La privatizaci¨®n de PDVSA
La inoperancia, el subsidio a la ineficiencia y la corrupci¨®n generalizadas justific¨®, a veces socarronamente, su privatizaci¨®n dolosa
Mar¨ªa Corina Machado, la b¨ºte noire de todos los chavismos y de la mayor¨ªa de los pol¨ªticos de oposici¨®n venezolanos, ha dejado flotar la idea de privatizar Petr¨®leos de Venezuela en una hipot¨¦tica presidencia suya.
Sin obviar el no peque?o obst¨¢culo de que el Tyrannosaurus rex todav¨ªa est¨¢ all¨ª, debo decir que la alacridad y la vehemencia de las reacciones adversas provenientes de lo que, para agilidad discursiva, llamar¨¦ oposici¨®n, me han dado bastante en qu¨¦ pensar. Esas reacciones, muchas de las cuales no intentan siquiera disimular su misoginia, se resumen en un ¡°?ha blasfemado!¡± colectivo.
El insumergible Henrique Capriles, con fraseolog¨ªa e inflexiones que recuerdan las de Hugo Ch¨¢vez¡ª¡±el petr¨®leo es del pueblo¡±¡ª, se pregunta, con ojos desorbitados de pura indignaci¨®n, si lo que Casado propone no ser¨¢ arrebat¨¢rselo. En general, el tono escandalizado de los voceros de oposici¨®n, no invita a la discusi¨®n de una idea que, vista la sistem¨¢tica destrucci¨®n de lo que fue una gigantesca y exitosa empresa estatal, merece al menos considerarse.
Las privatizaciones latinoamericanas de los a?os 90, fruto de las reformas dictadas por el Consenso de Washington, fueron ciertamente, en muchos casos, ocasi¨®n para el fraude a las naciones. La inoperancia, el subsidio a la ineficiencia y la corrupci¨®n generalizadas justific¨®, a veces socarronamente, su privatizaci¨®n dolosa. Admitamos, sin embargo, que si hubo alguna vez un ejemplo de empresa estatal exitosa fue, precisamente, Petr¨®leos de Venezuela.
Su creaci¨®n fue posible gracias al boom de precios que sigui¨® al embargo a occidente de decretado por los pa¨ªses ¨¢rabes de la OPEP como represalia a su apoyo a Israel durante la Guerra de Yom Kippur, en 1973.
Desde 1976, la empresa brind¨® recursos para el crecimiento y la prosperidad durante un cuarto de siglo hasta el momento mismo en que la m¨¢s soberbia barbarie imaginable dispuso la liquidaci¨®n de su recurso humano con el despido masivo de 20.000 personas.
Gustavo Coronel, cumplidos ya los 90, es decano de los ge¨®logos petroleros venezolanos y tambi¨¦n uno de nuestros mejores ciudadanos. En 1982, Coronel public¨® una historia de la nacionalizaci¨®n petrolera.
All¨ª puede leerse c¨®mo a partir de 1975, ante la declarada decisi¨®n del presidente Carlos Andr¨¦s P¨¦rez de adelantar la nacionalizaci¨®n de los activos de las compa?¨ªas concesionarias, se abri¨® en el pa¨ªs un debate intens¨ªsimo en el que, muy singularmente, la gerencia y los gremios petroleros y la academia tuvieron mucho qu¨¦ decir y gran parte de sus observaciones debieron ser atendidas en la formulaci¨®n final.
Fue aquella una transici¨®n sin estridencia antiimperialista, sin ocupaci¨®n militar de los campamentos ni jubilosas concentraciones de masas ante las refiner¨ªas. El debate parlamentario que precedi¨® a la promulgaci¨®n de las leyes de nacionalizaci¨®n se condujo con urbanidad, el consenso p¨²blico en apoyo a la medida fue abrumador y todas las compa?¨ªas concesionarias fueron indemnizadas con justeza hasta el ¨²ltimo centavo. La ceremonia inaugural de PDVSA fue sobria y republicana.
Todo ello recog¨ªa el desider¨¢tum de la intelligentsia venezolana de la generaci¨®n de R¨®mulo Betancourt desde los a?os 30 del siglo pasado: alcanzar la nacionalizaci¨®n plena del recurso petrolero sin el trauma de una confrontaci¨®n con los Estados Unidos y el Reino Unido.
¡°Yo no sabia nada de petr¨®leo, yo era un abogado especializado en sucesiones. Lo primero que me pregunt¨® R¨®mulo Betancourt cuando lo conoc¨ª, all¨¢ por 1937, fue cu¨¢nto sab¨ªa yo del acuerdo [Dwight] Morrow - [Plutarco El¨ªas] Calles mexicano¡±, recordaba, en 1978, un a?o antes de morir, Juan Pablo P¨¦rez Alfonzo, el llamado padre de la OPEP.
Se refer¨ªa Betancourt a un episodio de la historia del M¨¦xico moderno que condicion¨® la nacionalizaci¨®n petrolera decretada por el general L¨¢zaro C¨¢rdenas en 1938. Ten¨ªa solo 29 a?os, luchaba clandestino contra un Gobierno militar y a¨²n deb¨ªan pasar ocho m¨¢s antes de ser presidente de Venezuela por primera vez.
En cuanto a PDVSA, ya no existe y nada hay que rescatar. A los candidatos de oposici¨®n escandalizados por Mar¨ªa Corina Machado cuadra decirles lo que Betancourt a P¨¦rez Alfonzo en la ocasi¨®n citada: ¡°El petr¨®leo es una vaina seria. Hay que ponerse a estudiar¡±.
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