Pedro S¨¢nchez no se equivoca

Varios ministros han negado que vaya a celebrarse un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n en Catalu?a, as¨ª que la reacci¨®n m¨¢s sensata es preguntarse cu¨¢ndo se pondr¨¢n las urnas. Hay algunos problemas, como que no sea constitucional, pero esos detalles no son un obst¨¢culo insalvable. Una posibilidad es cambiarle el nombre. El l¨ªder del PSC, Salvador Illa, ha declarado en una entrevista con Jos¨¦ Antonio Zarzalejos que no habr¨¢ refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n pero s¨ª consulta a los catalanes: ya descubriremos lo que significa. Quiz¨¢ tambi¨¦n tenga que descubrirlo el propio Illa; es m¨¢s dudoso que lo logre Patxi L¨®pez, pero lo explicar¨¢ de todos modos.

Uno podr¨ªa pensar que la propia discusi¨®n es la que crea la posibilidad, o que es una maniobra de distracci¨®n: esa opci¨®n inveros¨ªmil, te¨®ricamente inasumible para los votantes, aparece en el horizonte para que no nos fijemos en lo que sucede ahora. Pero le¨ªmos ese argumento con los indultos y se hicieron, y tambi¨¦n con la modificaci¨®n de la sedici¨®n, que en vez de proteger mejor la democracia la deja m¨¢s desguarnecida. Tambi¨¦n pens¨¢bamos que no se reformar¨ªa la malversaci¨®n: una ley ad personam indefendible en t¨¦rminos de honradez, calidad democr¨¢tica o igualdad ciudadana. La combinaci¨®n de las tres medidas es una amnist¨ªa en diferido, y cumple una de las exigencias de Esquerra; la segunda exigencia es la autodeterminaci¨®n. En los tres casos, el Ejecutivo neg¨® que har¨ªa lo que hizo, y tuvo el gesto manierista de intoxicar a periodistas cercanos. A menudo, el procedimiento ¡ªcrucial en democracia¡ª no es el adecuado, como ha explicado Ana Carmona acerca de la reforma del C¨®digo Penal. La justificaci¨®n de medidas que degradan el Estado de derecho es ambivalente: el Gobierno ha hecho esto porque no ten¨ªa otro remedio; al mismo tiempo, es una muestra de audacia, que es algo de lo que al Ejecutivo le gusta presumir.

Francis Scott Fitzgerald dec¨ªa que un genio es quien tiene un cerebro con dos ideas totalmente contradictorias al mismo tiempo y sigue funcionando: desde luego, el an¨¢lisis pol¨ªtico de nuestro pa¨ªs cumple el primer requisito. Otros lamentan, un poco perplejos, un error intolerable. Aunque entre tanta apelaci¨®n a la audacia uno echa de menos alg¨²n llamamiento a la responsabilidad, no hay que ser timoratos: intolerable significa en realidad que se tolera y hablar de un error es infravalorar al Gobierno. Lo que parece una equivocaci¨®n puede ser algo peor: una estrategia. @gascondaniel