La bendita Santa Muerte
Este culto sincr¨¦tico es ya movimiento religioso de mayor crecimiento en Am¨¦rica Latina. Solo en M¨¦xico tiene 12 millones de fieles y se extiende de Argentina a Estados Unidos
El Cartel de Santa es una banda de rap de Nuevo Le¨®n que pasa de los 10 millones de suscriptores en YouTube, y uno de sus hits m¨¢s sonados est¨¢ dedicado a la Santa Muerte: ¡°Por protegerme y proteger a toda mi gente / Por ser justa entre las justas / Por dejarme seguir vivo / Por darme la fuerza para castigar al enemigo/Por la bendici¨®n a mi fierro pulso certero / Y por poner a mi lado una jaur¨ªa de fieles perros¡¡±
Suena a oraci¨®n de narcos, pero los devotos de la Santa Muerte son muy diversos, la mayor parte pobres y desamparados. Se le ruegan milagros y favores. Y quienes se arrodillan para rezarle la llaman tambi¨¦n de otras diversas maneras, con esa familiaridad cari?osa con que se trata a las deidades dom¨¦sticas: la Ni?a Bonita, la Ni?a Blanca, la Madrina, la Huesuda. La Se?ora.
Es la Catrina en los puros huesos, ataviada con su sombrero emplumado de dama del porfiriato los grabados de Jos¨¦ Guadalupe Posada, que de ¨ªcono callejero del D¨ªa de Muertos ha sido trasladada a los altares del barrio Tepito de la ciudad de M¨¦xico, donde cada primero de mes se le celebra un rosario. Y su culto se ha extendido por todo el pa¨ªs, y a¨²n m¨¢s lejos, hasta Argentina, donde tiene su santuario en Parada del Coco, en las afueras de Buenos Aires, y se la festeja cada 20 de agosto; y hasta Queens, en Nueva York.
Se la viste de manera suntuosa, envuelta en una t¨²nica rojo escarlata mientras empu?a entre las falanges la guada?a oxidada, o de morado penitencial, la cabeza pelona cubierta con un rebozo blanco, o coronada como reina de barajas, y en Tepito hay que esperar en lista para apadrinar el vestuario que se cambia a la imagen cada mes.
Su efigie figura en llaveros, pendientes, escapularios, y tambi¨¦n se venden sus estampas e im¨¢genes de bulto, y frasquitos con esencia de la Santa Muerte dotados de spray, y cuadernillos de oraciones, y veladoras votivas para alumbrar sus altares.
Se le pide desviar las balas o mellar el filo de los pu?ales, curar el reumatismo y la impotencia, desvanecer del cuerpo los tumores y deshacer los hechizos y el mal de ojo, someter al amante descarriado, librar a los presos, confundir a los enemigos. Y que las entregas de la droga coronen bien.
En el santuario de Parada del Coco, al que llegan romeros desde Paraguay y Brasil, en el rosario de la Santa Muerte se pide en coro por los enfermos, por los no creyentes, por los cesantes y por aquellos que ¡°andan consumi¨¦ndose en el vicio¡±, y se le brindan ofrendas en especie y en met¨¢lico, y botellas de ron que el devoto acerca a la calavera para ofrecerle de beber, despu¨¦s de dar ¨¦l mismo un trago.
En Queens los fieles de la Ni?a Blanca son en su gran mayor¨ªa inmigrantes, y la sacerdotisa es una devota transg¨¦nero que organiza en su casa una rumbosa fiesta con comilona cada a?o, pero tambi¨¦n abre las puertas del santuario dom¨¦stico una vez al mes a los suplicantes que ruegan volverse invisibles ante la polic¨ªa de migraci¨®n, o que se les otorgue el asilo, hallar empleo, venganza contra sus enemigos, amparo en las lides amorosas, y protecci¨®n frente a las maldades de los carteles de la droga en sus barrios.
Para R. Andrew Chestnut, profesor de estudios religiosos en la Universidad Commonwealth de Virginia, y autor del libro Santa Muerte, segadora segura, se trata del movimiento religioso de mayor crecimiento en Am¨¦rica Latina, y ya se ve que aumenta tambi¨¦n en Estados Unidos. S¨®lo en M¨¦xico hay 12 millones de fieles, que incluyen tanto capos de la droga y miembros de bandas del crimen organizado como a honradas familias trabajadoras, prisioneros, y miembros de minor¨ªas sexuales.
Y la Santa Muerte tiene su propia iglesia, con sede en Tepito: la Iglesia Cat¨®lica Tradicional M¨¦xico-Estados Unidos, que no obedece a Roma, y tiene su propio obispo, David Romo Guill¨¦n, que consagra sacerdotes. ¡°Detr¨¢s de esto est¨¢ el reino del maligno y la gente puede ser v¨ªctima de una posesi¨®n diab¨®lica¡±, advierte la jerarqu¨ªa cat¨®lica.
Para quienes juegan a la Teolog¨ªa defendiendo el culto a la Huesuda, se trata de una entidad espiritual ¡°que ha existido siempre, desde el principio de los tiempos hasta nuestros d¨ªas¡±, y posee la ¡°energ¨ªa de la muerte¡±, que concentra tanto la fuerza creadora como destructora del universo. Y el creyente aprende a manejar esta fuerza para convertirla en escudo protector.
Y el ¡°obispo Romo¡± de Tepito, explica que La Madrina ¡°escogi¨® M¨¦xico para darse a conocer porque los mexicanos juegan con la muerte. San Francisco de As¨ªs fue el primero en rendir culto a la muerte; la llamaba Hermana Muerte y por eso la representan con un cr¨¢neo en la mano o a los pies de este santo¡±.
Pero quienes cargan su imagen en las romer¨ªas, acuden a rezarle de rodillas, la atav¨ªan con lujosos mantos, y le encienden veladoras, est¨¢n lejos de sofisticaciones. Esperan de ella salud, prosperidad y fuerza, y consuelo en la aflicci¨®n. Porque, como dice la letra del rap del Cartel de Santa Ana, es justa entre las justas.
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