Las heridas abiertas del 1-O: por qu¨¦ Catalu?a sigue sin recobrar el pulso econ¨®mico cinco a?os despu¨¦s del refer¨¦ndum ilegal
La crisis pol¨ªtica abierta esta semana es otro ejemplo de lo que menos gusta a los inversores: la inestabilidad. Las empresas que huyeron tras el ¡®proc¨¦s¡¯ no han vuelto, se han perdido atractivos proyectos y la comunidad ha dejado de ser la locomotora econ¨®mica nacional
¡°O hac¨¦is la independencia o convoc¨¢is elecciones¡±. Cuando la presidenta de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), Dolors Feliu, lanz¨® su advertencia el 11 de septiembre, en el cierre de la multitudinaria manifestaci¨®n de la Diada, esas siete palabras no solo resonaron amenazantes a los o¨ªdos de los m¨¢ximos responsables del Govern de la Generalitat, divididos entre el pragmatismo de ERC, decidido a dejar atr¨¢s la v¨ªa unilateral, y la estrategia de Junts, m¨¢s pr¨®xima a los postulados de la ANC, hasta el punto de generar esta semana la mayor crisis pol¨ªtica de la actual legislatura. Tambi¨¦n fueron escuchadas con atenci¨®n en los despachos de las principales empresas, donde se interpretaron como una nueva confirmaci¨®n de que la situaci¨®n pol¨ªtica en Catalu?a dista de generar la confianza necesaria todav¨ªa para revertir la fuga de miles de empresas que se registr¨® en el oto?o de 2017, tras el refer¨¦ndum ilegal del 1-O y la posterior declaraci¨®n de independencia de Carles Puigdemont.
Han pasado cinco a?os desde aquel ¨¦xodo y Catalu?a contin¨²a en comp¨¢s de espera. La pol¨ªtica sigue adentr¨¢ndose en la ¨¦poca del deshielo y las estad¨ªsticas macroecon¨®micas parecen haberse sacudido aquellos meses convulsos, pero las empresas que decidieron marcharse no han regresado. Los registradores hablaron de casi 4.500 sociedades que decidieron mudarse a otras ciudades espa?olas, sobre todo Madrid. La Generalitat redujo ese n¨²mero a 2.500 cambios de sede, asumiendo que afect¨® a 3.700 sociedades con c¨®digo de identificaci¨®n fiscal (CIF) propio, aunque el Ejecutivo auton¨®mico asegura no tener constancia del desplazamiento de ninguna unidad operativa de las empresas. En un ¨¢mbito donde predomina la discreci¨®n y los movimientos entre bambalinas, centenares de directivos no tuvieron reparos en hacer visible su enfado con la pol¨ªtica vigente y, de forma contundente, responder a lo que l¨ªderes independentistas como Carme Forcadell (expresidenta del Parlament y de la ANC) hab¨ªan calificado como algo imposible, la huida masiva de sedes empresariales. En estos cinco a?os no hay casi compa?¨ªas que hayan emprendido el camino de vuelta, en un periodo plagado de manifestaciones vinculadas al proc¨¦s.
Seg¨²n se?ala el presidente de las peque?as y medianas empresas catalanas (Pimec), Antoni Ca?ete, ¡°mientras haya ruido e incertidumbre, el dinero va a continuar estando atemorizado. Cuando las empresas tengan la certeza de tranquilidad, ese regreso se producir¨¢¡±. ?l es de los convencidos de que el tiempo volver¨¢ a poner las cosas en su sitio porque ¡°la gente no quiere tener el cuerpo y la cabeza separados¡±, en referencia al hecho de que el domicilio social se encuentre en una ciudad mientras el centro de operaciones est¨¢ en otra.
