El turbulento arranque de Gabriel Boric
Los desaf¨ªos se le multiplican al presidente de Chile, el m¨¢s joven de Am¨¦rica Latina, mientras su popularidad cae
Gabriel Boric, de 36 a?os, cumplir¨¢ dos meses en el poder el pr¨®ximo mi¨¦rcoles. Ha sido un per¨ªodo turbulento en que la nueva generaci¨®n de izquierda chilena ha debido enfrentarse a las dificultades propias de gobernar, despu¨¦s de una d¨¦cada en la oposici¨®n. El nuevo Gobierno ha debido hacerse cargo de un pa¨ªs con crisis m¨²ltiples y profundas en medio, adem¨¢s, de un proceso constituyente sin precedentes al que La Moneda ha unido su destino. El desgaste del desaf¨ªo ha sido enorme: Boric y parte de su equipo ya no tienen la misma popularidad que el 11 de marzo, cuando se estrenaron en el poder.
Para Arturo Fontaine, novelista y profesor universitario, ¡°el presidente fue elegido para un mundo que ya no existe¡±. Y lo explica: ¡°Ahora la gente est¨¢ desesperada por el precio del aceite, la bencina y todo lo dem¨¢s. Y cada vez m¨¢s inquieta por la violencia de los delincuentes en los barrios, las quemas de camiones y maquinaria forestal por grupos terroristas en La Araucan¨ªa, en el sur, y la inmigraci¨®n irregular desde Bolivia, en el norte¡±. Las encuestas muestran que la desaprobaci¨®n del presidente Boric supera a su aprobaci¨®n por entre 18 y19% (Cadem, Datainfluye, Criteria) o algo m¨¢s de 33% (Pulso Ciudadano).
¡°Seg¨²n el Gobierno, la inflaci¨®n llegar¨¢ este a?o al 8,9%, el crecimiento ser¨¢ de 1,5% y el pr¨®ximo a?o, s¨®lo de 0,4%. Tiempos mezquinos¡±, asegura Fontaine, quien dirigi¨® el Centro de Estudios P¨²blicos (CEP). Los ministros del comit¨¦ pol¨ªtico, el primer anillo de las decisiones gubernamentales, tambi¨¦n han sufrido un descenso importante en su popularidad.
Fontaine, sin embargo, asegura que ¡°el presidente se esfuerza por hacer el riesgoso viraje que la situaci¨®n requiere¡±. ¡°Se le ve hoy redistribuyendo las fuerzas policiales, dispuesto a desplegar soldados para el patrullaje de los caminos de La Araucan¨ªa, oponi¨¦ndose a los retiros de los fondos de pensiones para contener la inflaci¨®n y ofreciendo ayuda focalizada en los pobres para paliar las alzas. En su actitud, no veo ni populismo ni claudicaciones, sino razones de Estado¡±, asegura respecto de las motivaciones de Boric, que en otras ocasiones ya ha mostrado tener liderazgo para tomar decisiones impopulares y a contracorriente de sus propias fuerzas pol¨ªticas.
Fontaine se pregunta ¡°si su base de apoyo lo acompa?ar¨¢ en este viraje o si los carros se desacoplar¨¢n de la locomotora¡±. Le parece un signo alentador que el ministro mejor evaluado sea el de Hacienda, el socialista Mario Marcel. ¡°Se trata de un verdadero servidor p¨²blico, de reconocida capacidad t¨¦cnica y larga y destacada trayectoria (fue presidente del Banco Central y antes, director de Presupuesto en el Gobierno del presidente Ricardo Lagos). Marcel es sobrio, contenido, preciso, formal. Muy ajeno al estilo desordenado que predomina entre los dirigentes del Frente Amplio que apoya a Boric. La poblaci¨®n apuesta con ¨¦l al experto con experiencia¡±, conf¨ªa el autor de O¨ªr su voz. ¡°Muchos de sus votantes esperaban que llegando Boric al poder empezar¨ªa a caer man¨¢ del cielo del Estado. No va a suceder. El desaf¨ªo para su liderazgo es descomunal¡±.
Boric es un presidente que en estos dos meses se ha esforzado en promover s¨ªmbolos que acerquen su Gobierno a la ciudadan¨ªa, tan distante y descre¨ªda de la clase pol¨ªtica. Con su pareja, Irina Karamanos, decidi¨® vivir en un barrio hist¨®rico del centro de Santiago, como hace d¨¦cadas no lo hac¨ªa un mandatario. En la gira que realiz¨® en estos d¨ªas al extremo sur de Chile, en la localidad de Puertos Natales, su zona, se aloj¨® en un hostal y explic¨®: ¡°No necesitamos grandes lujos¡±.
