Defensa y democracia
El aumento del gasto militar hasta un 2% en 2028 solo se justifica con un plan de inversiones razonado y convincente
La invasi¨®n rusa de Ucrania, el pasado 24 de febrero, ha cambiado dram¨¢ticamente el panorama estrat¨¦gico y ha alterado las prioridades de los pa¨ªses europeos. La OTAN ha vivido un imprevisto resurgimiento tras el ataque de Putin, con pa¨ªses como Suecia y Finlandia llamando a su puerta. La cumbre celebrada a finales de junio en Madrid ratific¨® el compromiso adoptado en Gales en 2014 de elevar el gasto militar hasta el 2% del PIB en el plazo de una d¨¦cada, convirti¨¦ndolo en inexcusable. Espa?a est¨¢ ahora a la cola de los pa¨ªses de la OTAN en inversi¨®n en defensa, con un 1,01% del PIB este a?o y el compromiso de aumentarlo progresivamente para alcanzar el 2% en 2028. Se trata de un incremento notable, ya que supone pr¨¢cticamente duplicar el actual gasto militar, pero est¨¢ en consonancia con el que han anunciado otros aliados. Una Alemania tradicionalmente remisa a aumentar el gasto de defensa ha cambiado de criterio ante la evidente beligerancia de Putin y, con un Gobierno de coalici¨®n entre socialdem¨®cratas, verdes y liberales, ha aprobado un fondo de 100.000 millones para modernizar sus Fuerzas Armadas en los pr¨®ximos a?os. Otros pa¨ªses han rebasado ya el porcentaje fijado en Gales, como EE UU, Reino Unido, Grecia o Polonia, o est¨¢n cerca de alcanzarlo, como Francia.
En realidad, el 2% solo es una mera referencia, pues alcanzarlo antes o despu¨¦s depender¨¢ en buena medida del crecimiento econ¨®mico, y algunos pa¨ªses que destinan grandes recursos a mantener sus ej¨¦rcitos son ¡°consumidores de seguridad¡± y no ¡°contribuyentes¡±, es decir, reciben m¨¢s de lo que dan a la Alianza Atl¨¢ntica. No es el caso de Espa?a, que participa en la mayor parte de las misiones de la OTAN.
Pese a ello, las carencias en las Fuerzas Armadas tras una d¨¦cada de recortes presupuestarios son evidentes, con necesidades perentorias en t¨¦rminos de renovaci¨®n y restituci¨®n de material, armamento y sistemas de defensa. Un tercio de los aviones de combate est¨¢n cerca del final de su vida operativa y algunas capacidades se han perdido en estos a?os. En palabras de un mando militar, el aumento del gasto en defensa se destinar¨¢ prioritariamente a ¡°tapar agujeros¡±.
Ahora bien, un aumento del gasto militar tan fuerte como el previsto no puede ser discrecional o equivaler a un cheque en blanco. Hay que conocer en detalle los planes espec¨ªficos de inversi¨®n, la pertinencia de las partidas y la utilidad efectiva de las compras. De qu¨¦ forma estas servir¨¢n o no para activar una industria de defensa que impulse el desarrollo tecnol¨®gico y c¨®mo se encuadran estos proyectos en el objetivo de lograr una autonom¨ªa europea en materia de seguridad. El crecimiento del gasto militar requiere una amplia y detallada explicaci¨®n a los ciudadanos que evite su incomprensi¨®n ante una ayuda que tambi¨¦n necesitan muchos otros ¨¢mbitos de la sociedad espa?ola.
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