Contrastes del mercado inmobiliario
Los lectores opinan sobre la carest¨ªa de la vivienda, la afici¨®n al juego, la geopol¨ªtica, el decreto de ahorro energ¨¦tico y la lucha contra los incendios forestales
Hace unos d¨ªas, nos reunimos los quintos del 78 de Mataporquera (Cantabria), una localidad industrial que lleg¨® a tener 4.000 habitantes por los a?os sesenta y que hoy apenas cuenta con 600. De la veintena de asistentes, muy pocos se quedaron en el pueblo, pero hay uno que regresa ahora, ya jubilado, aprovechando el precio irrisorio de la vivienda en el pueblo. Ha comprado un garaje de unos 30 metros cuadrados con cabrete por 20.000 euros que inclu¨ªa en el precio un piso de la Sindical como regalo. No he podido evitar la comparaci¨®n con los 520 euros que paga mi hijo por una habitaci¨®n cutre en Malasa?a, con vistas a un patio interior y sin aire acondicionado. Una vez que en estos pueblos de la Espa?a vaciada no hay ya un problema de conectividad, disponen de una dotaci¨®n de servicios bastante correcta y es posible dormir sin gasto energ¨¦tico, me pregunto cu¨¢nto tardar¨¢ en ajustarse la exuberancia/indigencia irracional de ambos mercados inmobiliarios, tan opuestos entre s¨ª.
Miguel ?ngel Cuevas Cos¨ªo. Sancibri¨¢n (Cantabria)
La ludopat¨ªa
Realmente, no se habla mucho de la ludopat¨ªa, pero ah¨ª est¨¢. Y a veces pr¨®xima a la salida de un colegio, lo que da a entender que la sociedad no la registra como un peligro de referencia. Seg¨²n mi manera de pensar, cuando se juega compulsivamente se suele tener depresi¨®n o ansiedad. Tambi¨¦n puede estar asociado con trastornos de hiperactividad. Y con deseos de ganar dinero r¨¢pido. El perfil del lud¨®pata ha variado. Actualmente se manifiesta a edades m¨¢s tempranas, posiblemente por la facilidad de jugar en l¨ªnea, lo que lleva a j¨®venes a probar fortuna. Otro factor es que en las ciudades se abren numerosos locales de apuestas. No se habla mucho de este problema social, pero no deja de ser una verg¨¹enza que haya gente que se est¨¢ enriqueciendo por su laxa conciencia.
Mar¨ªa Luisa Alonso Alcal¨¢. Zaragoza
Geopol¨ªticas
Tristes tiempos estos en que las geopol¨ªticas se imponen: patrias y guerras, aliados y enemigos, buenos y malos, los nuestros y los otros... La buena pol¨ªtica, la que trata de libertad, igualdad, solidaridad y progreso para las personas, es a la geopol¨ªtica lo que la buena m¨²sica a la m¨²sica militar. En esas estamos.
Manuel Gamella Bacete. Majadahonda (Madrid)
Decreto energ¨¦tico
Parece que hay algunos sectores, comunidades y partidos que creen que el Gobierno deb¨ªa haber pactado con ellos el decreto de medidas de ahorro de energ¨ªa. Recordemos que el acuerdo europeo implicaba implantar las medidas el 1 de agosto. Si se hubiesen buscado acuerdos, dada la predisposici¨®n que se observa por parte de casi todos ellos a facilitarlos, no creo que se hubieran conseguido para una fecha temprana; m¨¢s bien, cuando ya se hubiese terminado la guerra de Ucrania, esto es, cuando ya no hiciera falta ninguna medida.
Jos¨¦ Mar¨ªa Rojo Mor¨®n. Teruel
Lamentable contraste
No hemos inventado todav¨ªa aviones que puedan luchar por la noche contra los incendios y, sin embargo, hace a?os que disponemos de aviones de guerra capaces de seguir operando en horas nocturnas.
Javier Angosto. Benicarl¨® (Castell¨®n)
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