Fuentes pr¨®ximas a la Fundaci¨®n La Caixa, la entidad presidida por Isidre Fain¨¦ que controla el grupo Criteria Caixa y toda su cartera de participadas, aseguran que ese asunto de devolver a Barcelona la sede ¡°no est¨¢ encima de la mesa¡± en estos momentos. El m¨¢ximo accionista de CaixaBank fue el mascar¨®n de proa de un movimiento empresarial nunca visto hasta entonces en Europa. El 7 de octubre reuni¨® a su patronato y una mayor¨ªa de sus integrantes defendieron que el grueso de las sociedades que controlaba accionarialmente trasladaran sus sedes fuera de Catalu?a. Lo hizo aprovechando un decreto aprobado ad hoc por el Gobierno ¡ªentonces gobernado por el PP de Mariano Rajoy¡ª, todav¨ªa vigente hoy, que permit¨ªa adoptar esa decisi¨®n sin pasar por la junta de accionistas. Como consecuencia, la fundaci¨®n y Criteria tienen hoy su sede en Palma de Mallorca; CaixaBank, en Valencia; Naturgy, Cellnex y Abertis, en Madrid.
Inseguridad jur¨ªdica
La decisi¨®n se tom¨® alegando falta de seguridad jur¨ªdica. En el caso de CaixaBank, para evitar el riesgo de que el banco se quedara fuera del sistema del Banco Central Europeo (BCE) y, sobre todo, por la fuga de dep¨®sitos que padecieron: sus clientes retiraron de sus cuentas corrientes un total de 7.000 millones de euros. Como explica un empresario bajo la condici¨®n del anonimato ¡ªcomo otros consultados por este diario¡ª, ¡°cuando las mayores empresas se van, te da la sensaci¨®n de que t¨² te tienes que ir tambi¨¦n¡±. Y as¨ª fue. Entre los ilustres del empresariado catal¨¢n que participaron en la estampida figuran Banco Sabadell, Colonial, Grupo Planeta, Catalana Occidente o Cementos Molins. Y centenares de otras grandes y medianas compa?¨ªas siguieron el mismo camino. De las corporaciones catalanas que cotizaban en el Ibex solo aguant¨® en Barcelona el grupo de hemoderivados Grifols. Otras grandes que optaron por no moverse fueron Seat, Puig, Damm o Mango.
De las que cambiaron su domicilio social ninguna ha vuelto a Barcelona por la ausencia de factores que incentiven el regreso. ¡°No se dan las circunstancias¡±, argumenta un portavoz de Banco Sabadell, mientras que desde Naturgy se?alan: ¡°No comentamos¡±. CaixaBank, desde su fusi¨®n con Bankia, el banco con m¨¢s negocio en Espa?a, es m¨¢s contundente: ¡°La sede de CaixaBank est¨¢ en Valencia con vocaci¨®n indefinida¡±. Apenas Agbar recuper¨® su antiguo domicilio social, pero no con los mismos activos con los que se fue, ya que una parte se qued¨® en Suez Espa?a, su matriz, con domicilio en Madrid.
En t¨¦rminos macroecon¨®micos, los efectos para Catalu?a han sido controlados. Tanto el PIB como el empleo han evolucionado en paralelo a los del conjunto de Espa?a. Pese a las violentas im¨¢genes que proyectaron los medios de comunicaci¨®n, desde la cargas de la Polic¨ªa en los centros de votaci¨®n del 1-O hasta las protestas que siguieron a las condenas de los l¨ªderes independentistas dos a?os despu¨¦s, el turismo ¡ªtambi¨¦n el de negocios¡ª se ha recuperado. Las inversiones de filiales de compa?¨ªas extranjeras presentes en Catalu?a s¨ª cayeron en 2017 y 2018. Y ya a?os antes del 1-O, algunas estad¨ªsticas como las del PIB per c¨¢pita catal¨¢n ya se hab¨ªan ido deteriorando.
Alejandro Esteller, uno de los pocos economistas que han analizado las posibles consecuencias econ¨®micas tras el punto ¨¢lgido del movimiento independentista (The Economic Costs of a Secessionist Conflict: The Case of Catalonia, libro escrito junto a Leonzio Rizzo), apunta que los efectos fueron a corto plazo y sobre todo financieros. ¡°M¨¢s all¨¢ de las percepciones psicol¨®gicas, no se observan efectos¡±, se?ala el catedr¨¢tico de Econom¨ªa de la Universitat de Barcelona e investigador del Instituto de Econom¨ªa de Barcelona. Su principal conclusi¨®n es el efecto de la fuga de dep¨®sitos del sector bancario, que su trabajo cuantific¨® en un total de 33.000 millones de euros en los dos trimestres siguientes al refer¨¦ndum.
