El error de c¨¢lculo de Isabel D¨ªaz Ayuso
La crisis de las urgencias es la gota que ha desbordado un vaso ya colmado por a?os de mala gesti¨®n, agravada por una actitud de menosprecio hacia el personal sanitario que bordea la humillaci¨®n p¨²blica
La falta de m¨¦dicos y enfermeras no se puede resolver con m¨¢s pantallas. No se pueden atender bien las mismas urgencias con la mitad del personal. No se puede insultar a quien, abnegadamente y con el viento de cara, se parte el espinazo para atender a muchos m¨¢s enfermos de los que puede en el tiempo del que dispone. Son matem¨¢ticas. Es sentido com¨²n. La ca¨®tica reorganizaci¨®n de las urgencias de Madrid ha puesto al descubierto, con luces de ne¨®n, una situaci¨®n que era explosiva por unas carencias materiales y organizativas que se han vuelto cr¨®nicas y una gesti¨®n pol¨ªtica prepotente, desconectada de la realidad y en muchos aspectos, incompetente. Un plan de reorganizaci¨®n que tiene que revisarse tres veces en pocos d¨ªas, es evidente que no es un buen plan.
Se acumulan las evidencias de que la gesti¨®n de la sanidad madrile?a no est¨¢ en las manos m¨¢s competentes. La sanidad es un sector muy complejo, que atiende necesidades vitales y no puede gobernarse con recetas neoliberales de empresa privada. La sanidad es algo m¨¢s que un mercado. Y la salud, algo m¨¢s que una mercanc¨ªa. Tampoco parece estar en las manos m¨¢s sensibles ni en las m¨¢s comprometidas con la ¨¦tica, como se puso de manifiesto con aquella orden de no trasladar a los hospitales a los pacientes de covid de determinada edad que viv¨ªan en las residencias; una decisi¨®n injusta que, como se vio en la manifestaci¨®n de este domingo, sigue doliendo y nadie ha pagado todav¨ªa por ello.
El conflicto que ha desembocado en la multitudinaria manifestaci¨®n de Madrid no es fruto de un desencuentro puntual. El malestar viene de lejos y tiene m¨²ltiples causas, pero todas derivan de una pol¨ªtica que puede resumirse en un solo dato: la comunidad con mayor renta per c¨¢pita de Espa?a es la que menos dedica a gasto sanitario p¨²blico por habitante. Mientras Isabel D¨ªaz Ayuso presume de suprimir o bonificar impuestos a las rentas m¨¢s altas, descapitaliza y degrada el servicio p¨²blico que m¨¢s contribuye a la equidad social, aquel del que depende la vida y la salud de los ciudadanos. La crisis de las urgencias es la gota que ha desbordado un vaso ya colmado por a?os de mala gesti¨®n, agravada por una actitud de menosprecio hacia el personal sanitario que bordea la humillaci¨®n p¨²blica. Grave error de c¨¢lculo de D¨ªaz Ayuso.
Y ahora veremos c¨®mo sale de esta. Porque el personal sanitario llevaba mucho tiempo aguantando, y ahora que se ha roto la espita, es dif¨ªcil que el malestar que estaba comprimido se diluya con palabras. Har¨¢n falta hechos. ?Qu¨¦ har¨¢ ahora la presidenta? ?Seguir¨¢ amenazando e insultando a los profesionales de la salud? ?Les dar¨¢ la espalda, con el desd¨¦n habitual? Deber¨ªa pensarlo bien. Porque si algo tiene el personal sanitario, adem¨¢s de una capacidad de resistencia a prueba de todo, es el aprecio de la ciudadan¨ªa. Todos hemos sido y vamos a ser enfermos. Todos hemos tenido, tenemos y tendremos un familiar al que acompa?ar y con el que sufrir. Y nada es m¨¢s importante, en esas circunstancias de vulnerabilidad, que poder confiar en que el m¨¦dico y la enfermera que nos atiende podr¨¢n hacer bien su trabajo.
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