La derrota de Annual, cien a?os de olvido
Hace un siglo, el Ej¨¦rcito espa?ol sufri¨® una de las mayores derrotas de su historia en Annual, una poblaci¨®n perdida en la regi¨®n marroqu¨ª del Rif. En 18 d¨ªas, entre 8.000 y 13.000 soldados perdieron la vida frente a las tribus rife?as. El desastre, que marc¨® el rumbo de las siguientes dos d¨¦cadas tr¨¢gicas en Espa?a, no est¨¢ en la agenda ni del Estado marroqu¨ª ni del espa?ol, inmersos en la actual crisis diplom¨¢tica
Este sol de julio se abalanza sobre la llanura marroqu¨ª de Annual con una brutalidad que contribuye a ponerse en la piel de los miles de soldados espa?oles ca¨ªdos mientras hu¨ªan desde aqu¨ª a Melilla. Aquella desbandada sucedi¨® hace un siglo, entre el 22 de julio y el 9 de agosto de 1921. Muchos murieron de sed en sus fortines, los legendarios blocaos, asediados por los rife?os. Otros fallecieron tiroteados mientras intentaban huir. Y otros tantos, torturados despu¨¦s de entregarse a pocos kil¨®metros de all¨ª, en el fuerte de Monte Arruit, con las orejas, las narices y los test¨ªculos mutilados.
El historiador Juan Pando escribi¨® en su Historia secreta de Annual (Temas de Hoy, 1999): ¡°Nunca, hasta entonces, hab¨ªa perdido la Espa?a contempor¨¢nea un ej¨¦rcito al completo. En bloque y de la forma espantosa ¡ªasesinado, en su mayor¨ªa, luego de capitular en sus posiciones¡ª¡±. Y el periodista Manuel Leguineche, autor de Annual 1921. El desastre de Espa?a en el Rif (Alfaguara, 1996), se refiri¨® a ella como ¡°la peor guerra en el peor momento en el peor sitio del mundo (¡). Una batalla que nadie quiso o¨ªr durante 75 a?os¡±.
Annual es una explanada cercana a una aldea de varios cientos de habitantes, a 60 kil¨®metros de Melilla en l¨ªnea recta y a 50 de la ciudad de Nador. Ah¨ª fue donde cay¨® el general Silvestre, el general m¨¢s joven del Ej¨¦rcito espa?ol, con 50 a?os, que ven¨ªa de fraguar una carrera heroica en la guerra de Cuba y presum¨ªa de tener tres test¨ªculos, como prueba eximia de su valor. Silvestre fue derrotado por un hombre que no presentaba ninguna experiencia militar: Abdelkrim el Jatabi (1882-1963), un traductor al servicio de Espa?a, colaborador del peri¨®dico espa?ol El Telegrama del Rif, que hab¨ªa sido nombrado en 1914 kad¨ª kodat, o juez de jueces, en Melilla. O sea, la m¨¢xima autoridad judicial en ¡°asuntos ind¨ªgenas¡±.
La intenci¨®n de Silvestre era conquistar Alhucemas, a 30 kil¨®metros de Annual en l¨ªnea recta. Pero se vio emboscado por Abdelkrim y sus tropas huyeron en desbandada en direcci¨®n a Melilla. El camino qued¨® moteado por miles de cad¨¢veres; entre 8.000 y 13.000. De aquel desastre aflor¨® una radiograf¨ªa de Espa?a que puso de relieve todos los males del pa¨ªs: un ej¨¦rcito corrupto, mal instruido y peor armado para las ¨ªnfulas coloniales que ten¨ªa; un monarca, Alfonso XIII, de vocaci¨®n militar, que apoy¨® al general Silvestre como su gran favorito y despu¨¦s al general golpista Miguel Primo de Rivera como su tabla de salvaci¨®n; y una clase pol¨ªtica que no pudo depurar responsabilidades, a pesar de los intentos de diputados como el socialista Indalecio Prieto.
