Otro 12 de octubre en Argentina
Con el desalojo violento de una comunidad mapuche en la Patagonia, el Gobierno de Fern¨¢ndez rompe su pacto electoral y vuelve a reprimir a los pueblos originarios
Me acuerdo de ese juego que jugaba de chica. Alguien estiraba una soga en el suelo, yo me paraba a un lado. De acuerdo a la consigna, hab¨ªa que saltar. De un lado estaba el cielo. Del otro lado la tierra. En el medio: el mar. La decisi¨®n era permanecer o cambiar de lugar. Cada vez que pienso en la distancia que ahora me separa de Argentina, pienso en esa soga como una l¨ªnea imaginaria. Yo salt¨¦. Y ac¨¢ estoy, con la incomodidad que alguna vez anticip¨¦. Eso que escuch¨¦ en otras migrantes. Algunas lo llaman tensi¨®n. Otras se preguntan por la identidad. ?Pero por qu¨¦ es feriado el mi¨¦rcoles? ?Qu¨¦ se celebra?, pregunta uno de mis compa?eros de maestr¨ªa, tambi¨¦n latino, el primer d¨ªa de clases, cuando uno de los docentes revisa el calendario. El d¨ªa que nos conquistaron. Que descubrieron algo que ya estaba ah¨ª. Que nos robaron la tierra. Me callo y descubro las miradas sobre m¨ª. Me enojo con mi elecci¨®n, pero sigo ac¨¢, con el cuerpo inc¨®modo.
No se confundan: en Argentina el 12 de octubre tambi¨¦n es un d¨ªa festivo. Antes lo llamaban D¨ªa de la Raza. Hace unos a?os, en 2010, pas¨® a llamarse D¨ªa de Respeto a la Diversidad Cultural, reafirmando lo dispuesto en la Constituci¨®n Nacional, que en el art¨ªculo 17, inciso 17, dice que corresponde al Congreso ¡°reconocer la preexistencia ¨¦tnica y cultural de los pueblos ind¨ªgenas argentinos; garantizar el respeto a su identidad y el derecho a una educaci¨®n biling¨¹e e intercultural; reconocer la personer¨ªa jur¨ªdica de sus comunidades y la posesi¨®n y propiedad comunitarias de las tierras que tradicionalmente ocupan¡±. Una propuesta que intenta revertir parte de la historia violenta de nuestra naci¨®n, que comenz¨® con el genocidio ind¨ªgena mal llamado conquista al desierto. Una modificaci¨®n que fue reglamentada durante el Gobierno de la actual vicepresidenta Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner. Un Gobierno que se caracteriz¨®, entre otras cosas, por el compromiso de sus pol¨ªticas en materia de derechos humanos. Y que ahora, bajo el mandato de Alberto Fern¨¢ndez, logr¨® crear el Ministerio de Mujeres, G¨¦neros y Diversidad, que es pionero en Latinoam¨¦rica y el mundo. Sin embargo, esta ¨²ltima semana, hubo un cambio de rumbo. Algo pas¨®. No sabemos qu¨¦. O s¨ª. Pero a pocos d¨ªas de celebrar el D¨ªa de la Diversidad, el Gobierno de Fern¨¢ndez rompi¨® el pacto electoral: cambi¨® di¨¢logo por fuerza: los pueblos originarios volvieron a ser objeto de represi¨®n.
Unos 250 efectivos de las fuerzas federales desalojaron a una comunidad mapuche en Villa Mascardi, una localidad ubicada a 35 kil¨®metros de Bariloche, en la provincia de R¨ªo Negro. Detuvieron a 12 personas: siete mujeres y cinco ni?as y ni?os menores de edad. Una de las mujeres, con un embarazo de 40 semanas. Dos de los ni?os eran reci¨¦n nacidos. La jueza federal Silvina Dom¨ªnguez orden¨® que fueran trasladadas en un vuelo nocturno al penal de Ezeiza, en la provincia de Buenos Aires. A m¨¢s de 1.500 kil¨®metros de distancia de sus casas. Y estuvieron incomunicadas por m¨¢s de 48 horas, motivo por el cual no tuvieron derecho a una defensa. Una violaci¨®n de sus derechos y garant¨ªas constitucionales. El ministro de Seguridad, An¨ªbal Fern¨¢ndez, dijo que hab¨ªa sido un operativo exitoso: ¡°No hubo agresiones de ninguna caracter¨ªstica, ni un rasgu?o¡±. Sin embargo, testigos afirman que los oficiales estaban armados y que utilizaron gases lacrim¨®genos y balas de goma contra la comunidad.