En la misma direcci¨®n, el director de coyuntura econ¨®mica de Funcas, Raymond Torres, se?ala que con los datos en la mano ¡°no se puede detectar nada espectacular, al menos nada comparado con aquel retroceso may¨²sculo que se hab¨ªa vaticinado¡±. El economista s¨ª ve matices, no obstante. Durante la recuperaci¨®n econ¨®mica posterior a la crisis sanitaria, Catalu?a no ha crecido tanto como otras comunidades, y ha sucedido lo mismo con la afiliaci¨®n a la Seguridad Social. Pero sostiene que los fundamentales de Catalu?a siguen igual: capacidad industrial, gran potencial tecnol¨®gico y principal fuerza exportadora de Espa?a.
El gran interrogante sigue siendo si bajo esa supuesta calma macroecon¨®mica hay mar de fondo y si este est¨¢ dejando secuelas. ¡°Si los que tienen las empresas se van y se llevan las sedes, se acaba yendo el dinero y se acaba escapando la capacidad de decidir¡±, explica un veterano financiero desde su amplio despacho en la parte alta de Barcelona, en referencia al riesgo que entra?a que las empresas que dejaron Catalu?a acaben normalizando su situaci¨®n en sus nuevos destinos. El contexto ha cambiado sustancialmente para algunas de ellas. Utilizando los casos de la constelaci¨®n La Caixa: en el ¨²ltimo lustro, la sede de Madrid de Naturgy ha ganado un peso considerable respecto a la de Barcelona y fondos de inversi¨®n extranjeros han ganado peso en su capital social. Abertis es ahora de la madrile?a ACS, y CaixaBank, tras la fusi¨®n con Bankia, ha visto c¨®mo el accionariado cambiaba y el paquete de Criteria se dilu¨ªa.
Hace cinco a?os, el camino de ida era muy f¨¢cil; hoy el de retorno se antoja complicado, tambi¨¦n por el temor a un posible efecto de boicoteo en el resto de Espa?a motivado por la polarizaci¨®n pol¨ªtica. Y, por si no fuera suficiente, a los a?os del proc¨¦s se les suma que administraciones como la propia Generalitat o el Ayuntamiento de Barcelona est¨¢n controladas por partidos de izquierda cuyas pol¨ªticas tampoco despiertan simpat¨ªas entre el empresariado (en el caso de Barcelona, la patronal Foment del Treball no disimula su enfrentamiento con la alcaldesa, Ada Colau). El sector inmobiliario y hotelero sufre la restricci¨®n, por ejemplo, para poner en marcha nuevos proyectos, y desde el Consistorio se impidi¨® una inversi¨®n para montar una franquicia del Museo del Hermitage.
Distracci¨®n pol¨ªtica
El secretario general de Industria, Ra¨¹l Blanco, quien conoce bien la Administraci¨®n catalana tras trabajar en el gabinete del socialista Jos¨¦ Montilla cuando este era presidente, detecta tres puntos que juegan en contra de Catalu?a a causa del proc¨¦s. Uno es el estructural, ¡°que no deja rastro en los indicadores a corto plazo, pero que s¨ª pesa sobre el escenario econ¨®mico que acaba desarroll¨¢ndose 5 o 10 a?os despu¨¦s¡±. En este apartado se incluir¨ªa la p¨¦rdida de los centros de decisi¨®n. Otro punto, Blanco lo define como el de ¡°la distracci¨®n pol¨ªtica¡±, en referencia a las leyes y las pol¨ªticas que acaban definiendo un modelo determinado y que tanto en el Govern como en el Parlamento catal¨¢n han escaseado durante los ¨²ltimos a?os. Dos ejemplos ser¨ªan el bloqueo a los parques e¨®licos o la tibieza a la hora de impulsar la pol¨ªtica industrial.
