Los gobiernos t¨¦cnicos no solucionan la ingobernabilidad
Los tecn¨®cratas se presentan como una soluci¨®n al caos pol¨ªtico e institucional en Italia, pero acaban moviendo al pa¨ªs a¨²n m¨¢s hacia la derecha
Italia es uno de los pocos pa¨ªses en Europa que ha tenido gobiernos t¨¦cnicos, que pueden ser definidos como los presididos y en buena parte compuestos por figuras no pol¨ªticas. Estos Ejecutivos se presentan no como gobiernos de parte, sino como ¡°gobiernos institucionales¡± que trabajan por el inter¨¦s del Estado y del pa¨ªs entero. Seg¨²n los investigadores Duncan McDonnell y Marco Valbruzzi, una definici¨®n de Gobierno t¨¦cnico sigue tres criterios: ¡°Todas las decisiones gubernamentales importantes no son tomadas por funcionarios electos del partido¡±, segundo: ¡°La pol¨ªtica no se decide dentro de los partidos que luego act¨²an de manera cohesionada para promulgarla¡± y, por ¨²ltimo: ¡°Los altos funcionarios [ministros, primeros ministros] no son reclutados a trav¨¦s del partido¡±. Seg¨²n McDonnell y Valbruzzi, en Europa, adem¨¢s de Italia, solo Grecia, Rep¨²blica Checa, Finlandia, Bulgaria, Ruman¨ªa, Hungr¨ªa y Portugal han tenido gobiernos t¨¦cnicos desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Italia es el que ha tenido m¨¢s gobiernos de este tipo, y todos se han concentrado en los ¨²ltimos 30 a?os, durante la llamada Segunda Rep¨²blica.
El primer Ejecutivo dirigido por tecn¨®cratas lo form¨® Carlo Azeglio Ciampi en 1993, despu¨¦s del derrumbe del sistema pol¨ªtico de la Primera Rep¨²blica por el esc¨¢ndalo de corrupci¨®n de Tangentopoli y la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn, que llev¨® a la disoluci¨®n del Partido Comunista Italiano (PCI) ¡ªel segundo partido m¨¢s grande del pa¨ªs¡ª. Ciampi, como Mario Draghi y Lamberto Dini, ven¨ªa del Banco Central de Italia, donde fue gobernador durante la d¨¦cada de los ochenta. Su Gobierno se enfoc¨® en una campa?a de privatizaci¨®n de empresas p¨²blicas, entre ellas la petrolera Agip y la el¨¦ctrica Enel, y en una pol¨ªtica orientada a limitar los salarios como medida para la entrada de Italia en el euro, que hab¨ªa sido puesta en duda despu¨¦s de la crisis pol¨ªtica y econ¨®mica de los primeros noventa.
Ciampi ten¨ªa el apoyo de casi todo el arco pol¨ªtico, y tambi¨¦n de los excomunistas que, despu¨¦s de dar vida al Partido Democr¨¢tico de la Izquierda, trataban de presentarse como confiables y listos para gobernar. Pero en las elecciones de 1994 no fue la coalici¨®n progresista, formada por ellos y otras fuerzas de izquierdas, la que gan¨®, sino el partido Forza Italia de Silvio Berlusconi, que form¨® un Gobierno en alianza con el partido regionalista de a Liga, los posfascistas de Alianza Nacional y varios partidos centristas. Al caer Berlusconi en enero de 1995, el poder pas¨® nuevamente a un Gobierno t¨¦cnico, esta vez liderado por Lamberto Dini, que hab¨ªa sido director general del Banco Central italiano. Dini, como Ciampi antes, desarroll¨® pol¨ªticas de recortes del gasto p¨²blico, y procedi¨® con m¨¢s privatizaciones de la industria p¨²blica, y una reforma de las pensiones que marc¨® la transici¨®n del sistema retributivo al contributivo.
El Gobierno de Dini termin¨® en 1996 y durante 15 a?os Italia vivi¨® una alternancia entre gobiernos de centroizquierda y de centroderecha. Pero los tecn¨®cratas volvieron pronto. Fue otra ca¨ªda, esta vez m¨¢s dram¨¢tica a¨²n, de un Gobierno liderado por Berlusconi la que abri¨® el camino a un nuevo Ejecutivo t¨¦cnico. Frente a la crisis financiera de 2011 y la presi¨®n de las instituciones de Bruselas y los aliados europeos, el presidente de la Rep¨²blica, Giorgio Napolitano, nombr¨® a Mario Monti, profesor de econom¨ªa a la Universidad Bocconi de Mil¨¢n y comisario europeo entre 1995 y 2004, responsable primero de Mercado Interior, Servicios, Aduanas e Impuestos, y luego de Competencia. La pol¨ªtica de Monti estuvo marcada por una brutal pol¨ªtica de austeridad, con un ajuste estructural que llev¨® a fuertes recortes en los servicios p¨²blicos y las pensiones. La impopularidad de su Gobierno se midi¨® en las siguientes elecciones, en que el partido Scelta Civica, fundado por Monti, obtuvo un modesto 8%.
El Ejecutivo liderado por Mario Draghi desde febrero de 2021, despu¨¦s de la ca¨ªda del Gobierno de centro-izquierda de Giuseppe Conte, ha seguido la misma direcci¨®n de los gobiernos t¨¦cnicos anteriores impulsando pol¨ªticas antipopulares. Apoyado por parte del Partido Democr¨¢tico, el Movimiento 5 Estrellas, Forza Italia de Silvio Berlusconi y la Liga, con solo los posfascistas de Hermanos de Italia en la oposici¨®n, Draghi se ha presentado como la figura capaz de llevar a cabo el plan europeo de recuperaci¨®n, transformaci¨®n y resiliencia. Pero Draghi ha eliminado de este plan la promesa de implementar el salario m¨ªnimo ¡ªItalia es uno de los pocos pa¨ªses europeos sin ese instrumento fundamental para luchar contra el trabajo pobre¡ª. A¨²n prometiendo abandonar las pol¨ªticas de austeridad, su Gobierno ha recortado los fondos al sector educativo, con la raz¨®n del declive demogr¨¢fico de Italia, y ha empezado a atacar algunos elementos del Reddito di Cittadinanza, una medida parecida al ingreso m¨ªnimo vital en Espa?a. A esto se suma una pol¨ªtica ambiental retr¨®grada con el ministro de la Transici¨®n Ecol¨®gica, que se ha opuesto al plan europeo que prev¨¦ que desde 2035 no se puedan vender en la UE coches y furgonetas nuevos de di¨¦sel y gasolina, y el tentativo de privatizar los servicios p¨²blicos a nivel local.
Estas medidas explican que si bien el Gobierno Draghi empez¨® con un apoyo muy amplio en el electorado, ahora solo lo apoya una estrecha parte de los italianos. En todo caso, la popularidad del premier corr¨ªa el riesgo de caer todav¨ªa m¨¢s en oto?o e invierno, cuando se conozca el verdadero alcance de los efectos de la crisis energ¨¦tica. Ante esta situaci¨®n, quien mayor provecho puede sacar es la extrema derecha de Giorgia Meloni, que ha llegado a ser el primer partido italiano con un apoyo estimado del 23%. De nuevo, parece que los gobiernos t¨¦cnicos que se presentan como una soluci¨®n al caos pol¨ªtico e institucional de Italia acaban haciendo las cosas peor, moviendo al pa¨ªs a¨²n m¨¢s hacia la derecha.
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