En medio de ese desastre, la dignidad del Ej¨¦rcito aflor¨® en la figura del general de divisi¨®n Juan Picasso, t¨ªo del pintor malague?o. A ¨¦l se le encomend¨® investigar qu¨¦ ocurri¨® en Annual. Tras nueve meses de trabajo, present¨® en el Congreso de los Diputados un informe de 2.433 folios, el famoso Expediente Picasso. Los numerosos testimonios que recogi¨® hicieron que mucha gente volviera su cabeza hacia Alfonso XIII como uno de los principales responsables del desastre. Al verse en peligro, el rey auspici¨® el advenimiento de la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930). Despu¨¦s lleg¨® la Rep¨²blica y Alfonso XIII parti¨® al exilio. Y despu¨¦s Francisco Franco reclut¨® a cerca de 100.000 marroqu¨ªes para combatir a los espa?oles que defend¨ªan la Constituci¨®n de 1931. La mayor¨ªa eran rife?os. Y emplearon en la Guerra Civil la misma violencia que usaban y sufr¨ªan desde hac¨ªa d¨¦cadas.
Todo ese c¨²mulo de desgracias se fue fraguando en esta llanura de Annual donde hoy apenas queda como recuerdo un peque?o monumento con la cara de Abdel?krim pintada y una placa escrita en ¨¢rabe donde se lee: ¡°Proteged vuestra historia¡±. Pero la historia del Rif est¨¢ poco preservada. No hay un solo museo. En los manuales del colegio apenas se le dedica alg¨²n p¨¢rrafo a la ¡°epopeya de Annual¡±. La figura de Abdelkrim sigue siendo inc¨®moda para Marruecos. Porque Abdelkrim fue el l¨ªder que consigui¨® unir a las tribus del Rif contra Espa?a y contra¡ Marruecos. Derrot¨® al Ej¨¦rcito espa?ol y cre¨® una rep¨²blica independiente, entre 1921 y 1926. Despu¨¦s, Espa?a y Francia perpetraron los bombardeos con armas qu¨ªmicas contra la poblaci¨®n civil de ese territorio.
Omar Lemallam, presidente de la Asociaci¨®n Memoria del Rif, explica que el nombre de Abdelkrim solo se le ha puesto en el Rif a una escuela, un pantano, una avenida y un instituto. A?ade que desde que se produjeron las protestas del llamado Hirak rife?o, a finales de 2016, se cortaron las ayudas para la memoria del Rif.
¡°El poder¡±, se?ala Lemallam, ¡°cree que cuando se empieza hablando de Abdelkrim y de la resistencia se termina hablando de otras cosas¡±. Es decir, del sue?o de un Rif aut¨®nomo o independiente. ¡°Lo que hace a Abdelkrim tan importante¡±, contin¨²a Lemallam, ¡°no son las batallas que gan¨®, sino que consiguiera unir a tribus rivales para intentar construir un Estado moderno¡±.
Hoy, las tribus no tienen el peso que ten¨ªan en la cultura rife?a. Pero a¨²n se distingue cada una por su acento, por la forma de pronunciar ciertas palabras. La figura de Abdelkrim, que nunca fue olvidada en el Rif, recobr¨® fuerza con las protestas del Hirak. La mecha que encendi¨® las manifestaciones fue la muerte en 2016 de un vendedor de pescado, triturado en un cami¨®n de basura cuando intentaba impedir que la polic¨ªa le confiscara su mercanc¨ªa.
Aquellas protestas empezaron con alegres c¨¢nticos que reclamaban hospitales, empleo y otras demandas sociales. Pero en vez de gritar ¡°Dios, patria y rey¡±, tal como el Estado proclama en miles de murales, los rife?os coreaban ¡°Dios, patria y pueblo¡±. Las manifestaciones terminaron con una represi¨®n jam¨¢s vista durante el reinado del actual monarca, Mohamed VI. Cientos de j¨®venes rife?os acabaron encarcelados y otros huyeron en patera hacia Espa?a. Las cuatro figuras m¨¢s destacadas del Hirak, incluido el personaje m¨¢s carism¨¢tico, Nasser Zafzafi, contin¨²an en la c¨¢rcel, con penas de hasta 20 a?os, acusados de atentar contra la integridad del Estado. El Tribunal Supremo ratific¨® sus condenas en junio.
La ¨²nica esperanza de que salgan Zafzafi y los tres activistas condenados consiste en que Mohamed VI les indulte. Algunos rife?os esperan que esa gracia real se otorgue con ocasi¨®n de la Fiesta del Cordero, prevista en torno al mismo 22 de julio, que marca el centenario de Annual. Otros temen que tardar¨¢n varios a?os en ser indultados.