El tercer plano es el de la comparativa con otras regiones. ¡°Ya no hay tanta distancia entre Barcelona, o Catalu?a, con el resto de comunidades¡±, se resigna Blanco, en un comentario compartido por otras personas consultadas. Ya no solo se trata de competir con Madrid, sino de evitar, por ejemplo, que por cuesti¨®n de tr¨¢mites administrativos muchas empresas de Lleida prefieran realizar inversiones en Arag¨®n. Jos¨¦ Luis Bonet, presidente de la C¨¢mara de Comercio de Espa?a y presidente de honor de Freixenet, tiene otra forma m¨¢s contundente de decirlo: ¡°Se ha perdido el liderazgo y ahora Catalu?a es una entre el mont¨®n, cuando su vocaci¨®n era la de ser un motor entre las comunidades aut¨®nomas¡±.
A un directivo de una empresa catalana que cotiza en el Ibex no se le escapa tampoco otra cuesti¨®n. Es lo que los economistas denominan el ¡°coste de oportunidad¡±, aquellos recursos que se dejan de percibir a causa de determinadas decisiones. Son los beneficios de inversiones que el proc¨¦s dej¨® congeladas, sobre todo de multinacionales instaladas en Catalu?a. O los proyectos que pudieron ser y que la incertidumbre acab¨® aparcando. Aparecen distintos proyectos en esa carpeta. El m¨¢s claro es el de la Agencia Europea del Medicamento, que acab¨® en ?msterdam despu¨¦s de que en una reuni¨®n en Barcelona quedaran patentes las diferencias entre las administraciones central y auton¨®mica acerca del futuro pol¨ªtico de Catalu?a como sujeto pol¨ªtico.
Tambi¨¦n hay quien culpa a las violentas protestas de octubre de 2019, cuando se conocieron las penas de prisi¨®n de Oriol Junqueras, Jordi Turull y el resto de los l¨ªderes independentistas, de que una de las mayores inversiones de la automoci¨®n en Europa (5.000 millones de euros) se fuera a Berl¨ªn y no a Barcelona. El fabricante de coches el¨¦ctricos Tesla hab¨ªa situado a la provincia catalana en su lista de candidatos y, seg¨²n algunas fuentes, ten¨ªa ventaja con su oferta para ubicar esas instalaciones en el municipio de ?dena. E incluso se vincula a la desorientaci¨®n pol¨ªtica de la ¨²ltima d¨¦cada el cierre de la factor¨ªa de Nissan o que Catalu?a, locomotora de la industria del autom¨®vil en Espa?a, no disponga a¨²n de un proyecto de f¨¢brica de celdas de bater¨ªas. La Comunidad Valenciana se ha asegurado la del Grupo Volkswagen, una inversi¨®n de 3.500 millones.
Y otro coste de oportunidad ser¨ªa el distanciamiento entre las clases pol¨ªtica y empresarial de la comunidad, que dej¨® una se?al patente durante la fusi¨®n de CaixaBank y Bankia: Pere Aragon¨¨s, el presidente de la Generalitat, no conoci¨® esos planes hasta que los publicaron los medios de comunicaci¨®n.
En el lado contrario, este verano Barcelona ha logrado asegurarse hasta 2030 el Mobile World Congress, una las ferias globales m¨¢s preciadas, con una capacidad de impacto econ¨®mico de m¨¢s de 250 millones de euros. ¡°Si Fira de Barcelona es un term¨®metro, la influencia que ha tenido el momento pol¨ªtico sobre esta instituci¨®n no ha sido relevante¡±, explic¨® el presidente de Fira de Barcelona, Pau Relat, en una reciente entrevista a EL PA?S.
La Generalitat mantiene que Catalu?a ha continuado ganando inversiones y que le avala el hecho de que el Financial Times la considere la mejor regi¨®n del sur de Europa para invertir. Tambi¨¦n que en el periodo 2014-2019 logr¨® datos de PIB, de creaci¨®n de empleo, de exportaciones y de inversi¨®n extranjera superiores a la media espa?ola y europea. ¡°El proc¨¦s ha sido muy intenso en pasi¨®n y en ilusi¨®n para millones de personas, y en este sentido probablemente ha generado desgarro emocional en muchas de ellas, por la polarizaci¨®n e intensidad, pero en lo econ¨®mico no ha tenido consecuencias negativas¡±, se?ala el actual consejero de Econom¨ªa de la Generalitat, Jaume Gir¨®, quien vivi¨® desde primera l¨ªnea las actuaciones empresariales de oto?o de 2017, cuando era director general de la Fundaci¨®n La Caixa.
