La Comisi¨®n Europea fija para 2035 el fin de la venta de coches de combusti¨®n
Bruselas lanza su gran proyecto clim¨¢tico que veta los turismos de gasolina, di¨¦sel, gas e h¨ªbridos e incluye un fondo de 72.000 millones para compensar el alza de los precios de la energ¨ªa
La Comisi¨®n Europea ha lanzado este mi¨¦rcoles un rotundo mensaje hacia dentro y hacia fuera de sus fronteras: si una empresa no incluye la lucha contra el cambio clim¨¢tico entre sus prioridades, tendr¨¢ cada vez m¨¢s complicado acceder y operar en el mercado europeo, el m¨¢s poderoso del mundo por poblaci¨®n (casi 450 millones de habitantes) y poder adquisitivo. Una de las se?ales m¨¢s claras est¨¢ dirigida a la industria del motor. Bruselas ha propuesto que a partir de 2035 no se puedan vender turismos ni furgonetas nuevos que emitan di¨®xido de carbono, lo que en la pr¨¢ctica significa vetar los motores de gasolina, di¨¦sel, gas e h¨ªbridos.
La Comisi¨®n se alinea as¨ª con lo que ya estaban proponiendo algunos pa¨ªses ¡ªEspa?a en su nueva ley de cambio clim¨¢tico hab¨ªa fijado ese veto para 2040¡ª, con lo que varias firmas europeas, como Volvo o Volkswagen, hab¨ªan puesto sobre la mesa y con las preferencias que est¨¢n mostrando en gran medida los consumidores. La medida es un mensaje a los fabricantes europeos para que aceleren su transformaci¨®n hacia el coche el¨¦ctrico y una advertencia a las firmas de fuera para que cambien si quieren seguir haciendo negocio en Europa.
Aunque importante, el veto a los coches de combusti¨®n no es la ¨²nica medida que ha puesto sobre la mesa este mi¨¦rcoles la Comisi¨®n. Bruselas, de hecho, se ha convertido en la capital mundial de la lucha contra el cambio clim¨¢tico con la aprobaci¨®n de los primeros proyectos legislativos para acelerar dr¨¢sticamente la reducci¨®n de emisiones de efecto invernadero durante esta d¨¦cada. Europa fue el primer continente que se marc¨® el objetivo de lograr la neutralidad clim¨¢tica (cero emisiones) en 2050 y ahora se adelanta al resto de la comunidad internacional en la fijaci¨®n de las primeras medidas concretas para alcanzarlo. El plan, bautizado con el estramb¨®tico nombre en ingl¨¦s de Fit for 55 (en forma para el 55, en ingl¨¦s), incluye tambi¨¦n el objetivo de duplicar las energ¨ªas renovables hasta alcanzar el 40% de cuota en 2030, la fijaci¨®n por primera vez de objetivos obligatorios de eficiencia energ¨¦tica y el endurecimiento de las condiciones del mercado de emisiones para elevar el precio de la tonelada de CO?. Adem¨¢s, se obliga al sector del transporte y al de la vivienda a crear su propio mercado de emisiones. Todo ello se complementa con un mecanismo de ajuste en fronteras que a partir de 2026 penalizar¨¢ las importaciones en ciertos sectores de compa?¨ªas cuya producci¨®n no se ajuste a los est¨¢ndares europeos de limpieza.
¡°La econom¨ªa de los combustibles f¨®siles ha llegado a sus l¨ªmites¡±, ha sentenciado la presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen, tras la aprobaci¨®n de toda una bater¨ªa de propuestas legislativas. ¡°Queremos dejar a la pr¨®xima generaci¨®n un planeta saludable y tambi¨¦n buenos empleos y un crecimiento que no da?e a la naturaleza¡±, ha a?adido la dirigente europea. ¡°Las metas clim¨¢ticas ya no son solo un objetivo pol¨ªtico, sino tambi¨¦n una obligaci¨®n legal¡±, ha afirmado la presidenta de la Comisi¨®n.