ESPA?A
PROTECTORADO ESPA?OL
DE MARRUECOS
(1912-1956)
T¨¢nger
Ceuta
Alhucemas
Melilla
Annual
Monte
Arruit
MARRUECOS
50 Km
PROTECTORADO FRANC?S
Ej¨¦rcito espa?ol
Harkas rife?as
Matanzas
Mar Mediterr¨¢neo
Monte Abarr¨¢n
Annual
Melilla
Alhucemas
Nador
Zelu¨¢n
Igueriben
Izumar
Monte
Arruit
PROTECTORADO
ESPA?OL
R¨ªo Gan
PROTECTORADO
FRANC?S
20 Km
Fuente: Archivo Hist¨®rico Nacional / Informe
Picasso y Alberto Torres.
NACHO CATAL?N / EL PA?S
ESPA?A
PROTECTORADO ESPA?OL
DE MARRUECOS
(1912-1956)
T¨¢nger
Ceuta
Alhucemas
Melilla
Annual
Monte
Arruit
MARRUECOS
50 Km
PROTECTORADO FRANC?S
Ej¨¦rcito espa?ol
Harkas rife?as
Matanzas
Mar Mediterr¨¢neo
Monte Abarr¨¢n
Annual
Melilla
Alhucemas
Nador
Zelu¨¢n
Igueriben
Izumar
Monte
Arruit
PROTECTORADO
ESPA?OL
R¨ªo Gan
PROTECTORADO
FRANC?S
20 Km
Fuente: Archivo Hist¨®rico Nacional / Informe Picasso
y Alberto Torres.
NACHO CATAL?N / EL PA?S
Ej¨¦rcito espa?ol
ESPA?A
PROTECTORADO ESPA?OL
DE MARRUECOS
(1912-1956)
Harkas rife?as
T¨¢nger
Ceuta
Guarniciones militares espa?olas (julio de 1921)
Campamentos
Melilla
Alhucemas
Matanzas
Monte
Arruit
Annual
MARRUECOS
50 Km
PROTECTORADO FRANC?S
Mar Mediterr¨¢neo
Melilla
Alhucemas
Sidi Dris
Dar Quebdani
Monte Abarr¨¢n
Afrau
El Atalay¨®n
Axdir
R. Amekr¨¢n
Nador
Buimeyan
Annual
Igueriben
R. Kert
Zelu¨¢n
Ben Tieb
Monte
Arruit
Izumar
Kandussi
R¨ªo Nekor
22 julio
El Batel
Dar Drius
Tafersit
29 julio
23 julio
Midar
R¨ªo
Gan
PROTECTORADO ESPA?OL
Zoco el-Telatza
29 julio
25 julio
20 Km
PROTECTORADO FRANC?S
Fuente: Archivo Hist¨®rico Nacional / Informe Picasso y Alberto Torres.
NACHO CATAL?N / EL PA?S
Ej¨¦rcito espa?ol
ESPA?A
PROTECTORADO ESPA?OL
DE MARRUECOS
(1912-1956)
Harkas rife?as
T¨¢nger
Ceuta
Guarniciones militares espa?olas (julio de 1921)
Campamentos
Melilla
Alhucemas
Matanzas
Monte
Arruit
Annual
MARRUECOS
50 Km
PROTECTORADO FRANC?S
Mar Mediterr¨¢neo
Melilla
Alhucemas
Sidi Dris
Dar Quebdani
Monte Abarr¨¢n
Afrau
El Atalay¨®n
Axdir
R. Amekr¨¢n
Nador
Buimeyan
Annual
Igueriben
R. Kert
Zelu¨¢n
Ben Tieb
Monte
Arruit
Izumar
Kandussi
R¨ªo Nekor
22 julio
El Batel
Dar Drius
Tafersit
29 julio
23 julio
Midar
R¨ªo
Gan
PROTECTORADO ESPA?OL
Zoco el-Telatza
29 julio
25 julio
20 Km
PROTECTORADO FRANC?S
Fuente: Archivo Hist¨®rico Nacional / Informe Picasso y Alberto Torres.
NACHO CATAL?N / EL PA?S
Las fronteras terrestres de Ceuta y Melilla con Marruecos est¨¢n cerradas desde marzo de 2020 a causa de la pandemia. A esa crisis sanitaria se le ha unido la tensi¨®n diplom¨¢tica entre los dos pa¨ªses. Tensi¨®n que sobrevino despu¨¦s de que Marruecos intentase que el Gobierno espa?ol modificara su posici¨®n respecto al S¨¢hara Occidental y despu¨¦s de que el Ministerio de Asuntos Exteriores espa?ol autorizase en abril la acogida del l¨ªder del Frente Polisario, Brahim Gali, en un hospital de Logro?o. El resultado es que no hay fecha prevista para abrir las fronteras. A pesar de que la poblaci¨®n rife?a pr¨®xima a las ciudades aut¨®nomas espa?olas se ha manifestado en varias ocasiones para que se abran.
