J. K. Rowling ten¨ªa raz¨®n
Dadas las consecuencias del fiasco legislativo de la ¡®ley del solo s¨ª es s¨ª¡¯, las preocupaciones ante la ¡®ley trans¡¯ resultan m¨¢s que razonables
?Se acordar¨¢n los cargos pol¨ªticos del Ministerio de Igualdad de que est¨¢n ah¨ª para defender los derechos de las mujeres y las v¨ªctimas de violencia? Porque empecinadas como han estado todo este tiempo en negar las consecuencias negativas de la ley del solo s¨ª es s¨ª, se dir¨ªa que lo ¨²ltimo que han tenido en mente es el sufrimiento de las que se han visto en las terribles circunstancias que pretende perseguir la nueva norma. En pol¨ªtica, y en todo en general, no hay estrategia menos inteligente que negar la realidad evidente, y aqu¨ª no cambiar de idea, no admitir el error, es preocuparse m¨¢s por las sillas y los sueldos que por los problemas de las mujeres. Para no tropezar de nuevo con la misma piedra, ser¨ªa sensato aplicar lo aprendido en el futuro inmediato.
Viendo las consecuencias de este fiasco legislativo, las preocupaciones ante la llamada ley trans son m¨¢s que razonables y no obedecen, como se ha dicho mil veces para que fuera verdad, a una mal¨¦fica transfobia por parte de quienes la han criticado. Si no creen a las organizaciones feministas que llevan a?os estudiando el asunto, ¨¦chenle un vistazo al l¨ªo que tienen en Escocia, donde la semana pasada los peri¨®dicos anunciaban que se estaba frenando el traslado de mujeres trans a c¨¢rceles de mujeres. Al parecer, hay hombres que, tras ser encarcelados por delitos sexuales, experimentan una repentina epifan¨ªa trans. Es evidente que en estos sujetos no se trata m¨¢s que de una apropiaci¨®n oportunista de la transexualidad, pero si decidimos que nadie puede cuestionar los sentimientos de ¡°g¨¦nero¡±, tampoco se podr¨ªa dudar de la autodeterminaci¨®n en estos casos. Estas situaciones son precisamente las que tendr¨ªan que prever los legisladores, el uso fraudulento que se le puede dar a una ley, pero va a ser dif¨ªcil cuando lo que se legisla son precisamente eso, sentimientos y no hechos. Nicola Sturgeon se est¨¢ dando estos d¨ªas de bruces con la realidad. La medida de dejar de trasladar a violadores ¡°femeninos¡± ya est¨¢ siendo le¨ªda como discriminatoria por algunos activistas. Ante la pregunta de si una mujer trans es una mujer, la primera ministra escocesa cay¨® en la hoguera de la intolerancia excluyente al establecer, aunque con todos los matices refiri¨¦ndose al contexto y las circunstancias, que hay diferencias entre una mujer trans y una mujer. Dos a?os y medio despu¨¦s de que J. K. Rowling se convirtiera en el demonio en Occidente por decir exactamente lo mismo, va a resultar que ten¨ªa raz¨®n.
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