De la sedici¨®n a la sedaci¨®n
Si la norma es anticuada o un f¨®sil, convendr¨ªa modificarla y adaptar su configuraci¨®n t¨ªpica para hacer frente a las amenazas actuales, no para dejar al Estado m¨¢s desprotegido
En el a?o 2017, Espa?a sufri¨® un ataque a su orden constitucional. El Estado pudo parar el golpe y desactivar el asalto. Desde entonces, una de las actividades principales del secesionismo, adem¨¢s del habitual victimismo mat¨®n y de un uso partidista de las instituciones que excluye a quienes no piensan como ellos, ha sido despojar al Estado de los instrumentos que permitieron contener esa agresi¨®n: hacer que tenga menos recursos para defender los derechos de los ciudadanos. Es comprensible. Lo extra?o es que quien est¨¢ a cargo del Estado parezca dispuesto a ayudarlos en esa tarea.
Lo m¨¢s l¨®gico habr¨ªa sido observar si hay que adaptar las leyes a los tiempos: no para que los perpetradores sufran consecuencias m¨¢s o menos graves, sino para que sea m¨¢s dif¨ªcil que las acciones se repitan. En cambio, observamos una profusa chatarra argumentativa: la modificaci¨®n nos permite homologarnos con Europa, por ejemplo. En primer lugar, es discutible: el Tribunal Supremo se?al¨® que ¡°la cr¨ªtica al exceso punitivo del delito de sedici¨®n (...) no puede ser el resultado de la comparaci¨®n sem¨¢ntica de esa figura con tipos penales vigentes en sistemas extranjeros¡±, y que hechos similares a los cometidos por los l¨ªderes independentistas acarrean condenas comparables o superiores en Italia, Francia o Alemania. En segundo, es uno de esos argumentos inspirados en los pimientos de Padr¨®n, que, ya se sabe, unas veces pican y otras no: en ocasiones hay que homologarse con Europa (cuando le conviene al Gobierno) y en otras hay que distinguirse (cuando le conviene al Gobierno). Las leyes de los pa¨ªses, que tienen soberan¨ªa para establecerlas, tambi¨¦n responden a unas circunstancias determinadas. Si la norma es anticuada o un f¨®sil, convendr¨ªa modificarla y adaptar su configuraci¨®n t¨ªpica para hacer frente a las amenazas actuales, no para dejar al Estado m¨¢s desprotegido. Tambi¨¦n, si es una reforma tan importante y urgente, sorprende la manera en que se plantea: para sacar adelante unos Presupuestos en el tramo final de una legislatura. Y resulta obsceno que una reforma de una ley, que deber¨ªa ser abstracta e impersonal, como ha escrito Jos¨¦ Antonio Zarzalejos, se plantee de manera asombrosamente personal y concreta, para favorecer a unos aliados.
La rebaja de las penas por sedici¨®n que pide Esquerra Republicana a cambio del apoyo a los Presupuestos busca que actos como los de 2017 tengan menos consecuencias penales: ahora, y m¨¢s adelante, si (o cuando) vuelvan a producirse, porque uno de los logros de la reforma puede ser convertir el pronunciamiento civil cantonalista en un instrumento de negociaci¨®n.
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