El historiador Vicente Moga, que naci¨® en 1953 en las minas rife?as de Uix¨¢n, bajo el protectorado espa?ol, y trabaja como director del Archivo General de Melilla, lamenta que se haya perdido en este centenario una ocasi¨®n para crear una ¡°din¨¢mica de conciliaci¨®n entre los dos pueblos que se enfrentaron hace tanto tiempo¡±. Moga prepara la edici¨®n ¨ªntegra en cinco vol¨²menes del Expediente Picasso, que presentar¨¢ en Melilla el 30 de octubre. Y anuncia que el 29 de julio se inaugurar¨¢ en Melilla la exposici¨®n Cien a?os de soledad. Annual 1921-2021.
Moga afirma que los estamentos militares espa?oles siguen recordando Annual como una afrenta. Dice que prefieren hablar de la ¡°reconquista¡± posterior del Rif antes que del ¡°desastre¡±. ¡°En Melilla estos estamentos solo hablan de panteones de h¨¦roes, mientras que en Marruecos apenas se divulga la historia de Annual¡±, lamenta el historiador. La foto de Abdelkrim sigue presente en muchas casas del Rif, de puertas adentro. Pero ya nadie suele reivindicar su legado en p¨²blico. Un antiguo simpatizante de las protestas, que solicita el anoni?mato, resume lo que puede ser la opini¨®n de otros muchos: ¡°Yo ya no hago nada. Una cosa es defender tus principios¡ Y otra es suicidarse¡±.
Cien a?os despu¨¦s de Annual, el Majz¨¦n, que es como en Marruecos se suele aludir al palacio real, controla cualquier movimiento en la tierra de los descendientes de Abdelkrim. Al llegar a Annual, un Mercedes negro aparca detr¨¢s del coche de los autores de este reportaje. Dos hombres salen del autom¨®vil. No son turistas y tampoco sienten la necesidad de identificarse, a pesar de que uno de ellos graba con su tel¨¦fono a los periodistas.
Al cabo de un rato se avienen a intercambiar impresiones. Comentan que, antes de que cerraran la frontera con Melilla, sol¨ªan venir los fines de semanas autobuses desde esta ciudad para ver esa llanura. Cuando se les pregunta de qu¨¦ vive la gente ahora en la zona, se r¨ªen. Y despu¨¦s uno de ellos aventura: ¡°De la agricultura¡±. Y el otro a?ade: ¡°Pero la mayor¨ªa de los j¨®venes sue?an con irse a Espa?a¡±. Y entre bromas pregunta: ¡°?Usted no tendr¨¢ un visado para m¨ª?¡±.
El trauma que supuso Annual para Espa?a queda reflejado en la literatura con obras como La forja de un rebelde, de Arturo Barea; Im¨¢n, de Ram¨®n J. Sender, o, por citar una m¨¢s reciente, El nombre de los nuestros, de Lorenzo Silva. Entre las investigaciones hist¨®ricas, algunas de las m¨¢s divulgadas son Abrazo mortal, de Sebastian Balfour, y la biograf¨ªa Abd-el-Krim el Jatabi, de Mar¨ªa Rosa de Madariaga. La obra p¨®stuma del historiador y periodista Jorge M. Reverte, El vuelo de los buitres (Galaxia Gutenberg), hace hincapi¨¦ en la perspectiva de los rife?os.
El protectorado espa?ol en el norte de ?frica (1912-1956) se divid¨ªa en dos zonas: una pr¨®xima a Melilla y otra a Ceuta. En medio quedaba Alhucemas, donde reinaba la tribu de Abdelkrim. El general Manuel Fern¨¢ndez Silvestre pretend¨ªa conquistar la anhelada ciudad que imped¨ªa ejercer un dominio total sobre el protectorado. El general hab¨ªa llegado en enero de 1921 hasta la explanada de Annual sin encontrar resistencia y cre¨ªa que la victoria estaba al alcance de la mano. Pero el primer aviso de que su buena estrella estaba a punto de apagarse lleg¨® el 1 de junio, desde el monte Abarr¨¢n, una posici¨®n avanzada, a nueve kil¨®metros de Annual. Aquel d¨ªa, las huestes de Abdelkrim mataron a 24 soldados espa?oles. A Silvestre le informaron de que Abdelkrim estaba uniendo a varias tribus rivales, pero hizo caso omiso del dato.
