El nivel de diferencia leg¨ªtima
Cuando se desea construir una identidad fuerte, no basta la diferencia. En la construcci¨®n de la identidad propia, primero se busca un diferente, despu¨¦s un opuesto, y finalmente un enemigo
Todos buscamos construir nuestra identidad, nuestra pertenencia comunitaria; para ello, es necesario situarse frente a los otros, establecer l¨ªneas de demarcaci¨®n. Quiz¨¢s no somos sino un conjunto vac¨ªo, vigilado y producido por esos rostros hirsutos que nos acechan para reforzarnos como individuos o como grupos. Inmersos en estos tiempos banales y acelerados, alguna vez habremos tenido un solitario momento para cuestiones transcendentes: ?qui¨¦n soy yo, qu¨¦ es ser espa?ol, europeo, hombre, mujer, hijo, padre¡? Tal vez no con esa formulaci¨®n un tanto metaf¨ªsica, pero s¨ª con la m¨¢s coloquial de ?soy lo bastante emprendedor, viril, audaz, buena hija, buena madre, independiente, emp¨¢tica¡?, ?qu¨¦ soy?, ?qu¨¦ deseo realmente?, ?cu¨¢les son mis amigos, cu¨¢l mi familia, mi pueblo, mi comunidad, mi pa¨ªs¡? En el fondo, esto nos retrotrae, de forma ordinaria, a las cuatro preguntas kantianas: ?qu¨¦ puedo conocer?, ?qu¨¦ debo hacer?, ?qu¨¦ me cabe esperar?, ?qu¨¦ es el hombre?
Esa angustia vital, en la que tanto profundizara el existencialismo, la solemos resolver, en lo que se refiere a nuestra pertenencia, con una trampa no del todo fundada ni intelectual ni moralmente: la postulaci¨®n de lo que he denominado ¡°el nivel de diferencia leg¨ªtima¡±. A nosotros mismos, ¡ªa nuestro grupo¡ª, nos situamos en dicho nivel, demonizamos lo que est¨¢ por encima y anulamos lo que est¨¢ por debajo. En su lectura pol¨ªtica: los de arriba son perversos imperialistas, los de al lado enemigos, y los diferentes de dentro no existen. Ese es el mecanismo habitual de los nacionalismos. Pensemos en los partidos de extrema derecha antieuropeos: el nivel de diferencia leg¨ªtima es Hungr¨ªa, Polonia, Francia, Reino Unido¡, Europa ser¨¢ demonizada, pero se desoir¨¢ cualquier diferencia interna ling¨¹¨ªstica, cultural¡ La construcci¨®n de una identidad fuerte requiere una ficci¨®n ilusoria, que consiste en crear un adversario al que nos oponemos y una falsa homogeneidad interna. Dejo al lector hacer la traslaci¨®n a cualquier otro nacionalismo.
Vlad¨ªmir Putin reniega de esa Europa, a la que geogr¨¢fica, hist¨®rica y culturalmente pertenece, para recrear una visionaria unidad perdida, la URSS ¡ªsu nivel de diferencia leg¨ªtima¡ª, y para recobrar su homogeneidad ficticia no dudar¨¢ en invadir e incorporar los antiguos Estados que la integraban. Latinoam¨¦rica construye su nivel de diferencia leg¨ªtima en naciones que reh¨²yen el t¨¦rmino Hispanoam¨¦rica, pero a su vez invisibilizan en general a las minor¨ªas ind¨ªgenas en su seno. Minor¨ªas ind¨ªgenas que, sin embargo, se consideran el nivel de diferencia leg¨ªtima y denuncian a un Estado expoliador de sus ra¨ªces. O ?qu¨¦ dir¨ªamos de los pa¨ªses isl¨¢micos? Pensemos en Afganist¨¢n, que, para lograr su nivel de diferencia leg¨ªtima, esa homogeneidad social que ellos atribuyen a una perfecta lectura cor¨¢nica, anula a las mujeres, como diferencia interna no querida. Sin embargo, no solo en el terreno pol¨ªtico encontramos esta argucia conceptual, pues funciona tambi¨¦n en cualquier esfera de la sociedad. As¨ª, en la ahora tan reivindicada identidad de g¨¦nero (el sentimiento subjetivo de autopercibirse como hombre o mujer independientemente del sexo que se tenga), esta se pretende como el nivel de diferencia leg¨ªtima frente a una supuesta dictadura heteropatriarcal de la diferencia sexual (hombre/mujer), que ahora pasar¨ªa a ser una m¨¢s de las opciones dentro de una realidad trans de sexo fluido.
Cuando se desea construir una identidad fuerte, no basta la diferencia, porque, como dice la fil¨®sofa Victoria Send¨®n de Le¨®n, la identidad es lo contrario de la diferencia. En la construcci¨®n de la identidad propia, primero se busca un diferente, despu¨¦s un opuesto, y finalmente un enemigo. La estructura conceptual ¨²ltima ser¨¢ la formulaci¨®n te¨®rica de ese egoc¨¦ntrico nivel de diferencia leg¨ªtima que vengo comentando, excluyente por arriba y por abajo. ?Quiere decir esto que hemos de abandonar toda pretensi¨®n de buscar una identidad propia? En modo alguno, lo que quiere decir es que debemos ser conscientes de cu¨¢ndo la identidad buscada se construye en contra de otro, y nos convierte en rehenes de esa violencia, de esa belicosidad de la tribu, que lleva en su seno el germen del linchamiento. Lo vemos constantemente en el mundo virtual de las redes sociales, pero tambi¨¦n en los Parlamentos, y finalmente en las guerras.
Frente a la imposici¨®n fan¨¢tica de los arbitrarios y dictatoriales niveles de diferencia leg¨ªtima, deberemos aceptar la legitimidad de todas las diferencias, y el an¨¢lisis cuidadoso y cr¨ªtico del nivel de cada una, pues ni todos son totalitarios ni algunos dejan de serlo. Sin duda debe de haber una forma de ser mujer libre y afgana; ruso y europeo; mapuche y chileno; hombre o mujer con la variable identificaci¨®n de g¨¦nero que se desee.
Existen muchas pretensiones totalitarias que nos anulan; sepamos denunciarlas, porque frente a ellas est¨¢ el inalienable derecho de construir y defender nuestro yo.
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