Una tragedia griega
El reciente accidente de tren es la destilaci¨®n de c¨®mo Grecia ha fallado a su actual generaci¨®n de j¨®venes
Hay una pregunta, m¨¢s que ninguna otra, que se agolpa en la mente de la mayor¨ªa de los griegos al contemplar la devastaci¨®n del accidente de tren de esta semana, que ha dejado m¨¢s de 40 muertos, en su mayor¨ªa j¨®venes: ?C¨®mo ha ocurrido?
Era la pregunta que se hac¨ªan los estudiantes que depositaban flores en la estaci¨®n de tren de Sal¨®nica, adonde iban a llegar sus amigos tras celebrar el fin de semana de carnaval. Es lo que quer¨ªan saber los padres que perdieron a sus hijos e hijas en el infierno provocado por el choque de un tren de pasajeros procedente de Atenas contra un tren de mercanc¨ªas que circulaba en sentido contrario. Es lo que cualquier persona razonable de un pa¨ªs desarrollado se preguntar¨ªa sabiendo que esos dos trenes llevaban m¨¢s de 10 minutos avanzando el uno hacia el otro, sin que ninguno de los dos conductores tuviera la menor idea del peligro.
Cuanto m¨¢s se desvelan los pormenores de este incidente para descubrir c¨®mo pudo producirse una colisi¨®n semejante en 2023, m¨¢s repugnantes resultan las respuestas.
La seguridad ferroviaria es un problema de larga data en Grecia. Una investigaci¨®n del Mediterranean Institute for Investigative Reporting (MIIR) publicada en 2019 indic¨® que Grecia ocupaba el primer lugar en la Uni¨®n Europea en cuanto al n¨²mero de muertes por accidentes ferroviarios en proporci¨®n a los kil¨®metros recorridos por los trenes. Entre 2010 y 2018 se produjeron 137 muertes y 97 lesiones graves en Grecia.
Esto puede atribuirse a varios factores, como la mala gesti¨®n de las organizaciones p¨²blicas, sintom¨¢tica del cortoplacismo pol¨ªtico que impuls¨® a Grecia a su crisis de deuda en 2009. Las entidades estatales, como la compa?¨ªa ferroviaria Trainose, se consideraban una herramienta al servicio de los fines de los partidos pol¨ªticos, no de los ciudadanos, ya fuera con enormes presupuestos publicitarios para ayudar a financiar medios de comunicaci¨®n afines al Gobierno o contratando personal innecesario o no cualificado para ganar votos o apaciguar a los sindicalistas.
La llegada de la crisis econ¨®mica a Grecia acab¨® con cualquier esperanza de mejora del servicio, ya que los sucesivos gobiernos griegos se embarcaron en enormes programas de ajuste fiscal para controlar los enormes d¨¦ficits y devolver los pr¨¦stamos de rescate concedidos por la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI). La red de transporte, junto con otros servicios p¨²blicos, como la sanidad, se atrofi¨® al verse obligada a funcionar con presupuestos cada vez m¨¢s reducidos, con escasez de personal y recurriendo a arreglos improvisados ideados por un personal cada vez m¨¢s abatido.
En 2017, Trainose fue privatizada. El Gobierno, dirigido entonces por el partido de izquierdas Syriza, vendi¨® la empresa por 45 millones de euros a la empresa ferroviaria estatal italiana Ferrovie dello Stato. La transacci¨®n era un compromiso del programa de privatizaci¨®n que Grecia hab¨ªa acordado con sus prestamistas europeos y el FMI, parte de las condiciones de los tres rescates que recibi¨® el pa¨ªs para ayudarle a superar su crisis de deuda.
La privatizaci¨®n de lo que ahora se conoce como Hellenic Train cre¨® el tipo de embrollo problem¨¢tico con el que han luchado otros pa¨ªses europeos: las operaciones ferroviarias en manos de una empresa privada, mientras que la infraestructura y el mantenimiento de la red ferroviaria son responsabilidad de otros. En el caso de Grecia, estas ¨²ltimas tareas corren a cargo de dos empresas estatales.
En este entorno, en el que la responsabilidad puede trasladarse f¨¢cilmente de una empresa a otra, parece que se ha hecho poco por resolver el problema de la seguridad de los trenes. La falta de equipos adecuados de telecomunicaciones y se?alizaci¨®n y de un sistema autom¨¢tico de protecci¨®n conectado al Sistema Europeo de Control de Trenes (ETCS) fueron puestos de relieve en repetidas ocasiones en los ¨²ltimos a?os por medios de comunicaci¨®n independientes y sindicatos.
Menos de un mes antes de la colisi¨®n de esta semana, el Sindicato Panhel¨¦nico de Personal Ferroviario (DESK) hizo p¨²blica una declaraci¨®n en la que advert¨ªa de la inminencia de un choque mortal. Seg¨²n el personal ferroviario, los maquinistas se comunican con los jefes de estaci¨®n en cada una de las estaciones por las que pasan para saber si es seguro avanzar por la v¨ªa.
El mi¨¦rcoles, el primer ministro Kyriakos Mitsotakis, l¨ªder del partido gobernante de centroderecha Nueva Democracia, afirm¨® que el accidente se debi¨® principalmente a un error humano. Se culpa al jefe de estaci¨®n de Larissa, la ¨²ltima estaci¨®n por la que pas¨® el tren interurbano de pasajeros antes de chocar frontalmente con el tren de mercanc¨ªas.
Tal vez el hecho de que en las pr¨®ximas semanas se celebren elecciones nacionales haga pol¨ªticamente conveniente dar una respuesta sencilla a la terrible pregunta que se nos plantea. Sin embargo, est¨¢ claro para cualquiera que no quiera una explicaci¨®n limpia y libre de culpa que los fallos que causaron este choque son mucho m¨¢s profundos que si el jefe de estaci¨®n gir¨® una llave para que los dos trenes no estuvieran en la misma v¨ªa.
El accidente del Tempi es la destilaci¨®n de c¨®mo Grecia ha fallado a su actual generaci¨®n de j¨®venes. Muchos de los que murieron antes de la medianoche del martes eran apenas unos ni?os cuando Grecia firm¨® su primer rescate con la troika en 2010. No tuvieron la oportunidad de disfrutar de la estabilidad y prosperidad de las tres d¨¦cadas anteriores, cuando los griegos se beneficiaron de su pertenencia a la UE y a la moneda ¨²nica. En su lugar, crecieron en un pa¨ªs destrozado por la avaricia y la miop¨ªa que trajo consigo esta opulencia.
La falta de inversi¨®n en infraestructuras y servicios p¨²blicos, la falta de voluntad para reformar las organizaciones p¨²blicas y adoptar las mejores pr¨¢cticas en los sectores p¨²blico y privado han hecho que esta generaci¨®n crezca en un pa¨ªs impulsado no por la visi¨®n de un futuro mejor, sino por la necesidad de ir tachando tareas de una lista para conseguir el siguiente plazo del pr¨¦stamo de la troika. En este caos, la felicidad, el desarrollo y la seguridad de los j¨®venes se convirtieron en cuestiones secundarias.
Si realmente queremos averiguar c¨®mo ocurri¨® este accidente de tren, la respuesta est¨¢ esparcida por nuestra historia reciente, como las pertenencias de quienes viajaban en los vagones delanteros del Intercity 62 de Atenas a Sal¨®nica el martes por la noche. La verdad es que les fallamos. Tuvimos muchas oportunidades de hacerlo mucho mejor. Esta es nuestra tragedia.
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