El segundo y definitivo toque de atenci¨®n lleg¨® desde el monte Igueriben, que se atisba desde la llanura de Annual. All¨ª hab¨ªa desde el 7 de junio unos 350 soldados espa?oles. La fuente de agua m¨¢s pr¨®xima estaba a cuatro kil¨®metros. Las fuerzas de Abdelkrim rodearon el blocao y lo atacaron el 17 de julio. Los espa?oles se quedaron muy pronto sin agua. Cuatro d¨ªas despu¨¦s ya hab¨ªan muerto 339. Llegaron tan pocos supervivientes a Annual y lo hicieron tan espantados que se produjo la desbandada.
Por los desfiladeros imponentes de Izumar fueron cayendo m¨¢s y m¨¢s soldados, perseguidos por las tropas de Abdelkrim. No se sabe si el general Silvestre fue alcanzado por alguna bala o se suicid¨®. La mayor¨ªa de los muertos era gente humilde, que no hab¨ªa podido librarse del servicio militar abonando una cantidad de dinero, como hac¨ªan miles de ciudadanos de la clase media. Los rife?os llamaban a aquellos soldados ¡°los de los pantalones remendados¡± o ¡°los comedores de sapos¡±.
Espa?a era un pa¨ªs en declive que hab¨ªa recogido las migajas coloniales que le dejaron en el norte de ?frica el Reino Unido y Francia, recelosos cada uno de ellos del otro. A Espa?a se le encomend¨® gestionar su ¡°protectorado¡± y modernizar la zona. Y al mismo tiempo se negociaba con las distintas tribus la explotaci¨®n de las minas.
A 30 kil¨®metros de Melilla est¨¢n las ruinas de las minas de hierro de Uix¨¢n, donde en su d¨ªa hab¨ªa un poblado espa?ol. Ahora un ni?o pastor grita la palabra ¡°arumis¡± cuando ve a los extranjeros, la misma palabra amazig con la que se designaba hace un siglo a los ¡°cristianos¡±. La riqueza hace tiempo que desapareci¨®.
Ahora, los herederos de los soldados rife?os de Abdel?krim en las inmediaciones de estas minas exhaustas viven de la agricultura y de las remesas que llegan de los emigrantes de Europa. ¡°Otra gente se dedica al comercio de coches importados de Europa¡±, explica Lemallam.
En medio de aquella desbandada en el camino hacia Melilla apareci¨® el regimiento de caballer¨ªa Alc¨¢ntara n? 14. Su jefe era el teniente coronel Fernando Primo de Rivera, hermano del futuro dictador Miguel Primo de Rivera. Este oficial y sus 691 hombres cubrieron la retirada de m¨¢s de 3.000 soldados con el sacrificio de los que saben que van a morir. Cargaron en varias ocasiones contra un enemigo m¨¢s numeroso y fallecieron casi todos. En 2013 este regimiento recibi¨® de forma colectiva la Cruz Laureada de San Fernando, la mayor condecoraci¨®n militar espa?ola. El escritor Arturo P¨¦rez-Reverte lamenta que no se haya filmado ni una sola pel¨ªcula sobre ellos. Tambi¨¦n existen voces cr¨ªticas que se?alan que aquel sacrificio ¡°suicida¡± del regimiento no ten¨ªa ninguna l¨®gica y reflejaba un desprecio por la vida propio de la ¨¦poca.
Algunos intelectuales rife?os familiarizados con Annual lo ignoran todo sobre el regimiento Alc¨¢ntara. Y otros, como Huse¨ªn Bojdadi, coordinador del grupo Thawsna (cultura, en lengua amazig) para documentar el patrimonio oral en el Rif oriental, creen que los espa?oles le dan demasiada importancia a esa gesta.
En el fuerte de Monte Arruit es donde se vivi¨® con mayor dramatismo el desastre de Annual. All¨ª, los supervivientes de Annual y los soldados que guarnec¨ªan el cuartel, en total unos 3.000, fueron cercados desde el 29 de julio hasta el 9 de agosto, a la espera de que las tropas de Melilla les auxiliaran. Cosa que nunca sucedi¨®. Extenuados por los disparos del enemigo y la sed, la mayor¨ªa de los soldados se rindieron. Pero fueron asesinados, algunos decapitados, una vez que entregaron sus armas.
