Sarajevo bajo cero: manual de instrucciones
El precedente del largo cerco que sufri¨® la ciudad bosnia durante tres a?os y medio permite extraer lecciones para los duros momentos que padecen los ucranios por la guerra
Ahora que estamos viendo, d¨ªa a d¨ªa y en directo, la guerra bajo cero que padecen tantos ucranios, aquellos que conocimos el cerco de Sarajevo, de Mostar, de Tuzla durante su guerra, podemos recordar algunas cosas. Un primer elemento en com¨²n: los civiles de esas ciudades, v¨ªctimas del agresor serbio. Los civiles de toda edad y condici¨®n tienden a parecerse en todas las guerras. Pero una primera diferencia es, de momento, la duraci¨®n de la agresi¨®n. En Ucrania llevan nueve meses bajo las bombas, en Sarajevo el cerco dur¨® m¨¢s de tres a?os y medio, de marzo de 1992 a octubre de 1995. Y despu¨¦s del alto el fuego logrado por la OTAN, todav¨ªa duraron varios meses m¨¢s (de hecho, hasta el siguiente invierno de 1996) las duras condiciones de vida porque el estado de las infraestructuras, agua, electricidad, telecomunicaciones, necesitaba una reconstrucci¨®n desde cero. No quedaba casi nada. Otra diferencia es que Sarajevo estuvo cercada, estrangulada, por los serbios de las colinas, y solo un magro (y peligroso) t¨²nel construido a pico y pala que cruzaba por debajo de la pista del aeropuerto permit¨ªa un hilo de contacto con el exterior. Si van a Sarajevo, se puede visitar. Mientras, Kiev tiene espacio suficiente para ¡ªcon mucho peligro¡ª salir a campo abierto hacia el oeste.
Lo interesante es c¨®mo la poblaci¨®n de Sarajevo tuvo que organizar su d¨ªa a d¨ªa durante tres inviernos, con temperaturas bajo cero, sin agua corriente, ni luz el¨¦ctrica, ni cristales en el 90% de las ventanas de la ciudad (los bombardeos serbios buscaban tambi¨¦n ese plus de efecto invernadero). ACNUR intent¨® distribuir¡ ?pl¨¢stico para las ventanas! en algunos barrios, como alternativa. Lo peor era el agua o, mejor dicho, no tenerla. Hablo de agua de boca, de higiene personal, etc. Por no mencionar los inodoros. ?Ducharse? Hab¨ªa que esperar hasta el verano, y bajar al r¨ªo, pero estabas a tiro de los francotiradores serbios de las colinas. ?Cocinar? Faltaba agua, faltaba un artilugio sobre el que cocinar, faltaba comida, y combustible. El artilugio ¡ªpueden visitar el museo de la guerra en Sarajevo¡ª estaba hecho con diversos trozos de metal, soldados entre s¨ª y con poca ventilaci¨®n, claro, porque la familia sol¨ªa pasar el d¨ªa (y la noche) en una sola habitaci¨®n. Y dormir todos juntos en los d¨ªas m¨¢s fr¨ªos. ?Ah, y el combustible! Pues muy pronto hubo que cortar ¨¢rboles, y en Sarajevo hab¨ªa muchos. Pero cada vez hab¨ªa que ir a buscarlos m¨¢s lejos de casa. En lo que llamar¨¦ ¡°mi barrio¡±, Basharcija/Ploce, subiendo hacia Travnik, hab¨ªa un bosquecillo. All¨¢ se instal¨® uno de los cementerios de urgencia, los dos m¨¢s importantes de la ciudad (el cementerio del Le¨®n, y el cementerio jud¨ªo) no daban m¨¢s de s¨ª. A medida que retroced¨ªa el bosquecillo, su madera ayudaba en algo a calentar las casas y hacer las estelas de las tumbas que crec¨ªan ladera arriba. Lo dram¨¢ticamente curioso es que para septiembre de 1995 solo quedaban unos pocos ¨¢rboles, y entonces se acab¨® la guerra. All¨ª quiso ser enterrado el presidente bosnio Alija Izetbegovic y un diminuto mausoleo puede ser visitado.
Y de las condiciones sanitarias, ?qu¨¦ decir? En junio de 1992, el periodista franc¨¦s Jean Hatzfeld fue tiroteado camino al aeropuerto y perdi¨® una pierna. Consiguieron llevarle hasta el hospital cl¨ªnico del centro, solo quedaban unas dosis de morfina, y los pacientes de su secci¨®n pidieron a los m¨¦dicos que se las dieran al periodista franc¨¦s. Como los serbios de Radovan Karadzic y Ratko Mladic no quer¨ªan incordiar m¨¢s al presidente franc¨¦s Fran?ois Mitterrand (su posici¨®n en aquella guerra fue un monumento a la ambig¨¹edad), Hatzfeld fue evacuado en uno de los pocos aviones que los serbios (que rodeaban tambi¨¦n el aeropuerto) permitieron salir. Salv¨® la vida, pero no la pierna.
Hablando del tema, los efectivos de las fuerzas de Naciones Unidas que gestionaban los vuelos de salida y entrada, de la ONU o de ACNUR, se frustraban. Acabaron fabricando una especie de tamp¨®n con el que ¡ªsi quer¨ªas¡ª te sellaban el pasaporte, y que dec¨ªa ¡°Maybe airlines you book we cancel¡±, pues al final del d¨ªa sal¨ªa un avi¨®n de cada cuatro o cinco. ?Y qui¨¦n cancelaba? Los serbios a tiro limpio.
Dentro de la tragedia, en Kiev podemos ver fuentes o puntos de distribuci¨®n de agua potable o, signo de una guerra en tiempos tecnol¨®gicos, puntos de recarga de tel¨¦fonos m¨®viles y tabletas.
La idea, volviendo al tema de fondo de este art¨ªculo, ser¨ªa sacar adelante un proyecto mixto Sarajevo-Kiev, que bien pudiera apadrinar la ciudad de Barcelona, para montar talleres de c¨®mo los habitantes de Sarajevo tuvieron que inventar de todo para no sucumbir a m¨¢s de tres a?os y medio de fr¨ªo y muerte, empezando con artefactos para cocinar y calentar una habitaci¨®n de una casa, sin agua y sin le?a.
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