?Qu¨¦ rancio hablar de ricos y pobres!

Qu¨¦ anticuados los progres, de verdad, qu¨¦ desfasados y peligrosos con los asuntos del dinero. Lo advirti¨® con su habitual sabidur¨ªa el expresidente Mariano Rajoy el otro d¨ªa, dijo que era muy peligroso volver a hablar de ¡°ricos y pobres¡±. Con lo que le hab¨ªa costado a la derecha convencernos de que no existen ni los unos ni los otros. Ya quisieran los machistas del ¡°ni feminismo ni machismo¡± haber tenido tanto ¨¦xito. Se lo han currado, eso hay que reconocerlo: durante a?os han dedicado ingentes recursos a convencernos de que no media diferencia alguna entre un pe¨®n de la construcci¨®n, una auxiliar de enfermer¨ªa, una limpiadora, una maestra y los m¨¢s acaudalados multimillonarios que pueblan estos mundos. Si nos vestimos con las mismas prendas low cost, usamos los mismos smartphones de ¨²ltima generaci¨®n, vemos las mismas series y nos re¨ªmos de los mismos chistes, ?c¨®mo va a ser que sea distinto el trabajador del matadero a destajo que tiene que despiezar cad¨¢ver tras cad¨¢ver para pagar el alquiler y los se?ores que se desplazan siempre en jet privado? Si mis amigas del barrio son capaces de esculpir sus rostros con un maquillaje tan logrado como el de Georgina Rodr¨ªguez, ?c¨®mo no van a ser iguales que la mujer del futbolista? Si yo me bebo el mismo zumo detox que la Paltrow, ?c¨®mo no vamos a ser casi hermanas?

Adem¨¢s, ?qui¨¦n es rico en realidad? ?C¨®mo sabes que lo eres si siempre habr¨¢ alguien que posee m¨¢s que t¨²? Y encima te quieren quitar tu dinero con injustos impuestos. Y pobre, ?qui¨¦n se va a reconocer en tan denigrante condici¨®n si en el imaginario dominante uno llega a serlo por culpa del propio comportamiento y no de c¨®mo est¨¢n organizadas las cosas? Si quieres, puedes y si no puedes, es que en realidad no quieres. As¨ª que apechuga con tu odisea diaria por los supermercados para encontrar las mejores ofertas o tus 13 mantas para cubrirte en invierno porque la calefacci¨®n es un lujo que no est¨¢ a tu alcance. Gravar con m¨¢s impuestos a quienes m¨¢s tienen, afirm¨® Rajoy, es hacer el Robin Hood, robar a los ricos para d¨¢rselo a los pobres. Robar a los pobres para d¨¢rselo a los ricos no parece que le cause la misma preocupaci¨®n, extraer de la mayor¨ªa todo lo que se pueda (hasta la conciencia de clase) no le resulta, ni de lejos, un peligro para la democracia. Supongo que porque la acusaci¨®n de populismo despierta m¨¢s fantasmas que la de cinismo.