Las dos siestas
Los lectores escriben sobre los beneficios del descanso despu¨¦s de comer, los casos de violaci¨®n en Estepona y Murcia, el ahorro energ¨¦tico y las novelas de Javier Mar¨ªas
La siesta del carnero, del can¨®nigo o siesta can¨®niga se produce antes de la hora de comer. La siesta tradicional tiene grandes beneficios, entre ellos, mejora nuestras habilidades cognitivas, siempre y cuando no se abuse de ella. Para estos d¨ªas de vacaciones, calor sofocante y modorra, aconsejo la pr¨¢ctica de las dos siestas, la tradicional y la del carnero. Tiene dos funciones distintas. Si uno se levanta a las siete o a las ocho de la ma?ana, a eso de la una de la tarde el cuerpo se resiente y ya pide una cabezada. Un corto sue?o de unos 10 o 15 minutos frente a un ventilador es muy reparador. Comes, recoges la mesa, friegas los platos y a continuaci¨®n, frente al televisor, en un c¨®modo sof¨¢, cae la siesta tradicional, que puede durar una media hora. Algunos se despiertan de mal genio o atontados despu¨¦s de esta siesta, otros nos despertamos muy a gusto, preparados para afrontar la c¨¢lida tarde hasta la medianoche, cuando una cama confortable nos acoger¨¢ para brindarnos un merecido descanso despu¨¦s de una jornada de sudores con el resultado de piernas cansadas, que s¨®lo se alivian acostados en horizontal.
Antonio Nadal Per¨ªa. Zaragoza
Violaciones y cursillos
Los polic¨ªas violadores de Estepona y el empresario violador de Murcia pronto podr¨¢n colgar en sus casas un diploma que acredite que han realizado con aprovechamiento el cursillo de educaci¨®n sexual. Magn¨ªfica labor de los magistrados, que se convierten en pioneros de una nueva v¨ªa de redenci¨®n penal. Lo pr¨®ximo, se?or¨ªas, bien podr¨ªa ser que los defraudadores fiscales quedaran liberados de pagar sus deudas si acuden a un cursillo de derecho tributario y que los pir¨®manos limpiasen sus responsabilidades con unas lecciones de bosques y naturaleza. Extendiendo su acreditada doctrina, pronto sobrar¨¢n los centros penitenciarios que ser¨¢n sustituidos por academias que impartan cursillos de todo pelaje.
Enrique Ramos Bujalance. Madrid
Ahorro energ¨¦tico
Las medidas del Gobierno para ahorrar energ¨ªa han suscitado reacciones en contra: Inc¨®modo, il¨®gico, incoherente, no podemos trabajar ni a 19 ni a 27 grados... Quiz¨¢ nos ense?en a hacerlo polic¨ªas, alba?iles, repartidores, barrenderos... Todos somos ahora nuevos ricos, la generosidad brilla por su ausencia en nosotros. Se nos ha olvidado c¨®mo viv¨ªan anteayer nuestros abuelos y bisabuelos. No queremos ahorrar para seguir tan c¨®modos como siempre. ?C¨®mo viven en Ucrania o en Burundi? A lo mejor nos cambiamos por ellos, ya que aqu¨ª vamos a sufrir tanto. ?Es tan dif¨ªcil entender que si no lo hacemos el futuro ser¨¢ peor?
Ana G¨®mez. Santander
Los dominios de Javier Mar¨ªas
Con 20 a?os pregunt¨¦ a la profesora Elide Pitarello qu¨¦ novela podr¨ªa leer de Javier Mar¨ªas. Su respuesta fue clara: ¡°eres muy joven para leer a Mar¨ªas, date tiempo¡±. Esa negativa despert¨® mi inter¨¦s y me declar¨¦ un insurrecto contra dicha recomendaci¨®n. Han pasado siete a?os y cuanto m¨¢s leo a Mar¨ªas m¨¢s adictivas me resultan sus novelas. La ¨²ltima ha sido Los dominios de lobo. Tras haber tenido la sensaci¨®n de estar leyendo en una butaca de cine, he sacado una vez m¨¢s en claro lo inconmensurable de los dominios que sobre la novela Mar¨ªas ostenta.
Ra¨²l Calleja Fuentes. Palma del R¨ªo (C¨®rdoba)
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