Los tuiteros se van a Mastodon (otra vez)
Los usuarios de la plataforma buscan una alternativa, por lo que pueda pasar
?C¨®mo est¨¢ Twitter estos d¨ªas? Para que se hagan una idea, Elon Musk ha puesto en su perfil que vive en el infierno. Veamos: Twitter ha anunciado que cobrar¨¢ por algunos servicios por los que nadie quiere pagar, como la verificaci¨®n de la cuenta; varios anunciantes han dejado de invertir en la red hasta que quede m¨¢s claro qu¨¦ va a pasar, y la plataforma ha despedido a la mitad de sus empleados. En Europa, sin tener en cuenta un peque?o detalle, la legislaci¨®n vigente. Y en Estados Unidos, de forma tan atropellada que los que quedan han tenido que pedir a algunos exempleados que vuelvan porque hacen falta o porque los despidieron por error.
Ah, y Musk tambi¨¦n ha amenazado con expulsar de la plataforma a todos los que suplanten a otras personas sin especificar que se trata de una parodia¡ porque muchas cuentas estaban poni¨¦ndose ¡°Elon Musk¡± de nombre. El milmillonario dijo que con ¨¦l la comedia volv¨ªa a ser legal en Twitter, pero a ver, sin pasarse.
A pesar del caos, es posible que el plan de Musk tenga ¨¦xito. Sea cual sea, porque a ratos parece que improvisa a medida que tuitea ocurrencias. Pero muchos ya temen (o desean, seg¨²n) que Twitter se convierta en un p¨¢ramo irrelevante. La pregunta de estos d¨ªas es si hay alternativa. Y quiz¨¢s no la haya. Como apuntaba Jordi P¨¦rez Colom¨¦ hace unos d¨ªas, Twitter cubre un hueco que no ocupa ninguna otra red: se basa sobre todo en el texto y es la m¨¢s ¨²til para seguir la actualidad.
Algunos optimistas creen que ha llegado el momento de mudarse a Mastodon, una red social que funciona de modo parecido a Twitter y que tiene fama de sitio agradable y bien gestionado, probablemente porque a¨²n es peque?o. Es probable que algunos lectores tengan una sensaci¨®n de d¨¦j¨¤ vu: en 2017 se hubo un primer intento de exilio y desde entonces se han sucedido algunos m¨¢s, todos ellos frustrados. Esta fuga tiene esa pinta, al menos de momento: la semana despu¨¦s de la llegada de Musk, Mastodon creci¨® en 233.000 usuarios activos hasta los 655.000, que suena a mucho, pero es poca cosa frente a los 238 millones de Twitter.
La primera barrera de entrada de Mastodon es su organizaci¨®n: est¨¢ montada en lo que se llaman instancias, que son comunidades federadas, pero no aisladas, y en algunos casos agrupadas por intereses y con normas propias. Es algo parecido a lo que est¨¢ explorando Jack Dorsey con Bluesky desde 2019: una red social descentralizada.
De entrada, esto echa para atr¨¢s y suena lioso, aunque no supone mucho problema a la hora de tootear (no son tuits, son toots, bocinazos). Como ironizaba la ?mastodonera? @ciaraioch, las explicaciones sobre c¨®mo funciona esta red social suenan a algo como ¡°es muy f¨¢cil: tu cuenta forma parte de un kerflunk y los kerflunks se pueden comunicar entre s¨ª como parte de un bumblurt¡±. Y ¡°solo la gente que est¨¦ en tu kerflunk puede quarkear tus nerps. Un poco como el correo electr¨®nico¡±. Clar¨ªsimo.
People be like ¡°join Mastodon¡±.
— Dave Flynn (@Dave_K_Flynn) November 5, 2022
Mastodon: pic.twitter.com/D7oja4ypPX
Aun as¨ª, la principal barrera quiz¨¢s no sean las instancias, sino que a¨²n hay poca gente y no tanto contenido. Da la impresi¨®n de que muchos tuiteros llegan, sueltan un chiste sobre Musk y luego se van para no volver. Aunque esto se puede ver como una ventaja: podemos echar un vistazo a Mastodon sin miedo a perder tres horas de nuestra vida o la fe en la humanidad. Es verdad que no va a ayudar a nadie a conseguir un trabajo, o a vender ilustraciones, o a promocionar un art¨ªculo. Pero a cambio es un sitio tranquilo. Y quiz¨¢s sea mejor que lo siga siendo y no se convierta en Twitter.
Twitter todav¨ªa es (o parece que es, o creemos que es) la plaza p¨²blica, el sitio en el que se debate sobre lo que supuestamente importa. Pero, como escrib¨ªa James Marriott en The Times, eso no es necesariamente algo bueno: las plazas p¨²blicas han sido tradicionalmente lugares de humillaci¨®n y castigos. Mejor buscarse un barrio agradable y lejos del centro. Con suerte y si lo hacemos bien, incluso puede que vuelvan los blogs.
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