El techo de cristal sigue ah¨ª
Los lectores escriben sobre las dificultades que hay para tener hijos, el ¡°efecto Feij¨®o¡±, la generaci¨®n milenial y las bondades de la lectura
El otro d¨ªa, hablando con una familiar sobre la maternidad me dijo que quer¨ªa tener otro hijo. Esto deber¨ªa ser un s¨ªmbolo de felicidad, ya que un ni?o o una ni?a siempre es una alegr¨ªa para m¨ª. El caso es que me dijo que no sab¨ªa cu¨¢ndo buscarlo, pues ten¨ªa miedo de que la echasen de su trabajo ahora que es fija y que ya hab¨ªa tenido insinuaciones de mal gusto. Yo me ech¨¦ las manos a la cabeza pensando c¨®mo en un pa¨ªs donde se supone que el machismo cada vez es menor pod¨ªan, desde los altos cargos de una empresa, manipular a una persona para quedarse o no embarazada. Luego nos hartamos de o¨ªr que en este pa¨ªs las natalidades cada vez son menores o que las mujeres tienen el mismo derecho que los hombres en todos los aspectos, pero esta realidad es la de muchas mujeres e incluso con cargos muy altos que desisten de tener hijos porque eso les impide crecer laboralmente. En fin, magn¨ªfico techo de cristal, muchos dicen que ya no existe y que la brecha salarial y la conciliaci¨®n cada vez es mejor, a todos aquellos les dir¨ªa que lo m¨¢s importante para una igualdad es la sororidad.
Tania D¨ªaz-Portales Coca. Barcelona
Feij¨®o se desinfla
Todos los espa?oles, y en especial los seguidores del Partido Popular, pensaron que con la llegada de Alberto N¨²?ez Feij¨®o, las encuestas iban a colocar a los conservadores en mucha mejor situaci¨®n. Y as¨ª fue. Lleg¨® el efecto Feij¨®o, pero dura poco. Empieza a desinflarse y solo han pasado unos meses; las encuestas muestran que los propios seguidores del PP ya no conf¨ªan en ¨¦l como al principio. La imagen del Gobierno se consolida en Espa?a y en Europa mientras se empieza a extender la idea de que el proyecto de Feij¨®o no cala o no existe. La estrategia destructiva que ha practicado siempre el PP contin¨²a.
Julio Garc¨ªa-Casarrubios. Valdepe?as (Ciudad Real)
?Generaci¨®n de exagerados?
Los j¨®venes de hoy hemos recibido un curioso nombre para denominar a nuestra generaci¨®n. Somos la llamada generaci¨®n de cristal, dicen que somos unos exagerados al preocuparnos y ofendernos por asuntos que no son para tanto. Bueno, pues si ser de cristal es estar en contra del machismo, del racismo, de la homofobia, del maltrato animal¡ luchar contra el cambio clim¨¢tico, dar prioridad a la salud mental, etc¨¦tera. Si todo ello implica ser de cristal me alegro mucho de serlo.
Patricia Castrej¨®n L¨®pez. Alcorc¨®n (Madrid)
Leer, leer y leer
Dec¨ªa Cicer¨®n que, si cerca de una biblioteca hab¨ªa un jard¨ªn, ya no faltaba nada. Con los libros vivimos la vida de los dem¨¢s, ensanchamos el tiempo y el espacio y nos enriquecemos mental y espiritualmente. Tambi¨¦n leemos para saber que no estamos solos. Un abolicionista americano dijo que una vez que aprendes a leer, eres libre para siempre, pero pensamos que no bastar¨¢ con aprender a leer, ser¨¢ imprescindible ejercitar lo aprendido, incluso adquirir el sano vicio de la lectura. Los libros liberan y agudizan el esp¨ªritu cr¨ªtico. Santa Teresa, una monja andariega, muy culta y rebelde, ten¨ªa un lema sabio: ¡°Lee y conducir¨¢s, no leas y ser¨¢s conducido¡±. Confiesa Cervantes que le¨ªa hasta los papeles que se encontraba por la calle y era consciente de que ¡°el que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho¡±.
Jos¨¦ Fuentes Miranda. Badajoz
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