Fondos europeos

La obtenci¨®n de los fondos europeos para compensar a los pa¨ªses m¨¢s da?ados por la pandemia fue un gran avance en la construcci¨®n europea y un logro del Gobierno de Pedro S¨¢nchez. Espa?a obtuvo 70.000 millones de euros en ayudas no reembolsables y otros 7.700 que se sumar¨¢n pr¨®ximamente, adem¨¢s de otros 84.000 millones en cr¨¦ditos a tipos de inter¨¦s bajos. Tales cantidades suponen un impulso a la modernizaci¨®n de la econom¨ªa que no se puede desperdiciar. El Gobierno espa?ol ha sido de los primeros en tener listo y aprobado un plan de recuperaci¨®n que ponga en marcha esas inversiones. Ya ha recibido el desembolso de 30.000 millones de euros. Y ha lanzado 45.000 millones entre licitaciones y convocatorias. El trabajo realizado hasta ahora ha sido ingente. La gesti¨®n de las expectativas ha sido menos eficaz, en buena parte por causa de un d¨¦ficit informativo. En un primer momento, el Ejecutivo decidi¨® que hab¨ªa que intentar gastar estos fondos con celeridad para tratar de recuperar la econom¨ªa de la pandemia cuanto antes. Sin embargo, la situaci¨®n ha cambiado: el mercado laboral ya se ha recuperado y ahora lo importante es que estos fondos se empleen bien, aunque convendr¨ªa una mayor velocidad para sostener mejor la econom¨ªa y afrontar las crecientes incertidumbres internacionales.

Se ha hecho patente que hacen falta plazos m¨¢s largos para desarrollar y desplegar proyectos de calado. En inversiones como las del Ministerio de Transportes se suele tardar casi tanto en cumplir con todos los tr¨¢mites para adjudicar la licitaci¨®n como luego en ejecutarla. Aunque hay de plazo hasta 2026 para gastar los fondos, se est¨¢n formando importantes cuellos de botella al tener muchas administraciones licitando y lanzando convocatorias de subvenciones. Hay que adecuar el tejido productivo para ello y el Gobierno ya est¨¢ intentando prepararlo, por ejemplo con la posibilidad de contratar trabajadores inmigrantes para la construcci¨®n. Las fuertes subidas de precios por la guerra tambi¨¦n est¨¢n ocasionando problemas y pueden justificar demoras o cambios. La gu¨ªa europea de los fondos permite retrasar hitos de inversiones argumentando los embudos que se est¨¢n produciendo.

Agilizar y flexibilizar algunos tr¨¢mites administrativos y sumar nuevos equipos de gestores deber¨ªa ayudar a acelerar el proceso sin perder fiabilidad. Hay que extender las buenas pr¨¢cticas del programa para digitalizar empresas, que les han resultado ¨²tiles a las empresas para gestionar las ayudas. En este sentido, cabe la posibilidad de implicar m¨¢s a la banca en su canalizaci¨®n. En el caso de los grandes proyectos estrat¨¦gicos, los llamados PERTE, los l¨ªmites que pone Bruselas a las ayudas de Estado deber¨ªan flexibilizarse si se quiere que la industria europea opte al liderazgo en una econom¨ªa global tan competitiva. No solo deber¨ªan suavizarse para digitalizaci¨®n y transici¨®n ecol¨®gica, como ocurre ahora. Adem¨¢s, se podr¨ªa explorar el uso de incentivos fiscales, como han hecho Francia o Italia, para desembolsar m¨¢s r¨¢pido las ayudas.

El grueso de las inversiones del Plan de Recuperaci¨®n se va a ejecutar antes del plazo de 2026. Pero lo importante es que se gaste bien. La negociaci¨®n de la Adenda al Plan, en la que se incorporar¨¢n los 7.700 millones adicionales y los 84.000 millones en cr¨¦ditos ahora que suben los tipos, es un buen momento para adecuar el plan, incorporar proyectos y renegociar aquellos plazos de hitos intermedios que pueden ser muy exigentes. Tambi¨¦n ser¨ªa un buen momento para intentar alcanzar consensos con la oposici¨®n ¡ªpor dif¨ªcil que parezca a priori¡ª y estrechar la colaboraci¨®n con las comunidades aut¨®nomas para garantizar a la vez eficiencia y velocidad de ejecuci¨®n.