A partir de ahora, en los pr¨®ximos meses, la Comisi¨®n tendr¨¢ que pactar con el Parlamento Europeo y con los gobiernos de los Veintisiete todas estas medidas en una negociaci¨®n que se prev¨¦ dura. Y, una vez que est¨¦ acordado todo el paquete normativo, los pa¨ªses tendr¨¢n que actualizar sus planes de energ¨ªa y clima para ser m¨¢s ambiciosos.
El plan incluye la creaci¨®n de un fondo social de 72.000 millones de euros en el per¨ªodo 2025-2032 para paliar el impacto que el encarecimiento del suministro energ¨¦tico puede tener en la vida diaria de millones de ciudadanos europeos, tanto por los mayores costes en el transporte como por la mayor factura del consumo energ¨¦tico en los hogares. Bruselas espera evitar as¨ª que la lucha contra el cambio clim¨¢tico desencadene protestas como la vivida en Francia con la llamada revuelta de los chalecos amarillos, que paraliz¨® de manera espont¨¢nea y repentina buena parte del pa¨ªs para protestar contra un aumento en la fiscalidad de los carburantes.
Durante los dos ¨²ltimos a?os, la Comisi¨®n y los pa¨ªses han estado negociando un endurecimiento de las metas de recorte de emisiones en l¨ªnea con lo que le exig¨ªa Naciones Unidas para cumplir con el Acuerdo de Par¨ªs. La UE se hab¨ªa comprometido a mediados de la d¨¦cada pasada a reducir sus emisiones para 2030 un 40% respecto a los niveles de 1990. Sin embargo, se necesitaba m¨¢s ambici¨®n. A finales del pasado a?o, Europa present¨® ante la ONU su nueva propuesta: llegar a una reducci¨®n del 55%. Bruselas reconoce que el salto requerir¨¢ grandes esfuerzos en todas las industrias implicadas y un profundo cambio en el modelo de producci¨®n y en el actual patr¨®n de consumo de la mayor¨ªa de la poblaci¨®n que pretende impulsar con el paquete normativo presentado este mi¨¦rcoles.
Transporte
Entre los cambios m¨¢s visibles figura la prohibici¨®n de coches con motor de combusti¨®n a partir de 2035. Para que no se le tilde de premiar una tecnolog¨ªa sobre otra, la Comisi¨®n utiliza como referencia las emisiones de CO? ¡ªel principal gas de efecto invernadero¨D de los veh¨ªculos. En 2030, los turismos que se vendan deber¨¢n emitir un 55% menos de este gas (tomando como referencia las emisiones actuales). Para 2035, la reducci¨®n deber¨¢ ser del 100%, con lo que ya no podr¨¢n venderse coches nuevos y furgonetas de combusti¨®n. Los veh¨ªculos que ya est¨¦n en circulaci¨®n podr¨¢n seguir en activo. Pero fuentes comunitarias calculan que el desarrollo de un mercado de segunda mano de veh¨ªculos eficientes y la renovaci¨®n natural del parque m¨®vil llevar¨¢ a que en 2050 hayan desaparecido los turismos que utilizan gasolina o di¨¦sel.
La apuesta por el veh¨ªculo el¨¦ctrico o con el combustible de hidr¨®geno ¡ªpensando en camiones y transporte a¨¦reo y mar¨ªtimo¡ª llega acompa?ada de objetivos para desarrollar la imprescindible infraestructura de repostaje. El proyecto legislativo fija que a partir de 2035 se disponga de un puesto de recarga de electricidad cada 60 kil¨®metros en las principales v¨ªas. Y cada 150 kil¨®metros en el caso del hidr¨®geno.
La apuesta por la electrificaci¨®n del transporte que contemplan las normas aprobadas este mi¨¦rcoles est¨¢n alineadas con los programas de recuperaci¨®n que impulsa la UE. Se concreta, por ejemplo, en planes como el del coche el¨¦ctrico aprobado el martes por el Gobierno de Espa?a y que cuenta con una financiaci¨®n de 4.295 millones de euros para transformar la industria de la automoci¨®n.
