Nehru y la guerra de Espa?a
El hist¨®rico l¨ªder indio no s¨®lo comprendi¨® que deb¨ªa tomar partido en el conflicto desatado por el golpe franquista, sino que, al hacerlo, ten¨ªa que extraer una lecci¨®n: padecer el colonialismo no era excusa para renunciar a la tradici¨®n liberal
El 26 de octubre de 1930, mientras cumpl¨ªa condena en la prisi¨®n de Naini, el futuro presidente del Partido del Congreso y primer ministro de India, Jawaharlal Nehru, escribi¨® una carta a su hija Indira por su cumplea?os. Esta misiva, en la que Nehru compart¨ªa con una ni?a de 13 a?os sus reflexiones sobre una India independiente, ser¨ªa la primera de una serie que, a partir del 1 de enero siguiente, le har¨ªa llegar con inalterable regularidad. La correspondencia con Indira se publicar¨ªa bajo el t¨ªtulo de Glimpses of World History una vez que Nehru qued¨® en libertad, componiendo un volumen que sobrepasa el millar de p¨¢ginas. Junto con An Autobiography y The Discovering of India, obras de dimensiones tambi¨¦n imponentes, Glimpses of World History completa el legado intelectual de uno de los m¨¢s destacados l¨ªderes pol¨ªticos del siglo XX. Fuera de India, Nehru es conocido por su protagonismo en la creaci¨®n del movimiento de los No Alineados. Pero es tal vez dentro de India donde mejor se aprecia la singularidad de su liderazgo: si a Gandhi se debe el prodigio de una independencia alcanzada sin violencia, a Nehru le corresponde el milagro de que la India independiente adoptase un sistema constitucional y democr¨¢tico.
El hecho de que, encontr¨¢ndose en prisi¨®n, Nehru escogiera a su hija como destinataria de las ideas en las que fundamentaba su lucha no respond¨ªa al deseo de instruirla para dirigir alguna vez el pa¨ªs. Esa eventualidad no estaba entre sus objetivos, y tal vez no se habr¨ªa materializado de haber seguido en vida cuando se plante¨®. Fue la s¨²bita muerte del sucesor de Nehru como primer ministro lo que hizo que un sector del Partido del Congreso recurriera a Indira como soluci¨®n transitoria, en la denigrante convicci¨®n de que ser¨ªa una ¡°mu?equita manipulable¡±. M¨¢s all¨¢ de los efectos pol¨ªticos de esta decisi¨®n, a¨²n palpables en India, las consecuencias sobre la figura p¨®stuma de Nehru fueron, si cabe, m¨¢s devastadoras. Nehru aparece desde entonces como el fundador de la dinast¨ªa que sigue dirigiendo el Partido del Congreso, cuando, en realidad, nada tuvo que ver con la perpetuaci¨®n de la sucesi¨®n de Indira ni con la posterior evoluci¨®n del partido.
Desgranando para su hija su visi¨®n sobre el pasado y el presente del mundo, es probable que Nehru s¨®lo buscase un espacio donde conciliar una vida familiar desatendida y su absorbente actividad pol¨ªtica. A?os despu¨¦s, alcanzada la independencia, volver¨¢ a la f¨®rmula epistolar, convencido de que comunicarse por escrito le obligaba a realizar un esfuerzo de explicaci¨®n, de pedagog¨ªa, ¨²til para depurar sus propias ideas y para ejercer el liderazgo en la forma en la que lo entendi¨®. Durante los a?os como primer ministro, entre 1947 y 1963, Nehru dirigi¨® largas comunicaciones quincenales a los presidentes de los Estados que componen el sistema federal indio, dando cuenta de su posici¨®n acerca de los principales problemas internos e internacionales. Letters for a Nation, t¨ªtulo con el que fue publicada una antolog¨ªa de esta otra correspondencia monumental, contiene algunas de las m¨¢s brillantes reflexiones del pensamiento democr¨¢tico del siglo XX, con el aliciente de estar escritas por un l¨ªder cuya responsabilidad institucional obligaba a un contraste diario entre la teor¨ªa y la pr¨¢ctica.
