgeno conectado a su nariz. Desde que ingres¨® en el hospital con malnutrici¨®n aguda severa, su madre, Goumsou Tidjani, no le quita la vista de encima. Pero no est¨¢n solas. Todas las salas de la unidad de nutrici¨®n de este hospital de Yamena, la capital de Chad, est¨¢n a reventar de madres y beb¨¦s, algunos de ellos al borde de la muerte, sin fuerzas siquiera para llorar. Tan desbordados est¨¢n que el jueves tuvieron que negar las primeras admisiones. ¡°Es una decisi¨®n dur¨ªsima para un sanitario¡±, asegura Ousmane Ahmat, enfermero jefe de esta unidad financiada por la Uni¨®n Europea, ¡°pero vivimos algo nunca visto¡±. Con una capacidad para 60 ni?os, acogen a 106. En lo que va de a?o han atendido el doble de casos que en 2021. ¡°La subida escandalosa de los precios de los productos alimenticios b¨¢sicos est¨¢ detr¨¢s de este pico¡±, a?ade.
Basta acercarse al bullicioso mercado de Yamena para ver la diferencia. A principios de a?o, un litro y medio de aceite costaba 1.000 francos CFA (unos 1,5 euros), pero hoy est¨¢ a 2.200 francos (unos 3,3 euros); un saco de arroz de 100 kilos val¨ªa 60 euros y en la actualidad cuesta m¨¢s de 80; un pan ten¨ªa el precio de 15 c¨¦ntimos de euro y ahora est¨¢ a 22. Para uno de los pa¨ªses m¨¢s pobres del mundo, donde una tercera parte de sus 17 millones de habitantes sufre inseguridad alimentaria, estas diferencias son enormes. ¡°Este es el peor a?o que recuerdo. Si ya estamos al 180% de nuestra capacidad, cuando el verdadero pico estacional comience en junio no s¨¦ qu¨¦ vamos a hacer¡±, a?ade Ahmat, de la ONG Alima. Los otros cuatro servicios de atenci¨®n a la malnutrici¨®n de Yamena padecen el mismo problema.
La escalada de precios que sufre Chad y se extiende por toda ?frica es anterior a la guerra de Ucrania y comenz¨® a dejarse sentir como un efecto de las perturbaciones comerciales ligadas a la pandemia de covid-19, pero el conflicto en Europa la ha incrementado a¨²n m¨¢s. ¡°Ya ten¨ªamos unos precios r¨¦cord de los alimentos b¨¢sicos en febrero, un nivel que no hab¨ªamos visto desde 1990, cuando empezamos a evaluando¡±, asegura Mario Zappacosta, responsable del sistema global de informaci¨®n y alerta temprana de la Agencia de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentaci¨®n (FAO), ¡°pero en apenas dos meses de guerra en Ucrania, los precios han subido un 20% m¨¢s sobre ese nivel r¨¦cord. Y quienes m¨¢s lo empiezan a sufrir son los pa¨ªses m¨¢s vulnerables que sufren conflictos o shocks clim¨¢ticos, como sequ¨ªas e inundaciones, Yemen, Afganist¨¢n y una veintena de pa¨ªses africanos¡±, explica.
En esa lista entra el castigado Sahel (Mal¨ª, N¨ªger, Burkina Faso, Nigeria, Chad, Sud¨¢n y Sud¨¢n del Sur), pero tambi¨¦n Madagascar y su crisis clim¨¢tica, la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo y el Cuerno de ?frica, con Somalia, Kenia y Etiop¨ªa como pa¨ªses m¨¢s sensibles debido a una sequ¨ªa que dura ya tres a?os.
¡°Nos preocupa que el impacto ser¨¢ mucho m¨¢s notable a finales de 2022 debido a las bajas producciones agr¨ªcolas. Rusia es el principal exportador mundial de fertilizantes y la alteraci¨®n en su suministro puede provocar una reducci¨®n de la superficie cultivada o una ca¨ªda de los rendimientos. Todo ello incidir¨¢ a¨²n m¨¢s en la subida de precios¡±, a?ade Zappacosta. ¡°Si la guerra contin¨²a y se prolonga esta situaci¨®n, va a golpear a todos los productos y en todos los pa¨ªses¡±.