El transporte y la vivienda, adem¨¢s, se incorporar¨¢n a un nuevo mercado de emisiones, en el que participar¨¢n las compa?¨ªas que suministran energ¨ªa a esos sectores. Bruselas espera que la fijaci¨®n de un precio de las emisiones de CO? en esas actividades contribuya a su reducci¨®n, dado que las empresas previsiblemente trasladar¨¢n el nuevo coste al consumidor final. La Comisi¨®n considera imprescindible la medida para acelerar la reducci¨®n en sectores de los que proceden gran parte de las emisiones.
Gasolina y di¨¦sel m¨¢s caros
La fiscalidad tambi¨¦n contribuir¨¢ a acelerar la introducci¨®n del coche el¨¦ctrico. La Comisi¨®n propone reformar la directiva sobre impuestos energ¨¦ticos para penalizar los combustibles con m¨¢s emisiones. Para ello, el proyecto prev¨¦ cambiar la imposici¨®n por volumen por un gravamen en funci¨®n de la carga energ¨¦tica de cada combustible. La consecuencia es que la gasolina o el di¨¦sel soportar¨¢n un gravamen de 10,75 euros por gigajulio, mientras que la recarga con electricidad tendr¨¢ una tasa de solo 0,15 euros.
La nueva fiscalidad tambi¨¦n penalizar¨¢ el queroseno del sector de la aviaci¨®n, que por primera vez estar¨¢ sometido a una imposici¨®n, y al sector naviero.
Mercados de emisiones
El mercado de emisiones vigente, en el que participan las industrias responsables del 40% de ellas, se endurece, lo que previsiblemente elevar¨¢ el precio de la tonelada de CO?, situado ya en torno a los 50 euros. Bruselas propone que la contribuci¨®n de esas industrias al objetivo general de reducci¨®n de las emisiones de toda la econom¨ªa europea pase del 43% actual al 61% en 2030. Ese incremento de 18 puntos se lograr¨ªa con un tajo de 117 millones al volumen de t¨ªtulos en el mercado (para encarecerlos) y a la reducci¨®n progresiva de la entrega gratuita de esos t¨ªtulos.
Europa aspira a convertirse con las nuevas medidas en la referencia mundial de la lucha contra el cambio clim¨¢tico durante una d¨¦cada que, seg¨²n los expertos, ser¨¢ crucial para contener la elevaci¨®n de la temperatura del planeta y evitar catastr¨®ficas consecuencias en los a?os venideros.
Arancel clim¨¢tico
Bruselas es consciente de que la UE, por s¨ª sola, no puede evitar esa amenaza porque los 27 pa¨ªses del club comunitario solo son el origen del 9% de las emisiones de efecto invernadero planetarias. Pero la Comisi¨®n conf¨ªa en el efecto arrastre de unos est¨¢ndares aplicados a un mercado de 450 millones de habitantes.
Y, por si el ejemplo no cundiera, Bruselas propone la introducci¨®n de un mecanismo de ajuste en fronteras que, por primera vez, penalizar¨¢ las importaciones procedentes de los pa¨ªses donde flaquee la lucha contra el cambio clim¨¢tico. El arancel ecol¨®gico afectar¨ªa a sectores de gran consumo energ¨¦tico, como la producci¨®n de acero o aluminio. Y en las condiciones actuales del mercado golpear¨ªa sobre todo a Rusia, Turqu¨ªa, China, el Reino Unido y Ucrania, seg¨²n un informe del gabinete de estudios Centre for European Reform. Bruselas conf¨ªa, sin embargo, en que los principales socios comerciales de la UE adapten sus modelos de producci¨®n y que el nuevo mecanismo de fronteras, cuya compatibilidad con las normas de la OMC ponen en duda algunos analistas, no tenga que aplicarse o solo en casos excepcionales.
