Colombia: impulso a un progresismo en busca de rumbo
La izquierda latinoamericana sabe que alcanzar los gobiernos no significa necesariamente alcanzar el poder. Falta tiempo para saber si Petro, Boric y Castillo son el principio de una nueva hegemon¨ªa ideol¨®gica
En los ¨²ltimos tiempos, algunos observadores y analistas vienen hablando de un segundo ciclo progresista latinoamericano. Y bajo esa perspectiva, la hist¨®rica victoria de Gustavo Petro y Francia M¨¢rquez en Colombia se suma de inmediato a la lista que reforzar¨ªa esta afirmaci¨®n. Sin embargo, en buena parte de la tradici¨®n de izquierda se tiene muy presente la idea de que llegar al Gobierno no es necesariamente tener el poder, aunque esta sensata advertencia suele ser pasada por alto por algunos que se apresuran en anotar las victorias electorales cual goles en un partido de f¨²tbol. Es cierto que una condici¨®n para la construcci¨®n de un ciclo pol¨ªtico en la regi¨®n pasa por las urnas, pero estas no son suficientes para hablar de un nuevo ¡°ciclo¡±, no son precisamente el bal¨®n dentro de la porter¨ªa.
Existe consenso en que la primera d¨¦cada del siglo XXI vio ponerse en marcha efectivamente un giro a la izquierda muy poderoso, no solo por la simultaneidad de las victorias electorales y la buena relaci¨®n personal de l¨ªderes pol¨ªticos como Lula Da Silva, Hugo Ch¨¢vez, Evo Morales o N¨¦stor y Cristina Kirchner, sino por otros elementos que hoy parecen ausentes.
Exist¨ªa un horizonte compartido, con una serie de ideas fuerza refundacionales, que procur¨® dar sentido a varias de las grandes decisiones. Esos a?os conocieron tambi¨¦n aterrizajes concretos de iniciativas de integraci¨®n regional que generaron cierta institucionalidad. Cabe se?alar adem¨¢s que las victorias electorales de inicios de siglo y los primeros a?os de estos gobiernos vinieron acompa?ados por movilizaciones vigorosas que muchas veces conquistaron antes su hegemon¨ªa en las calles que en las urnas. Gobierno y hegemon¨ªa ¡ªen su sentido de ¡°direcci¨®n intelectual y moral¡±¡ª no son sin¨®nimos, pero cuando se alinean se puede pensar en cambios de ciclo. El giro a la izquierda de los primeros a?os 2000 tuvo una agenda de pol¨ªticas que consigui¨® recuperar la soberan¨ªa sobre los recursos naturales, darle centralidad al Estado, ampliar las condiciones de ciudadan¨ªa a los pueblos ind¨ªgenas. Pero si entonces, m¨¢s all¨¢ de sus diferencias, los diferentes gobiernos se pod¨ªan pensar como parte de un mismo clima de ¨¦poca con diferentes declinaciones, hoy parece haber diferencias irreconciliables entre el pa¨ªs de Hugo Ch¨¢vez y gobiernos como el de Gabriel Boric en Chile, y veremos qu¨¦ pasa con el de Petro.
Ganar el Gobierno, pero no ganar el poder. Tener el Gobierno, pero no construir hegemon¨ªa. Esto les sucedi¨® a las derechas que a partir de la victoria electoral de Mauricio Macri en 2015 llegaron al Gobierno ¡ªno siempre a trav¨¦s de las urnas¡ª en gran parte de los pa¨ªses de la regi¨®n. Iv¨¢n Duque, Pedro Pablo Kuczynski, Len¨ªn Moreno o el mencionado Macri tuvieron gobiernos de un solo mandato, a veces abreviado, muy impopulares y sin capacidad de lograr ser reelectos o acomodar un sucesor. Su falta de hegemon¨ªa contrast¨® con las experiencias neoliberales de los 90, capaces ¡ªm¨¢s all¨¢ de la evaluaci¨®n de esos proyectos¡ª de transformar la pol¨ªtica y la sociedad. Entre otros motivos, es por esto que nadie habla en la regi¨®n de un ¡°ciclo conservador¡± despu¨¦s de 2015; a su fracaso le ha seguido, en la mayor¨ªa de los pa¨ªses de la regi¨®n, el retorno de proyectos que gobernaron los primeros a?os del siglo: como el Movimiento al Socialismo en Bolivia o el Frente de Todos en Argentina o la llegada al Gobierno de nuevas coaliciones progresistas como las que lidera Gabriel Boric en Chile, Pedro Castillo en Per¨² o Gustavo Petro en Colombia. Pero hoy vemos una suerte de progresismos de baja intensidad, con dificultades de dar sentido a sus gestiones.
Gustavo Petro ha ganado ya el Gobierno, la inc¨®gnita gira en torno a la hegemon¨ªa. Hay algunos hechos que pueden ir resolviendo la inc¨®gnita. Petro, a diferencia de Boric o Castillo, obtuvo una importante votaci¨®n en primera vuelta (40% contra 26% y 18% respectivamente). Su coalici¨®n, el Pacto Hist¨®rico, ampli¨® sus fronteras bastante tiempo antes de la elecci¨®n y fue m¨¢s all¨¢ de una candidatura de izquierda al uso. Colombia vive a?os de fuertes movilizaciones sociales (en esto s¨ª hay parecido con Chile). Los rivales de Boric y Castillo, Kast y Fujimori, respectivamente, en la pelea por sus segundas vueltas ten¨ªan un programa totalmente opuesto al de sus rivales. Sin embargo, en el caso de Petro fue distinto. Rodolfo Hern¨¢ndez fue consciente de que el uribismo oficial era una ideolog¨ªa menguante y un lastre. Dos d¨ªas despu¨¦s de la primera vuelta, al remarcar sus diferencias con ?lvaro Uribe, incluy¨® muchas posiciones tan progresistas como Petro en relaci¨®n al proceso de paz con la guerrilla del ELN, la diversidad sexual o la cuesti¨®n ambiental. Al hacer esto, Hern¨¢ndez tambi¨¦n revelaba d¨®nde estaban buena parte de las ideas con mayor capacidad de interpelaci¨®n de las mayor¨ªas.
Habr¨¢ que ver qu¨¦ pasa en Brasil. Un triunfo de Lula Da Silva no resolver¨¢ los problemas mencionados, pero, dado el peso de Brasil, podr¨ªa impulsar una reconfiguraci¨®n que reimpulse a los progresismos. Que la mayor parte de los pa¨ªses sudamericanos cuenten nuevamente con gobiernos progresistas muestra que las fuerzas que los impulsan mantienen un fuerte peso en las sociedades.
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