M¨°nica Roca es la presidenta de la C¨¢mara de Comercio de Barcelona. Independentista reconocida, asumi¨® el cargo en la corporaci¨®n tras ganar las elecciones ¡ªconsideradas nulas por una sentencia judicial¡ª a trav¨¦s de Eines de Pa¨ªs, una plataforma con la que la ANC pretende alcanzar el poder en las instituciones empresariales. Roca admite que la huida de las empresas ser¨¢ un problema ¡°si se prolonga en el tiempo¡±, pero no es partidaria de tomar acciones que faciliten su regreso. Tampoco de una rebaja de las demandas del independentismo que aportara mayor tranquilidad al Gobierno de la Generalitat. ¡°No me gusta nada que se fueran, pero, si baj¨¢ramos la cabeza y dij¨¦ramos que ya no somos independentistas, ?volver¨ªan? No, yo creo que no¡±.
Un veterano directivo del Ibex se?ala que, para revertir lo ocurrido en 2017, ¡°lo primero que tiene que pasar es que las empresas quieran volver, pero la idea de la vuelta tambi¨¦n genera incomodidad¡±. Se refiere a los temidos boicoteos de parte de la poblaci¨®n en el resto de Espa?a. ¡°Yo se lo he dicho a todos, a [Pedro] S¨¢nchez, a [Alberto N¨²?ez] Feij¨®o: ¡®Salid y decid que las empresas catalanas tienen que volver a su casa¡±, explica Javier Faus, expresidente del C¨ªrculo de Econom¨ªa. La instituci¨®n tuvo un especial papel de apoyo al Gobierno en el momento en que decidi¨® los indultos, con los partidos de derecha yendo a la contra. Ahora no son pocos los empresarios que reclaman el mismo apoyo para que las empresas puedan asumir el regreso si las condiciones lo hicieran posible. Porque, subraya Faus, ¡°solo volver¨¢n cuando tener de nuevo el domicilio social en Catalu?a no sea una mala noticia para ellas y en el resto de Espa?a entiendan que es un movimiento natural¡±.
El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, dio ese apoyo el 18 de julio en un acto en la patronal catalana Foment del Treball: ¡°Vamos a trabajar juntos y uno de los objetivos tiene que ser tambi¨¦n que las empresas catalanas vuelvan a casa. Es un empe?o de todos la estabilidad de nuestro pa¨ªs¡±. Su aparici¨®n fue aplaudida, aunque se demandan otros hechos, como que esa nueva etapa de relaciones entre la Generalitat y La Moncloa pueda acabar con mayor estabilidad pol¨ªtica y un sistema de financiaci¨®n que colme algunas aspiraciones de los partidos pol¨ªticos catalanes.
Las formas con las que el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, present¨® la supresi¨®n del impuesto de patrimonio la semana pasada ¡ª¡±les digo a los empresarios catalanes que aqu¨ª est¨¢ su tierra¡±, dijo en una invitaci¨®n a movilizar domicilios fiscales¡ª no han gustado en las patronales catalanas, pese a ser partidarias de rebajar la carga fiscal.
Pero en realidad lo que miran las ¨¦lites barcelonesas es al dinamismo de Madrid, ¡°la referencia m¨¢s n¨ªtida¡±, seg¨²n el catedr¨¢tico Mart¨ª Parellada, de la situaci¨®n catalana. Pese a que entidades como el C¨ªrculo de Econom¨ªa hayan acusado de actuar a los dirigentes madrile?os como un ¡°aspirador¡± sobre otras comunidades aprovechando su efecto de capitalidad. O que el Instituto Valenciano de Investigaciones Econ¨®micas haya denunciado c¨®mo su iniciativa econ¨®mica privada se ha alimentado durante a?os de la presencia de estamentos p¨²blicos en la ciudad hasta conseguir su capacidad actual. Lo cierto es que en 2018 Madrid super¨® a Catalu?a en PIB y se convirti¨® en la locomotora de Espa?a. Como dice un directivo bancario catal¨¢n: ¡°Se acab¨® lo de mirar por encima del hombro¡±.
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