Un saco y una garrafa
Alimi Abali espera con paciencia a la sombra de un raqu¨ªtico ¨¢rbol bajo un sol de justicia. Hoy es d¨ªa de reparto de ayuda alimentaria en Fourkoulom, un asentamiento de desplazados por el conflicto yihadista cerca del lago Chad, y se ha puesto su mejor ropa para llevarse su saco mensual de cereales y su garrafa de aceite. Antes era comerciante y la venta de pescado, arroz y az¨²car le daba para vivir y mantener a los suyos, pero hace siete a?os, Boko Haram atac¨® su pueblo y tuvo que salir con lo puesto. Ahora depende de la ayuda humanitaria. Cuando, en octubre, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) redujo a la mitad las raciones y el dinero en efectivo que reparten a los desplazados debido a la falta de fondos para esta crisis, a¨²n le quedaba la esperanza de comprar ma¨ªz en el mercado local. ¡°Pero ya no es posible. El saco de 100 kilos que costaba 10.000 francos CFA ahora se ha puesto a 30.000 (unos 45 euros) y no los puedo pagar¡±, asegura con un gesto de hast¨ªo.
A pocos kil¨®metros de Fourkoulom, en un flamante hospital amarillo construido con ayuda internacional en el pueblo chadiano de Liwa, el peque?o Issa Mahamat, de seis meses, camina por la cuerda floja. Ingres¨® hace nueve d¨ªas por debajo de los tres kilos de peso: malnutrici¨®n aguda severa. Su madre, Baha Mahamat, de 25 a?os, dej¨® a los dos mayores con la familia para quedarse junto al beb¨¦, que apenas solloza y respira a duras penas. Desplazada tambi¨¦n por una guerra que ha provocado la huida de sus hogares de medio mill¨®n de personas en Chad, sin tierras donde cultivar, sin ganado, lejos del pescado que les alimentaba, su futuro es incierto. Otro conflicto, en esta ocasi¨®n lejano y ajeno, ha venido a complicarle a¨²n m¨¢s la vida.
El 5 de mayo, Unicef lanzaba una alerta a sus socios internacionales: el precio del Pumply Nut, la comida terap¨¦utica lista para usar (RUTF, por sus siglas en ingl¨¦s) que se distribuye en sobres a los ni?os con malnutrici¨®n en todo el mundo como el peque?o Issa Mahamat, va a sufrir un incremento de hasta el 16% con respecto a 2021 en los pr¨®ximos meses. Seg¨²n esta agencia de Naciones Unidas, la extrema volatilidad de los precios de los alimentos en los mercados, y por tanto, de las materias primas para elaborar este complemento nutricional, y la subida del petr¨®leo, la energ¨ªa y los fertilizantes, est¨¢n en el origen del problema. ¡°Son necesarios m¨¢s fondos con car¨¢cter inmediato para mantener la respuesta ante las emergencias nutricionales¡±, asegura Unicef. El Pumply Nut ya escase¨® en Chad el a?o pasado; para 2022 se teme que no llegue para todos a partir de octubre.
Muchos pa¨ªses africanos est¨¢n adoptando medidas para hacer frente a la excepcional alza de precios. Senegal acaba de aprobar una ayuda de urgencia de 120 euros para medio mill¨®n de familias desfavorecidas; Kenia ha aprobado una subida del salario m¨ªnimo del 12% y Marruecos del 10%. Pese al esfuerzo que supone, estos pa¨ªses se lo pueden permitir, pero en lugares donde los conflictos y el cambio clim¨¢tico se dejan sentir con fuerza, la mayor parte de los Estados dependen de la ayuda humanitaria exterior.
Seg¨²n la OCDE, 27,3 millones de personas sufren inseguridad alimentaria en el Sahel y ?frica occidental en la actualidad y esa cifra subir¨¢ a 40,7 millones en el mes de agosto. Naciones Unidas teme que otros 20 millones de personas se deslicen por la pendiente del hambre este a?o en el Cuerno de ?frica, donde el PMA solo ha recibido un 4% de los fondos solicitados.
¡°La mayor¨ªa de lo que distribuimos aqu¨ª viene de fuera, no hay suficiente producci¨®n local para abastecer a todos los refugiados y desplazados por el conflicto¡±, asegura Clement Watimbwa, responsable de esta agencia de la ONU en la regi¨®n chadiana de Lago, ¡°por eso la subida de precios ya est¨¢ teniendo un impacto sobre nuestra ayuda¡±.
En la cola para recibir su media raci¨®n, Yakoura Mahamat, con un vestido de colores brillantes, se acomoda sobre la arena recalentada por el sol, dispuesta a esperar lo que haga falta. ¡°Perd¨ª a siete miembros de mi familia durante un ataque. Mientras no haya seguridad no puedo volver a casa, pero aqu¨ª nos falta de todo¡±. Mientras el viento sopla con fuerza y levanta la arena nublando la vista, el agricultor Blama Karimbou a?ora su tierra f¨¦rtil, su isla junto al lago. ¡°Tengo manos para trabajar, pero ahora mismo solo las uso para recoger la comida que me dan. Es insoportable¡±, comenta.
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