Auge y ca¨ªda de Nicola Sturgeon

La ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, ha decidido dimitir, despu¨¦s de ocho a?os y medio al frente del Gobierno aut¨®nomo. Nadie puede cuestionar el carisma, la popularidad y el respeto cosechado entre muchos ciudadanos por una pol¨ªtica que ha sabido combinar la seriedad y el rigor en el desempe?o de su trabajo con la pasi¨®n que ha volcado en la causa independentista. La arrolladora victoria del Partido Nacional Escoc¨¦s (SNP, en sus siglas en ingl¨¦s) en las elecciones al Parlamento aut¨®nomo de mayo de 2021 la dej¨® a un esca?o de la mayor¨ªa absoluta. El mensaje centrado casi exclusivamente en la celebraci¨®n de un nuevo refer¨¦ndum para separarse del Reino Unido fue suficiente para emprender una aventura en la que se crey¨® acompa?ada de la ciudadan¨ªa.

Gran parte del sentimiento independentista escoc¨¦s se vio alimentado por dos factores. El Brexit, rechazado mayoritariamente en Escocia en la consulta de 2016, fue un duro golpe. El principal argumento, dos a?os antes, para convencer a los ciudadanos de que deb¨ªan permanecer en el Reino Unido fue precisamente la advertencia de que una secesi¨®n supondr¨ªa inexorablemente la salida de la naci¨®n escocesa de la UE. El divorcio decidido poco despu¨¦s por el resto de los brit¨¢nicos dej¨® un sabor de enga?o.

Pero la promesa m¨¢s reiterada por Sturgeon fue que nunca emprender¨ªa una aventura independentista fuera de los cauces legales, o de modo unilateral y sin contar con Londres. Conscientes de ese compromiso, los distintos inquilinos de Downing Street se han negado a dar luz verde a una nueva consulta, a pesar del precedente creado por David Cameron al permitir el refer¨¦ndum de 2014.

Sturgeon jug¨® una ¨²ltima baza desesperada, pero respetuosa con la legalidad: consult¨® previamente al Tribunal Supremo del Reino Unido sobre la posibilidad de que el Parlamento escoc¨¦s aprobara por s¨ª mismo la ley para celebrar una nueva consulta independentista. El alto tribunal respondi¨® lo evidente: la ley de Escocia, por la que se procedi¨® a la devoluci¨®n de competencias a este territorio, reserva esa capacidad en exclusiva al Parlamento de Westminster. Ante la frustraci¨®n de ver truncado el proyecto prometido de celebrar en 2023 un nuevo refer¨¦ndum, Sturgeon opt¨® por convertir las pr¨®ximas elecciones generales del Reino Unido, previstas para 2024, en una consulta secesionista de facto. Y la gran mayor¨ªa de ciudadanos, votantes y miembros del SNP dijeron que no: supon¨ªa abandonar la v¨ªa legal y razonable mantenida hasta ese momento y entendieron que, en medio de una crisis del coste de la vida como la actual, las elecciones generales deb¨ªan de tener otro prop¨®sito.

No ha sido el ¨²nico motivo para la renuncia de Sturgeon, a la que tambi¨¦n afect¨® el recorrido de la Ley de Reforma de Reconocimiento de G¨¦nero aprobada por su Gobierno: sent¨® mal a las bases de su partido por reducir a 16 a?os la edad legal para hacerlo, y su decisi¨®n de trasladar a una mujer trans a una prisi¨®n de hombres gener¨® una agria pol¨¦mica. Pero es el que mejor ayuda a explicar las distancias que han tomado los ciudadanos de la ministra principal de Escocia cuando fue incapaz de sintonizar sus proyectos pol¨ªticos con la voluntad y el ritmo de sus votantes.