El valor de tres c¨¦ntimos
Los lectores escriben sobre la situaci¨®n econ¨®mica, la dimisi¨®n de Toni Cant¨®, la creaci¨®n de una hoja de felicitaciones y la Justicia
Una mujer de pelo rubio arremangado en una coleta regresa con aire de urgencia al supermercado en el que acababa de comprar. En la mano sostiene el tique de la compra y una bolsa de papel en la que lleva dos panes. Se acerca a la cajera y le dice que hay un error, que le ha cobrado de m¨¢s. Unos seis c¨¦ntimos. La cajera le pide que espere un momento. Coge el tique de la compra y lo comprueba. Le hab¨ªa cobrado de m¨¢s tres c¨¦ntimos. La mujer de pelo rubio sonr¨ªe, con cierta verg¨¹enza. Dice en voz alta que hab¨ªa pensado que era m¨¢s. Pens¨® que la cajera le hab¨ªa cobrado seis c¨¦ntimos. Al final s¨®lo fueron tres. Los recogi¨®, los meti¨® en la cartera y se fue. Antes le dio las gracias a la cajera. Entonces me di cuenta que mucha gente no puede permitirse el lujo de perder seis c¨¦ntimos que luego solo fueron tres.
Concha D¨ªaz de Ganzo. Madrid
Cant¨® dimite
Puesto que no se le conoce iniciativa alguna de enjundia como director de la Oficina del Espa?ol, por fin sabemos a qu¨¦ se ha venido dedicando Toni Cant¨® durante el tiempo que ha estado al frente de este chiringuito inventado por Isabel D¨ªaz Ayuso para ¨¦l. A raz¨®n de 70.000 euros anuales procedentes de nuestros bolsillos, su trabajo ha consistido en preparar un ¡°nuevo proyecto profesional¡±. Es decir, ha utilizado las instituciones p¨²blicas para planificar una salida privada. Dada la obsesi¨®n de Ayuso por privatizar todo lo que se mueva, puede estar satisfecha: el se?or Cant¨® ha sido un buen alumno: se ha privatizado a s¨ª mismo. Ahora, lo que me da miedo es que si no le sustituyen pronto por alguien de su perfil, en la Comunidad de Madrid el idioma espa?ol llegue a ser minoritario.
Enrique Chicote Serna. Arganda del Rey (Madrid)
Hoja de felicitaciones
Nos mostramos firmes e implacables a la hora de hacer valer nuestro derecho de pedir la hoja de reclamaciones, obligatoria en empresas y establecimientos comerciales. Sin embargo, no suelen existir formularios, ni precepto que los motive, para felicitar. Hemos construido una sociedad m¨¢s acostumbrada al reproche p¨²blico que al halago. Y es una pena. Dicen que se necesitan cinco elogios para compensar una cr¨ªtica, por lo que hagamos extensible la com¨²n petici¨®n de un impreso de felicitaciones, tanto, al menos, como lo hacemos con el de quejas.
M¨®nica Bilbao Alustiza. Sopela
La justicia tiene que ser imparcial
Creo que a nadie se nos escapa el descarado partidismo pol¨ªtico que muestran los ¨®rganos del ¨¢mbito judicial, jueces y fiscales. Bajo los eufemismos de ¡°progresistas¡± y ¡°conservadores¡± se amparan las simpat¨ªas pol¨ªticas de cada grupo. Por supuesto, como ciudadanos, todos somos libres para decantarnos por un determinado partido, pero no si somos miembros de una instituci¨®n p¨²blica.
Me preocupa que se pueda impartir la justicia por tendencias pol¨ªticas, anteponi¨¦ndolas al derecho y la ley. Y eso sin mencionar el avergonzante espect¨¢culo, que llevamos a?os presenciando, de unas entidades p¨²blicas que pisotean la Constituci¨®n.
Pedro de Leiva Hourqueigt. Santander
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