Como parte de una generaci¨®n bajo los 40 a?os que aspira a renovar la pol¨ªtica y pese a su descenso en su popularidad, el Gobierno sigue teniendo el potencial para hacerse cargo de asuntos fundamentales, como el de la violencia. Si bien la ciudadan¨ªa no tiene grandes lealtades pol¨ªticas y est¨¢ marcada por la volatilidad, como el electorado de buena parte del mundo, la de Boric es una Administraci¨®n que fue elegida en noviembre con la fuerte movilizaci¨®n de los j¨®venes y las mujeres, que siguen siendo su base de apoyo.
El Gobierno de Boric ha debutado tras un estallido social y la pandemia, por lo que el contexto no le juega a favor. ¡°Han sido dos meses de dif¨ªcil instalaci¨®n, pero era previsible. Esto no solo porque son j¨®venes o por su falta de experiencia, que hay algo de eso, sino porque llegan al poder en una coyuntura bastante dif¨ªcil¡±, analiza Kathya Araujo, acad¨¦mica de la Universidad de Santiago, reconocida estudiosa de la vida social chilena. ¡°Llegan luego de varios a?os en que ha sido muy dif¨ªcil aquietar la inquietud que recorre la sociedad chilena. Quiz¨¢s algunos ten¨ªan la ilusi¨®n de que una vez que el presidente saliente dejara el poder ¨CSebasti¨¢n Pi?era¨C, eso se resolver¨ªa. Pero ha sido un error. Pensarlo de esa manera supone que hab¨ªa un problema de conducci¨®n pol¨ªtica, pero ese diagn¨®stico no es completamente acertado¡±, contin¨²a. Para Araujo, ¡°la conducci¨®n pol¨ªtica participa, pero lo esencial es que estamos ante una sociedad fuertemente irritada y agobiada, y cuya relaci¨®n con la pol¨ªtica est¨¢ fuertemente erosionada¡±.
Los problemas, de distinta envergadura y profundidad, se superponen. Algunas crisis se arrastran desde hace d¨¦cadas, como el conflicto en La Araucan¨ªa, un problema que comenz¨® por las tierras ancestrales mapuche y que hoy se complejiza por delitos como el robo de madera y el narcotr¨¢fico. La semana pasada, un grupo de 40 encapuchados quem¨® 33 veh¨ªculos en la provincia de Arauco, en la zona caliente del conflicto, disparando armas autom¨¢ticas.
Otros fen¨®menos, como la crisis migratoria en el norte, son m¨¢s recientes. El aumento de la delincuencia y el narcotr¨¢fico incuban en Chile desde hace a?os, pero ha explotado en el ¨²ltimo lustro. El exfiscal Manuel Guerra ha analizado que las cifras de homicidio se han duplicado y ¡°cerca de un 20% de los casos no tiene resoluci¨®n, lo que se explica porque se produce entre personas vinculadas al mundo del delito, especialmente al tr¨¢fico de drogas¡±. El poder de fuego aumenta: hace una semana, en la conmemoraci¨®n del 1 de mayo, se produjo una batalla campal, con disparos incluidos, a plena luz del d¨ªa en una zona c¨¦ntrica de Santiago. Una joven periodista fue baleada y est¨¢ grave.
De acuerdo a la acad¨¦mica Araujo, ¡°quiz¨¢s este sea el Gobierno que debe instalarse en las tierras (socialmente hablando) m¨¢s movedizas desde la vuelta a la democracia¡±. Para la estudiosa de la vida social chilena ¨Cun referente, sobre todo desde el estallido social de 2019¨C, La Moneda ¡°debe enfrentar un pa¨ªs afectado por una situaci¨®n de inquietud social que afecta las relaciones, alterado por la crisis sanitaria y tocado por una crisis econ¨®mica que se viene larvando desde hace algunos a?os y que va defini¨¦ndose cada vez m¨¢s, afectando de manera directa a las personas¡±.
¡°Ha sido un inicio turbulento¡±, coincide Sergio Urz¨²a, profesor de la Universidad de Maryland e investigador del Centro Latinoamericano de Pol¨ªticas Econ¨®micas y Sociales de la Pontificia Universidad Cat¨®lica de Chile, Clapes UC. ¡°Gracias a sus errores no forzados, la luna de miel de la Administraci¨®n fue la m¨¢s breve desde el retorno a la democracia. Y el r¨¢pido derrumbe de los niveles de aprobaci¨®n ciudadana del Gobierno da cuenta de aquello¡±. Para Urz¨²a, economista, ¡°lamentablemente, en muchos ¨¢mbitos ha quedado la impresi¨®n de que las autoridades no estaban preparadas para hacerse cargo de un pa¨ªs que enfrenta inmensos desaf¨ªos econ¨®micos y sociales¡±. Y ejemplifica: ¡°Ha costado que aparezca el detalle de los planes del Estado en distintas materias. Por ejemplo, la violencia no se ha controlado y los responsables pol¨ªticos del orden p¨²blico han mostrado impericia e improvisaci¨®n. Durante la campa?a se generaron inmensas expectativas. Y me preocupa la frustraci¨®n ciudadana frente a la situaci¨®n¡±, asegura el acad¨¦mico.