Sorprende al llegar a Monte Arruit que no exista ning¨²n monte, sino una cuesta suave. En lo alto de ella se situaba el fuerte. Y ahora, en aquel lugar donde tantos espa?oles padecieron miedo y sed, hay un dep¨®sito de agua de la Oficina Nacional de Electricidad y Agua Potable, en donde ondea la bandera roja de Marruecos. Arruit ten¨ªa hace un siglo 500 habitantes y hoy tiene 50.000.
Huse¨ªn Bojdadi, vecino del pueblo, comenta: ¡°Los espa?oles dec¨ªan que la gente de la tribu de Arruit, la de los beni bu yahi, eran traidores. Pero no cuentan que ellos no respetaron los acuerdos con esta tribu. Algunos mandos abusaban de las mujeres. Eso es un dato importante que suele olvidarse. Y el otro es que, cuando los espa?oles se rindieron, entraron seis rife?os a requisar las armas. Y hubo soldados dentro que no quer¨ªan rendirse y fusilaron a los rife?os¡±.
La historiadora Rosa Mar¨ªa de Madariaga considera normal que los vecinos de Arruit intenten ¡°blanquear¡± el comportamiento de los miembros de la ?tribu beni bu yahi. Aclara que quienes masacraron a los soldados desarmados no pertenec¨ªan a la resistencia rife?a al mando de Abdelkrim, sino a cabilas (tribus) de la regi¨®n oriental, algunas de las cuales, como los beni bu yahi, ¡°no eran ni siquiera berber¨®fonas, sino arab¨®fonas¡±. No obstante, De Madariaga asume que hay un ¡°fondo de verdad¡± en la versi¨®n que se transmite en Arruit. ¡°Que los oficiales [espa?oles] de la polic¨ªa ind¨ªgena violaban con frecuencia a mujeres de las cabilas es un hecho incuestionable. El socialista Indalecio Prieto denunciaba en un famoso discurso en el Parlamento en octubre de 1921 el caso de un capit¨¢n que hab¨ªa violado a cerca de ¡¯50 mujeres moras¡±. Respecto al fusilamiento de los rife?os, la historiadora explica que se produjo cuando un grupo de unos 30 cabile?os se acercaron al fuerte enarbolando banderas blancas, con la intenci¨®n de parlamentar, y el p¨¢nico aument¨® entre los asediados. ¡°Fue entonces cuando se oy¨® la orden de disparar contra los que se encontraban ya a sus puertas, dejando el suelo sembrado por unos 50 cad¨¢veres¡±, precisa De Madariaga. Y concluye que la matanza de soldados espa?oles, despu¨¦s de haber rendido las armas, ¡°ser¨ªa una venganza por aquel ametrallamiento de los beni bu yahi, que intentaban parlamentar con los espa?oles la rendici¨®n de la posici¨®n¡±.
Bojdadi a?ade que, a pesar de aquel hecho traum¨¢tico, los ancianos de Arruit guardaban un buen recuerdo de los espa?oles. ¡°Porque dejaron carreteras, colegios, nos ense?aron a cultivar¡ A¨²n hoy, cuando llevamos mucho tiempo sin que llueva, hay quienes dicen que es por venganza de los espa?oles. Y en cuanto a los j¨®venes de aqu¨ª, ellos solo quieren llegar a Espa?a, porque la ven como El Dorado¡±, concluye.
De la presencia espa?ola va quedando cada vez menos rastro en el Rif. La generaci¨®n de Nasser Zafzafi, de 41 a?os, apenas habla espa?ol. Pero los ancianos como su padre s¨ª lo hablan. No obstante, en la plaza central de Alhucemas destaca el colegio espa?ol Melchor de Jovellanos. All¨ª ejerce de secretario el profesor de Historia Miguel ?ngel Rodr¨ªguez Tato, que se confiesa muy interesado en la historia del pueblo rife?o. ¡°Me atrae su anarquismo. Son muy ind¨®mitos. Esto ha sido una sociedad tan pobre que ni siquiera surgi¨® una ¨¦lite que pudiera vivir de los recursos de los dem¨¢s. Por eso no hay ni castillos, ni palacios, ni fortalezas¡±.
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