Fuentes comunitarias precisan que el arancel se introducir¨¢ de forma progresiva, durante una d¨¦cada, a partir de 2026, y de momento afectar¨¢ solo a las importaciones de acero, aluminio, cemento, fertilizantes y electricidad. La UE comprobar¨¢ la huella de CO? de la producci¨®n de los exportadores. Y en caso de que en sus pa¨ªses no est¨¦n penalizadas esas emisiones, impondr¨¢ un gravamen equivalente al que habr¨ªan pagado si produjera dentro del territorio comunitario. La introducci¨®n de ese recargo avanzar¨¢ en paralelo con la retirada de la concesi¨®n gratuita de derechos de emisi¨®n a las compa?¨ªas de los mismos sectores que producen en Europa.
De momento, la amenaza de imponer este arancel ya ha despertado los recelos de la Administraci¨®n de Estados Unidos, que ha pedido p¨²blicamente a Europa que aparque esta medida. En la reuni¨®n de los ministros de Finanzas del G-20 que se celebr¨® el pasado fin de semana en Venecia (Italia), se incluy¨® en el comunicado final una menci¨®n a la fijaci¨®n de un precio de carbono ¡ªalg¨²n tipo de gravamen que penalice las emisiones de CO?¡ª como uno de los instrumentos para luchar contra el cambio clim¨¢tico. Europa se queja desde hace a?os de que, mientras la UE cuenta con su mercado de emisiones que ya penaliza el di¨®xido de carbono, otras grandes econom¨ªas no lo tengan y compitan en mejores condiciones.
Multimillonarias ayudas
Fuentes de la Comisi¨®n admiten que la aplicaci¨®n de los nuevos objetivos ¡°requerir¨¢ una inversi¨®n masiva¡±. Pero subrayan que la UE desplegar¨¢ multimillonarias ayudas para garantizar que las empresas europeas pueden adaptarse sin sucumbir al peso de las nuevas obligaciones o a una competencia internacional con est¨¢ndares m¨¢s relajados. ¡°El objetivo no es desindustrializar Europa, todo lo contrario¡±, apunta un alto cargo de la Comisi¨®n.
Bruselas propone ampliar en casi un 50% el fondo de innovaci¨®n, que en la actualidad espera movilizar unos 20.000 millones de euros entre 2020 y 2030. El fondo se financia con la subasta de 450 millones de derechos de emisi¨®n de di¨®xido de carbono, a los que se a?adir¨ªan otros 200 millones como m¨ªnimo.
La ampliaci¨®n tambi¨¦n llegar¨ªa al fondo de modernizaci¨®n, financiado con el 2% de los ingresos del mercado de emisiones y destinado ayudar a una decena de pa¨ªses de Europa central y del Este (Polonia, Rumania, Bulgaria, Hungr¨ªa, Rep¨²blica Checa, Eslovaquia, Estonia, Letonia, Lituania y Croacia). Los ingresos esperados para ese fondo ascend¨ªan a 14.000 millones en esta d¨¦cada, una cifra que podr¨ªa doblarse con la propuesta, que eleva al 4,5% la partida procedente de la subasta de derechos. La lista de beneficiarios se ampl¨ªa para a?adir a Grecia y Portugal.
Bruselas recuerda, adem¨¢s, que en el marco presupuestario de la UE para 2021-2027 (casi dos billones de euros entre los presupuestos ordinarios y el fondo de recuperaci¨®n) prev¨¦ que hasta un 30% de la financiaci¨®n de los programas se destine a la transici¨®n verde. En el caso del fondo de recuperaci¨®n, hasta el 37%. Las ayudas tambi¨¦n alcanzar¨¢n a los hogares m¨¢s vulnerables a trav¨¦s de los 72.000 millones de euros del nuevo fondo social. Las estimaciones de Bruselas apuntan que ya en la actualidad unos 34 millones de europeos tienen dificultades econ¨®micas para pagar el gasto de calefacci¨®n, un riesgo de pobreza energ¨¦tica que podr¨ªa aumentar con medidas que encarecer¨¢n el precio de algunos combustibles.
Para acceder al fondo social, los Estados miembros deber¨¢n establecer programas de apoyo para los hogares m¨¢s vulnerables, para pol¨ªticas de renovaci¨®n de vivienda o aislamiento. El presupuesto europeo podr¨¢ sufragar hasta el 50% de esos programas.
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