¡°Estaba con mi mujer en Lausana cuando muri¨® el 28 de febrero de 1936¡å, escribe Nehru en su autobiograf¨ªa. ¡°Poco antes, llegaron noticias de que el Partido del Congreso me hab¨ªa elegido presidente por segunda vez¡±. De regreso a India, recibe una invitaci¨®n para reunirse con Mussolini durante una escala en Roma. Nehru la rechaza pese a la presi¨®n a la que le somete un belicoso emisario del Duce, enviado al hotel donde se aloja. Las razones para no entrevistarse con Mussolini, se?ala Nehru, fueron personales y pol¨ªticas. Pero todas apuntaban hacia su oposici¨®n al principio t¨¢ctico de ¡°el enemigo de mi enemigo es mi amigo¡±, aceptado por algunos movimientos anticoloniales que cre¨ªan aceptable alinearse con las potencias totalitarias para debilitar a las democracias con imperios en ultramar.
Una vez en Delhi, Nehru pens¨®, desalentado, que hab¨ªa llegado el momento de apartarse, de dedicar m¨¢s tiempo a los suyos, y presenta la dimisi¨®n a Gandhi. Sin embargo, ¡°un suceso lejano, sin conexi¨®n con India¡±, sigue escribiendo, ¡°me afect¨® gravemente y me hizo cambiar de decisi¨®n. Fue la rebeli¨®n del general Franco en Espa?a¡±. La influencia de la guerra civil espa?ola en la vida y el pensamiento de Nehru y, a trav¨¦s de su acci¨®n posterior, en la historia de India, tuvo que ver, sin duda, con el hecho de que ¡°la tragedia de Espa?a¡± se convirti¨® en ¡°una angustia personal¡±. Pero tambi¨¦n con el problema pol¨ªtico de fondo que suscitaba en un pa¨ªs como India, parad¨®jicamente sometido al colonialismo de una potencia democr¨¢tica, y que Nehru interpreta como la ausencia de la perspectiva de los colonizados en la tradici¨®n liberal europea. Seg¨²n recuerda en The Discovery of India, su lucha contra Inglaterra no obedec¨ªa a que, como democracia, reconociera libertades y derechos a los ciudadanos ingleses, sino a que, como imperio, se los negara a los indios.
Las menciones a Espa?a son frecuentes en la obra de Nehru, no s¨®lo referidas a la Guerra Civil. Nehru conoce el pasado musulm¨¢n de la Pen¨ªnsula y la vinculaci¨®n del golpe de Primo de Rivera con el desastre de Annual. Est¨¢ al corriente del papel de un Ej¨¦rcito sobrecargado de oficiales y de la influencia de la Iglesia sobre el poder pol¨ªtico, un contraejemplo que reafirmar¨¢ su convicci¨®n de que la India independiente debe abrazar el secularismo. Y no s¨®lo eso, sino que cita los nombres de los dirigentes republicanos y las disposiciones de la Constituci¨®n espa?ola de 1931 que, a su juicio, deber¨ªan inspirar la futura Constituci¨®n india, como la de convertir en derecho positivo interno los acuerdos de la Sociedad de Naciones. Gracias a que analiza la Guerra Civil desde la perspectiva de quien sufre la colonizaci¨®n y a la vez no renuncia a la tradici¨®n liberal, Nehru no admira las grandezas imperiales del pasado espa?ol, sino el esfuerzo de la Rep¨²blica por establecer un sistema democr¨¢tico y defenderlo. Bajo su inspiraci¨®n, se organizan manifestaciones de apoyo a la causa republicana en las principales ciudades de India, y el Partido del Congreso asume la idea, crucial para la futura pol¨ªtica independiente, de que fascismo e imperialismo eran ¡°hermanos gemelos¡±: uno privaba de derechos a los ciudadanos de las colonias y el otro en el interior de los pa¨ªses en los que llegaba a gobernar.
Como la actual guerra de Ucrania, la de Espa?a en 1936 fue un acontecimiento de resonancia y consecuencias mundiales. En un pa¨ªs tan lejano como India, un dirigente pol¨ªtico de la estatura de Jawaharlal Nehru no s¨®lo comprendi¨® que deb¨ªa tomar partido, sino tambi¨¦n que, al hacerlo, ten¨ªa que extraer una lecci¨®n. En concreto, la lecci¨®n de que padecer el colonialismo no era excusa para renunciar a la tradici¨®n liberal y que la tradici¨®n liberal, por su parte, no deb¨ªa traicionarse a s¨ª misma aplicando sus principios seg¨²n un doble rasero, uno para las colonias y otro para las metr¨®polis, porque, al final, las colonias y las metr¨®polis acabar¨ªan enfrent¨¢ndose a las mismas fuerzas oscurantistas. A partir de esta premisa, India se dot¨® de un sistema democr¨¢tico y un mundo tan desgarrado como ahora vuelve a estarlo pudo entrever una salida.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.