Villa Mascardi es un pueblo de la Patagonia argentina que se encuentra dentro del Parque Nacional Nahuel Huapi. Un lugar que es pura naturaleza. Imaginen: frente a un lago, rodeado de bosques y monta?as. El conflicto por este territorio empez¨® hace tiempo y se fue agravando. En 2017 la comunidad mapuche Lof Lafken Winkul Mapu ocup¨® parte del Parque Nacional con la intenci¨®n de recuperar las tierras que consideran ancestrales. Por ese entonces, el Gobierno del expresidente Mauricio Macri llev¨® adelante un desalojo violento y uno de los integrantes de la comunidad, Rafael Nahuel, de 22 a?os, fue asesinado de un disparo por uno de los agentes. Otros dos miembros de Lof Lafken Winkul Mapu resultaron heridos. Meses antes, el cuerpo de Santiago Maldonado, artesano y activista por los derechos ind¨ªgenas, fue encontrado sin vida en un r¨ªo de Chubut luego de participar en una protesta.
Tras los incidentes de 2017, la comunidad mapuche volvi¨® a instalarse en el territorio y continu¨® extendi¨¦ndose hacia otros espacios tanto p¨²blicos como privados, lo cual aument¨® la tensi¨®n entre los vecinos y las autoridades de la localidad. Referentes de Lof Lafken Winkul Mapu dicen que las tierras de Villa Mascardi son sagradas: ¡°Esta es nuestra lucha territorial, venimos a reivindicar la presencia de nuestros antepasados¡±. Sin embargo, como la gran mayor¨ªa de los pueblos originarios, no tienen c¨®mo demostrar que sus antepasados vivieron ah¨ª: entre tanto borr¨®n y cuenta nueva, su presencia hist¨®rica no est¨¢ documentada.
La reacci¨®n al ¨²ltimo desalojo no tard¨® en llegar. El Centro de Estudios Sociales y Legales (CELS), uno de los organismos de derechos humanos m¨¢s conocidos de Argentina, dijo que esta ofensiva ¡°abona un consenso represivo¡± y pidi¨® a la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos y otros organismos de Naciones Unidas que intercedan ante esta situaci¨®n. Por su parte, la ministra de Mujeres, G¨¦neros y Diversidad, Elizabeth G¨®mez Alcorta, present¨® su renuncia indeclinable en una carta, quedando as¨ª solo una ministra mujer en todo el Gabinete: ¡°Estoy convencida de que el encarcelamiento, la denegatoria de la excarcelaci¨®n para todas ellas y a¨²n m¨¢s a una mujer embarazada de 40 semanas, la incomunicaci¨®n y el traslado a m¨¢s de 1.500 kil¨®metros de su lugar de residencia constituyen violaciones evidentes a los Derechos Humanos¡±.
Argentina es un pa¨ªs marcado a fuego por la violencia desde la conquista hasta estos d¨ªas, donde los pueblos originarios contin¨²an siendo expulsados de sus territorios y las mujeres obligadas a parir entre rejas. Ah¨ª donde el racismo est¨¢ a la orden del d¨ªa, ?los derechos humanos valen igual para todas y todos? ?Somos todas y todos iguales ante la justicia? Imagino la soga. Una l¨ªnea imaginaria. De un lado el di¨¢logo. Del otro la represi¨®n. En el medio, los pueblos originarios. Fern¨¢ndez ya eligi¨® hacia qu¨¦ lado de la soga saltar.
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