Ucrania ha colocado a Europa ante el reto de una diplomacia postoccidental
Los pa¨ªses emergentes como la India y Turqu¨ªa no ven a Rusia debilitada ni necesariamente como un enemigo, y reclaman ser reconocidos como centros de influencia geopol¨ªtica para prestarse a colaborar con Occidente
Un a?o despu¨¦s de la invasi¨®n rusa de Ucrania, estamos siendo testigos de una restructuraci¨®n fundamental en el orden internacional. Occidente, unido por primera vez en a?os, ha recuperado un proyecto com¨²n. Mientras, hay una creciente competencia por el liderazgo geopol¨ªtico entre las potencias emergentes.
En Europa, el conflicto ha planteado preocupaciones sobre la capacidad del continente para defenderse, y sobre el alcance de su apoyo al esfuerzo b¨¦lico ucranio ante la perspectiva de nuevas ofensivas en la primavera. Tambi¨¦n ha puesto al descubierto la complejidad que supone para el bloque abandonar a largo plazo su hist¨®rica dependencia de la energ¨ªa rusa. En conjunto, estos factores han creado problemas de posicionamiento ante el conflicto, tanto nacionales como en la UE, y han producido desacuerdos tanto t¨¢citos como expl¨ªcitos, particularmente evidentes en todos los rodeos acerca del env¨ªo de los tanques Leopard y en la reticencia de Hungr¨ªa a apoyar las sanciones a Rusia.
Sin embargo, por encima de la divisi¨®n pol¨ªtica sobre c¨®mo apoyar a Ucrania, la opini¨®n p¨²blica se mantiene firme en cuanto a la necesidad de ese apoyo. Una nueva encuesta (realizada en 10 pa¨ªses europeos, adem¨¢s de la India, Turqu¨ªa, China y Rusia) publicada en febrero por el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR), concluye que, a pesar de todas las dificultades del a?o pasado, los europeos permanecen unidos en su apoyo a Ucrania y tambi¨¦n en su deseo de ver derrotada a Rusia.
La encuesta del ECFR indica que una mayor¨ªa de los europeos, en los nueve pa¨ªses de la UE en los que se ha preguntado, apoya la continuaci¨®n del embargo al combustible ruso, a pesar del da?o muy real que esto est¨¢ causando a algunas econom¨ªas nacionales. Tambi¨¦n es reveladora la percepci¨®n de Rusia como ¡°adversario¡± o ¡°rival¡±. M¨¢s de dos tercios (el 66%) de los encuestados en estos pa¨ªses de la UE, y el 77% en Reino Unido, comparten esta opini¨®n, en l¨ªnea con los encuestados en Estados Unidos (71%).
Si bien el conflicto ha fomentado la unidad en Occidente y en Europa, la encuesta tambi¨¦n ha puesto de manifiesto la brecha existente entre Occidente y otros pa¨ªses respecto a su percepci¨®n de Rusia. A pesar de existir el deseo compartido de ver el final de la guerra, las condiciones deseables para ello difieren marcadamente entre Occidente y los dem¨¢s. Por ejemplo, en Europa y EE UU, la opini¨®n mayoritaria es que Ucrania debe recuperar todo su territorio, incluso si esto implica una guerra m¨¢s prolongada. En Turqu¨ªa, China y la India, la mayor¨ªa de los encuestados preferir¨ªan que la guerra terminase cuanto antes, incluso si esto implicara ceder territorios ucranios a Rusia.
La reputaci¨®n de Rusia tambi¨¦n var¨ªa mucho. Tres cuartas partes de los encuestados en China (76%), la India (77%) y Turqu¨ªa (73%) consideran a Rusia igual de fuerte o m¨¢s fuerte que hace un a?o. La visi¨®n de Rusia como un ¡°aliado¡± o ¡°socio¡± global la comparte el 80% de los encuestados en la India, el 79% en China y el 69% en Turqu¨ªa, en marcado contraste con las respuestas en Occidente, donde los encuestados consideran a Rusia no solo un pa¨ªs fundamentalmente m¨¢s d¨¦bil, sino que se le describe como ¡°agresivo¡± e ¡°indigno de confianza¡±.
Sin embargo, la fractura m¨¢s pronunciada posiblemente est¨¦ en c¨®mo ven los ciudadanos el estado del mundo y el futuro orden global. En Occidente, el legado de la Guerra Fr¨ªa sigue estando muy presente y todav¨ªa moldea a la opini¨®n p¨²blica. Existe una fuerte opini¨®n de que estamos entrando en un mundo bipolar, con un bando liderado por EE UU y el otro por China. Pero en otros lugares del mundo, y particularmente entre potencias emergentes como la India y Turqu¨ªa, este punto de vista no cala. En estos dos casos, los encuestados ven a sus respectivos pa¨ªses como participantes cada vez m¨¢s relevantes en el escenario internacional. Prev¨¦n el desarrollo de un orden mundial multipolar, que estar¨¢ dividido entre diversos centros de poder. En un escenario as¨ª, Occidente ser¨ªa solo uno de los muchos polos, y no el que defina ni el que lidere la democracia a nivel mundial.
Esto colocar¨ªa a Europa, y a la alianza occidental en general, en una posici¨®n sin precedentes: como defensores de un orden basado en reglas, pero tambi¨¦n como potencia en declive.
Los l¨ªderes occidentales har¨ªan bien en reconocer las aspiraciones de las potencias competidoras, que, si bien pueden tener diferentes puntos de vista acerca de la guerra, tambi¨¦n reconocen los m¨¦ritos de un orden internacional basado en reglas. El hecho de mostrar humildad, especialmente en sus interacciones con pa¨ªses que est¨¢n a caballo entre la democracia y el autoritarismo ¡ªcomo la India y Turqu¨ªa¡ª no implica que Europa tenga que renunciar a sus valores. Muy al contrario, podr¨ªan defenderlos como parte de una nueva coalici¨®n de potencias afines. Esto precisar¨¢ de un acto de equilibrismo diplom¨¢tico, para persuadir a los centros de poder emergentes y lograr que apoyen las resoluciones clave, y a la vez comprender las prioridades de estas naciones y c¨®mo la opini¨®n p¨²blica interna es capaz de moldear la diplomacia. Durante los pr¨®ximos meses se ver¨¢ si los l¨ªderes europeos est¨¢n a la altura del reto que se les presenta,? y si podr¨¢n fortalecer la posici¨®n de Europa en un mundo post-Occidente cada vez m¨¢s dividido.
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