La instrumentalizaci¨®n pol¨ªtica de la religi¨®n
Los lectores escriben sobre la muerte de Mahsa Amini y las protestas que ha generado en Ir¨¢n, la lucha contra la inflaci¨®n, las residencias de mayores y las redes sociales
Cuando comenc¨¦ a estudiar Antropolog¨ªa, qued¨¦ fascinado por el relativismo cultural, que act¨²a como tesis comparativa pero tambi¨¦n como filosof¨ªa, como posici¨®n ideol¨®gica ante el estudio de sociedades ¡°ajenas¡± a las nuestras. Desde entonces, mis esfuerzos por comprender a ¡°los otros¡± han sido una constante, sobre todo cuando de sociedades isl¨¢micas se trata. Tengo en casa un Cor¨¢n, junto al Nuevo Testamento, que ha sido le¨ªdo en varias ocasiones en busca de pistas, de algo que me haga entender por qu¨¦ ese trato hacia mujeres, hacia personas queer o hacia cualquier otro sujeto que no sea el hombre proveedor y portador de la moral isl¨¢mica. En ninguna de esas lecturas, relativistas, he sido capaz de justificar asesinatos como el de Mahsa Amini, de amoralidad y gratuidad espeluznantes. Ojal¨¢ las protestas que hoy incendian Ir¨¢n culminen en un Oto?o ?rabe capaz de fecundar lo que varias primaveras no pudieron.
Jes¨²s Galeote. M¨¢laga
Luchar contra la inflaci¨®n
En Espa?a confundimos combatir la inflaci¨®n con combatir los efectos de la inflaci¨®n. Y no es lo mismo: ofrecer a la poblaci¨®n cheques o descuentos sirve para mitigar los efectos de la inflaci¨®n, pero no va a la ra¨ªz del problema. Lo que se est¨¢ haciendo es endosar al Estado la parte de la inflaci¨®n que no queremos que recaiga sobre el ciudadano. As¨ª, la inflaci¨®n persistir¨¢ (el Estado la alimenta) y alguien tendr¨¢ que pagar (v¨ªa impuestos o v¨ªa recortes) la deuda generada por estos mecanismos compensatorios. El Estado no puede asumir indefinidamente dicho coste. Por eso conviene luchar contra la inflaci¨®n, no solo contra sus efectos: la pol¨ªtica del BCE es correcta pero llega tarde y es t¨ªmida. Tampoco se ha hecho mucho contra la especulaci¨®n en los mercados de materias primas, ra¨ªz ¨²ltima del actual brote inflacionista.
Paco Bellod. Murcia
Dignidad y cuidado
Despu¨¦s del horror vivido en las residencias de mayores durante la pandemia, la presidenta de la Comunidad de Madrid dijo, en un lenguaje infantiloide, que desde aquel momento ella iba a tener a los mayores ¡°en palmitas¡±. Desde entonces, ni se han exigido responsabilidades ni las condiciones han cambiado. Ahora, el director general de Atenci¨®n al Mayor y a la Dependencia osa decir en tono chulesco al residente que acaba de denunciar la situaci¨®n actual que si no est¨¢ conforme que se vaya. La Comunidad de Madrid sigue sin entender la democracia, el porqu¨¦ de los servicios p¨²blicos y que las personas mayores son ciudadanos de pleno derecho.
Mar¨ªa Milagros Crist¨®bal. Madrid
Redes de distracci¨®n
Vivimos en una burbuja de procrastinaci¨®n de la que no podemos escapar. Las redes como Instagram o TikTok son el principal culpable de la constante distracci¨®n que los j¨®venes sufren hoy en d¨ªa, sin ser conscientes del valioso tiempo que se pierde al pasar horas y horas mirando una pantalla. No dir¨ªa que el m¨ªnimo consumo de estas sea perjudicial, pero s¨ª que su sobreutilizaci¨®n puede actuar de forma negativa sobre las generaciones m¨¢s j¨®venes. Por eso, hay que reflexionar cu¨¢nto tiempo dedicamos a estos medios de distracci¨®n y, por supuesto, informarse correctamente sobre lo que es enga?oso y lo que es ver¨ªdico.
Nuria Casa? Blas. Valencia
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