Esto es la democracia
Los lectores escriben sobre el peligro del bloqueo institucional, la ¡®ley trans¡¯, la corrupci¨®n en el Ayuntamiento de Marbella y la importancia de descansar la mente
La democracia no es votar cada cuatro a?os. La democracia no es defender a quienes representan nuestras ideas contra viento y marea, aun cuando sepamos que est¨¢n equivocados. La democracia nos garantiza derechos esenciales, pero tambi¨¦n nos exige obligaciones. La democracia es pluralidad y ejercicio diario y continuo de nuestros deberes y obligaciones, es respeto por las ideas ajenas, por las minor¨ªas, por los que perciben la fe o la sexualidad de forma diferente a como lo hacemos nosotros y, por supuesto, es un profundo respeto por el resultado de las urnas. Es convivencia, es la b¨²squeda del bien com¨²n frente al inter¨¦s particular de unos pocos. Por desgracia, hay m¨¢s formas de terminar con ella que con un golpe de Estado, y, desde luego, quien bloquea las instituciones y su constitucional renovaci¨®n o quien deslegitima el resultado de las urnas porque no le gusta no da el mejor ejemplo de libertad, de convivencia o respeto a los dem¨¢s, y mucho menos de espejo en el que un Estado de derecho debe de mirarse. Lo dem¨¢s, cuentos de mal pagador.
?ngel Mois¨¦s Dur¨¢n Iriarte. Vigo
La ¡®ley trans¡¯ es dignidad
La ley trans y LGTBI se ha aprobado. En el largo proceso que lo ha hecho posible, las personas trans han sufrido el odio de diversos sectores de la sociedad. Las han considerado caprichosas y sospechosas de fraude. Las han se?alado como responsables de un borrado de mujeres que no ha tenido lugar, como la aprobaci¨®n del matrimonio igualitario tampoco destruy¨® el matrimonio. Esta ley no es solo un importante paso adelante para el colectivo LGTBI, sino para la sociedad al completo. La dignidad y los derechos humanos son cuestiones que nos conciernen a todos.
Julio C¨¦sar Ortega. Madrid
?Ay, Marbella!
Est¨¢ pasando casi desapercibido el esc¨¢ndalo de presunta corrupci¨®n protagonizado por la edil popular de Marbella debido a un patrimonio dif¨ªcil de explicar ¡ªvalorado en unos 12 millones de euros¡ª y sobre el que el presidente de Andaluc¨ªa evita pronunciarse en lugar de pedir ejemplaridad, eso de lo que siempre presume. Y es que la ejemplaridad, como la caridad, empieza por uno mismo: no estar¨ªa mal entonces exigir responsabilidades pol¨ªticas a los propios antes de exigirlas a los contrarios. ?Qu¨¦ tendr¨¢ Marbella que acaba siendo la miel de las peores moscas pol¨ªticas?
Ra¨²l Calleja Fuentes. Palma del R¨ªo (C¨®rdoba)
Barbecho intelectual
La primera vez que o¨ª hablar del barbecho fue en el colegio. El concepto es simple, y lo record¨¦ hace unos d¨ªas escuchando c¨®mo en un podcast dos mujeres reivindicaban la importancia del aburrimiento. Darnos la oportunidad de parar, de dejar de producir. Supongo que es justo entonces cuando aparecen la creatividad y el esp¨ªritu cr¨ªtico, tras asentar toda la informaci¨®n a la que diariamente nos exponemos sembrando contradicciones e inseguridades. Quiz¨¢s sea m¨¢s dif¨ªcil de lo que parece apelar al descanso en una sociedad que no para de instar a la hiperproductividad. Pero si la propia naturaleza nos ense?a que una buena cosecha nace despu¨¦s de un descanso efectivo, tal vez deber¨ªamos dar lecciones de repaso sobre nuestros sistemas de cultivo personal m¨¢s a menudo.
Pilar Cort¨¢zar Guti¨¦rrez. M¨¢laga
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