Brasil, el futuro del mundo

En pocas ocasiones unas elecciones repercuten sobre la marcha del mundo con tanta intensidad como en el caso de las presidenciales de Brasil. Cuenta su extraordinaria dimensi¨®n geogr¨¢fica y demogr¨¢fica como primera econom¨ªa de Am¨¦rica Latina. Pero todav¨ªa m¨¢s la centralidad y la universalidad de los dilemas con que se enfrentaron los ciudadanos brasile?os a la hora de elegir entre un segundo mandato para el ultraderechista Jair Bolsonaro o el izquierdista Luiz In¨¢cio Lula da Silva. La posibilidad de corregir en alguna medida el rumbo catastr¨®fico del cambio clim¨¢tico, la eficacia del sistema de democracia liberal e incluso la convivencia civilizada en sociedades abiertas y cohesionadas son algunas de las cuestiones sobre las que se definieron los electores al votar a Lula y, sobre todo, al rechazar a Bolsonaro. Este ¨²ltimo es el presidente que ha promovido en su mandato la mayor deforestaci¨®n de la Amazonia de los ¨²ltimos a?os de la historia del pa¨ªs, ha desacreditado el sistema democr¨¢tico y los procedimientos electorales, y ha cosechado un desastroso balance de centenares de miles de muertes gracias a su campa?a de desprestigio de la ciencia y de la medicina con su negacionismo de las mascarillas y de las vacunas durante la pandemia de la covid-19. Han sido poco m¨¢s de dos millones de votos, sobre un total de 120 millones depositados, los que han determinado la victoria de Lula, que fue recibida con entusiasmo por las canciller¨ªas de la Uni¨®n Europea y por la Casa Blanca.

La victoria de Lula desborda el ¨¢mbito que representa el Partido de los Trabajadores brasile?o, pues el temor a una victoria de la extrema derecha facilit¨® una amplia coalici¨®n de fuerzas moderadas y de izquierdas. Para muchos ha sido el voto al mal menor, pero para todos debe ser una oportunidad para la esperanza, que es el camino que quedaba cerrado en caso de la victoria extremista. El tercer mandato de Lula tambi¨¦n es la respuesta brasile?a a lo que Barack Obama llam¨® la crisis epistemol¨®gica de nuestra ¨¦poca, que impide aceptar y compartir el conocimiento sobre la realidad, y especialmente sobre la ciencia, y que lleva a las teor¨ªas de la conspiraci¨®n y a la destrucci¨®n de la democracia e incluso de la vida social. Y constituye un reto para la izquierda, especialmente la latinoamericana, que solo se puede resolver con moderaci¨®n, pragmatismo y esp¨ªritu de concordia, cualidades que Lula evoc¨® en su discurso de la noche electoral y de las que ya ha dado excelentes muestras como l¨ªder sindical, dirigente pol¨ªtico y presidente.

El nuevo mundo que est¨¢ alumbr¨¢ndose en el actual terremoto geopol¨ªtico europeo alrededor del ascenso iliberal y autoritario, y sobre todo por la guerra de Putin contra Ucrania, necesita un Brasil como el de Lula, abierto de nuevo a la escena internacional y comprometido con el futuro de la democracia y el orden internacional multilateral. Es el momento para Espa?a de dar el impulso definitivo a la ratificaci¨®n durante su presidencia europea en 2023 del acuerdo de libre comercio entre la UE y el Mercosur, de imposible negociaci¨®n con Bolsonaro, empe?ado en desproteger la selva amaz¨®nica. Brasil es el pa¨ªs del futuro, seg¨²n titul¨® Stefan Zweig su c¨¦lebre libro escrito pocos a?os antes de su suicidio en Petr¨®polis, pero ahora es adem¨¢s el pa¨ªs del que depende en buena parte el futuro del planeta y la capacidad de nuestras sociedades de gobernarnos civilizada y democr¨¢ticamente.