Las sanciones unilaterales son ilegales, inconvenientes e inmorales
La coacci¨®n, la intimidaci¨®n y el chantaje para conseguir cambios pol¨ªticos en Cuba o en Venezuela empleando castigos que golpean a la poblaci¨®n resultan contraproducentes y equ¨ªvocos
A ra¨ªz de la invasi¨®n de Rusia a Ucrania en el mundo se ha hecho m¨¢s visible y generalizada la pr¨¢ctica internacional de algunos pa¨ªses o grupos de utilizar la imposici¨®n de sanciones unilaterales como arma de retaliaci¨®n o constre?imiento contra personas, Estados y pa¨ªses. Esta forma agresiva de responder a supuestas o reales amenazas internacionales puede adoptar distintas formas, como restricciones econ¨®micas al comercio y la inversi¨®n, sanciones a funcionarios p¨²blicos con la cancelaci¨®n o suspensi¨®n de sus visados, decertificaciones (desaprobaciones) de gobiernos por pol¨ªticas p¨²blicas ¡°deficientes¡± en materias sensibles como los derechos humanos, la protecci¨®n del medio ambiente, el combate al terrorismo o la lucha contra las drogas. Esta lista de retaliaciones arbitrarias tambi¨¦n contempla la estigmatizaci¨®n temeraria de econom¨ªas por parte de agencias calificadoras de riesgos de inversi¨®n.
Estas medidas y acciones violan principios internacionales como la no intervenci¨®n en los asuntos internos de los Estados, la soluci¨®n pac¨ªfica de controversias y el respeto al derecho. Su unilateralidad viola normativas a nivel mundial, como lo ha expresado en varias ocasiones la Asamblea General de las Naciones Unidas al se?alar que atentan contra ¡°la igualdad soberana de los Estados, la no intervenci¨®n y no injerencia en asuntos internos y la libertad de comercio y navegaci¨®n internacionales¡±, consagrados en instrumentos internacionales vigentes. Tambi¨¦n contradicen normas regionales como los art¨ªculos 19 y 20 de la Carta de la OEA.
La imposici¨®n de sanciones unilaterales afecta de manera grave y permanente a espacios de relaci¨®n entre pa¨ªses al restringir sus derechos de movilidad de bienes, servicios, capitales y personas. Por cuenta de estas zancadillas punitivas a la libertad econ¨®mica, como las impuestas por Estados Unidos y la Uni¨®n Europea, el mundo vive hoy un fen¨®meno de desglobalizaci¨®n que lo est¨¢ devolviendo a ¨¦pocas superadas de nacionalismos proteccionistas, como los que se vivieron en el caso reciente de las vacunas, medicamentos y procedimientos m¨¦dicos para superar la pandemia de la covid-19.
En Am¨¦rica Latina se ha sentido el doloroso impacto de este tipo de medidas coercitivas en Cuba y Venezuela. El bloqueo econ¨®mico de m¨¢s de medio siglo contra Cuba ha convertido la isla en el George Floyd del unilateralismo punitivo, asfixiando la posibilidad de supervivencia digna de sus ciudadanos. El bloqueo de m¨¢s de medio siglo de la econom¨ªa cubana se ha visto agravado con las recientes y arbitrarias disposiciones antiterroristas contra un pa¨ªs que ha sido, al contrario de los infundados se?alamientos, socio de los procesos m¨¢s importantes de paz y reconciliaci¨®n en la regi¨®n. El pueblo cubano est¨¢ viviendo hoy una verdadera tragedia humana por el impacto de m¨¢s de 270 ¨®rdenes ejecutivas expedidas por el presidente de Estados Unidos que limitan su acceso a alimentos, medicamentos y servicios p¨²blicos. Entre 2019 y 2020, antes y durante la dura pandemia ocasionada por la expansi¨®n de la covid-19, el Gobierno cubano calcul¨® las p¨¦rdidas en el sector salud en m¨¢s de 160.000 millones de d¨®lares.
En uno de los momentos m¨¢s cr¨ªticos de esta coyuntura sanitaria el Departamento de Estado impidi¨® que las empresas de aviaci¨®n Skywar Entreprises e IBC operasen vuelos hacia Cuba llevando insumos m¨¦dicos. Como consecuencia de ello, los proveedores norteamericanos no pudieron entregar a MEDICuba ventiladores pulmonares que ya hab¨ªan sido contratados porque la empresa que los desarrollaba fue adquirida por otra compa?¨ªa estadounidense.
El bloqueo tambi¨¦n incidi¨® negativamente en los esfuerzos cubanos por desarrollar vacunas. De acuerdo con un informe de la ONG Oxfam, la imposibilidad de importar suero de ternera o alb¨²mina bovina (para la fabricaci¨®n de vacunas con cultivos para crecimiento de microorganismos pat¨®genos), que se podr¨ªa adquirir a Boca Raton Biotech Company en Estados Unidos y cuyo env¨ªo solo requiere 17 horas, oblig¨® a La Habana a importarlo desde Nueva Zelanda y Alemania, en trayectos que oscilan entre 18 y 24 d¨ªas.
El Gobierno de Trump lleg¨® a impedir el env¨ªo de remesas de cubanos a sus familiares en la isla e introdujo m¨¢s l¨ªmites para la compra de productos cubanos por turistas estadounidenses, lo cual ha tenido efectos en una dr¨¢stica reducci¨®n de las divisas que son clave para la compra de alimentos o la producci¨®n de los mismos utilizando insumos importados.