En el an¨¢lisis no se puede obviar el estado actual de la econom¨ªa chilena. Urz¨²a recuerda que Chile es un pa¨ªs que lleva casi una d¨¦cada estancado y que, de acuerdo al Banco Central, el PIB per c¨¢pita alcanz¨® los 15.700 d¨®lares en el 2013, 15.000 d¨®lares el 2017 y solo 16.000 d¨®lares en el 2021. ¡°Las oportunidades para todos, pero particularmente los m¨¢s j¨®venes, se limitaron. De hecho, para entender lo ocurrido en el estallido social de 2019 es imposible desconocer que los salarios reales entre los sub 30 a esa fecha no hab¨ªan crecido en a?os. Se culpa al modelo econ¨®mico, pero lo cierto es que la clase pol¨ªtica nacional por a?os obvi¨® reformas claves. Y cuando implementaron algunas, como fue la educacional bajo la segunda Administraci¨®n de la expresidenta Bachelet, lo hicieron en forma apurada e improvisada. Eso genera naturalmente frustraci¨®n¡±, asegura el profesor de la Universidad de Maryland.
El desaf¨ªo constituyente
Mientras tanto, la convenci¨®n constituyente trabaja en un texto que apuesta a profundos cambios de la estructura institucional chilena. El borrador de nueva Constituci¨®n, que ser¨¢ plebiscitado el 4 de septiembre, propone un Estado plurinacional, un presidencialismo atenuado, el fin del Senado y otras normas, como la restituci¨®n de tierras ind¨ªgenas. De acuerdo a los sondeos, aumenta la opci¨®n de quienes rechazar¨¢n la nueva Constituci¨®n. De acuerdo al ¨²ltimo estudio de Criteria, ¡°si hace un mes un 33% se inclinaba por aprobar la propuesta, en abril ese porcentaje baja al 31%. Mientras, quienes se inclinan por rechazar crecen nueve puntos y pasan de 30% a 39%, 18 puntos porcentuales m¨¢s en dos meses¡±.
Para la acad¨¦mica Araujo, ¡°no se puede obviar que la instalaci¨®n del Ejecutivo se ha dado, justamente, en el contexto de una fuerte tensi¨®n pol¨ªtica por las disputas en la convenci¨®n¡±. Porque pese al panorama adverso a menos de cuatro meses del refer¨¦ndum, el Gobierno de Boric ha apostado en las ¨²ltimas semanas por no ser neutral ante el proceso y apoyar el texto. ¡°Su identificaci¨®n con esta opci¨®n le ha dado poco margen para diferenciarse, lo que lo pone de lleno en el coraz¨®n de la disputa¡±, asegura. ¡°Pero, tambi¨¦n, su instalaci¨®n se ha dado en el marco de la radicalizaci¨®n de posiciones y de t¨¢cticas de enfrentamiento de ciertos grupos pol¨ªticos (la extrema derecha y posiciones de izquierda m¨¢s duras), que se construyen buscando conectar con el descontento de la poblaci¨®n por la situaci¨®n econ¨®mica, con el sentimiento anti-elitista y con el rechazo generalizado hacia los pol¨ªticos¡±, dice Araujo.
Luego est¨¢ el problema de las fuerzas pol¨ªticas: Boric obtuvo solo el 25% en primera vuelta ¨Ces su base de apoyo real¨C, no tiene mayor¨ªa ni en la C¨¢mara de Diputados ni en el Senado y, adem¨¢s, tiene que lidiar con las distintas miradas de las dos coaliciones que lo respaldan. Por un lado, la alianza entre el Frente Amplio y el Partido Comunista y, por otro, el Socialismo Democr¨¢tico, parte de lo que fue la Concertaci¨®n. ¡°La tensi¨®n principal que recorre este momento es la convicci¨®n de tener que cumplir con la promesa transformadora y probablemente la conciencia de que ss imposible salir de esta situaci¨®n sin un pacto social y pol¨ªtico mayor¡±, analiza la investigadora.
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