Una situaci¨®n similar se vive en Venezuela, donde el embargo de las ventas petroleras redujo al 1% los ingresos en divisas con las previsibles consecuencias en materia de deterioro de la calidad de vida de los ciudadanos y su decisi¨®n de migrar masivamente hacia otros pa¨ªses. En marzo de 2015, el Gobierno de Barack Obama declar¨® a Venezuela como una amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos e impuso sanciones individuales y colectivas contra el pa¨ªs. Las m¨¢s agresivas fueron adoptadas, sin pasar por el Congreso, a trav¨¦s de la orden ejecutiva 13808, de 2017, que impidi¨® que PDVSA, la estatal petrolera, pudiese exportar petr¨®leo y que el Estado venezolano emitiera bonos de deuda p¨²blica, cuya adquisici¨®n fue prohibida por el Gobierno de EE UU.
En 2019, las sanciones fueron reforzadas con la orden ejecutiva 13857 por medio de la cual buena parte de los activos del Estado venezolano fueron arbitrariamente adjudicados al denominado Gobierno interino de Juan Guaid¨®, quien, en una decisi¨®n sin precedentes en la historia diplom¨¢tica del mundo, fue reconocido por EE UU y los pa¨ªses de la Uni¨®n Europea como ¡°presidente leg¨ªtimo¡± de Venezuela sin tener Gobierno al mando ni pa¨ªs sobre el cual ejercer.
Las ¨²ltimas sanciones redujeron los ingresos p¨²blicos en un 99% en plena pandemia, poniendo a Venezuela en la m¨¢s precaria y dif¨ªcil situaci¨®n de supervivencia de todos los pa¨ªses de la regi¨®n. La crisis humana se convirti¨®, por cuenta de las sanciones, en una verdadera tragedia, por no decir en un genocidio. Las generadoras de electricidad estuvieron trabajando durante 2019 y 2021 a menos del 20% del total de su capacidad. La distribuci¨®n de agua se vio interrumpida como resultado de las sanciones, que redujeron en un 30% el acceso a agentes qu¨ªmicos para potabilizarla. Se produjo tambi¨¦n una escasez de vacunas contra la covid, el sarampi¨®n, la fiebre amarilla y la malaria, as¨ª como una reducci¨®n significativa de pruebas para VIH, lo cual deriv¨® en un aumento de la tasa de mortalidad, especialmente la infantil.
La congelaci¨®n de activos venezolanos de la CITGO y las sanciones sobre PDVSA impidieron que se realizar¨¢n trasplantes de h¨ªgado y m¨¦dula ¨®sea a ni?os venezolanos. El apoyo p¨²blico a la educaci¨®n escolar y universitaria disminuy¨®, incluyendo la disponibilidad de comidas diarias en las escuelas. Programas como Canaima, que consist¨ªa en la entrega de computadores port¨¢tiles gratuitos para ni?os de primaria y secundaria, fueron suspendidos.
Como resultado de las sanciones unilaterales, en 2018 se produjo una contracci¨®n brutal del PIB cercana al 16%. En 2019, justo antes de la pandemia, esta cifra lleg¨® al 37,4%. Al mismo tiempo, se registr¨® una ca¨ªda de importaciones cercana al 40%, especialmente en productos b¨¢sicos. Venezuela se enfrent¨® a la covid con una de las peores recesiones de su historia provocada por las sanciones. En marzo de 2019, el mes de mayor impacto de las sanciones, la producci¨®n de petr¨®leo cay¨® a niveles hist¨®ricos: 289.000 barriles al d¨ªa.
No es de extra?ar entonces que la relatora especial de Naciones Unidas, Alena Duhan, confirmara que las medidas unilaterales impuestas contra Venezuela hab¨ªan ¡°exacerbado las calamidades preexistentes¡± y alertara sobre su efecto en derechos como la vida, la salud, la alimentaci¨®n y el desarrollo, conminando a Estados Unidos y la Uni¨®n Europea a su levantamiento inmediato.
El impacto humano de las sanciones ha creado en los pa¨ªses bloqueados unos verdaderos cercos medievales que buscan doblegar la voluntad de los gobiernos, afectando a la vida y la integridad f¨ªsica de sus ciudadanos, especialmente los m¨¢s necesitados y vulnerables. Por eso, las sanciones unilaterales que juegan con la vida o las condiciones de desarrollo de millones de personas a cambio de unos dividendos pol¨ªticos o econ¨®micos son inmorales: la vida de un ser humano no es negociable.
La coacci¨®n, la intimidaci¨®n y el chantaje para conseguir cambios pol¨ªticos en Cuba o en Venezuela mediante la utilizaci¨®n de castigos unilaterales que golpean a la poblaci¨®n son contraproducentes y equ¨ªvocas, porque endurecen la posici¨®n de los gobiernos y le restan legitimidad a las salidas dialogadas o inscritas en los mecanismos de participaci¨®n democr¨¢tica, en la medida en que condicionan o limitan el voto libre de los electores.
No habr¨¢ elecciones libres en los pa¨ªses afectados por medidas unilaterales internacionales mientras exista contra los electores la amenaza ¡ªcomo una pistola en la sien¡ª de sanciones de las cuales dependen sus vidas, su salud y su trabajo.
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