La fractura de Israel
La pr¨®rroga que ha aceptado Netanyahu en relaci¨®n con la reforma del poder judicial busca ganar tiempo y amortiguar las protestas
Israel ha tenido que asomarse a los enfrentamientos civiles para que Benjamin Netanyahu haya decidido corregir de forma muy parcial su proyecto de debilitar mortalmente la independencia del poder judicial y acercar de facto a la democracia israel¨ª a un r¨¦gimen de tipo iliberal. Solo a ¨²ltima hora del lunes, con cientos de miles de ciudadanos manifest¨¢ndose en las calles, Israel paralizado y el llamamiento de sectores ultraderechistas a enfrentarse f¨ªsicamente a quienes protestaban contra el Gobierno, el primer ministro anunci¨® en un discurso al pa¨ªs que congelaba el proyecto de reforma del poder judicial para evitar ¡°una guerra civil¡±.
El primer ministro del Gobierno m¨¢s ultraderechista y ultranacionalista en la historia del pa¨ªs ha hecho sistem¨¢ticamente o¨ªdos sordos a la oleada de protestas populares y a las cr¨ªticas fundamentadas que advert¨ªan del cambio irreversible que supondr¨ªa sojuzgar el poder judicial al poder pol¨ªtico acabando as¨ª con la divisi¨®n de poderes. El domingo destituy¨® a su propio ministro de Defensa, Yoav Gallant, quien el d¨ªa anterior pidi¨® p¨²blicamente paralizar la reforma advirtiendo de que la situaci¨®n creada pon¨ªa en peligro la misma seguridad del pa¨ªs. Esa fue la chispa que hizo estallar la situaci¨®n y al grito de ¡°verg¨¹enza¡±, decenas de miles de personas salieron espont¨¢neamente a las calles en un clima de tensi¨®n creciente. El presidente Isaac Herzog reiter¨® su petici¨®n de retirada inmediata del proyecto y exigi¨® ¡°responsabilidad¡± al primer ministro. La central sindical Histadrut, la ¨²nica de Israel, convoc¨® de urgencia una huelga general para el lunes mientras el goteo de reservistas que anunciaban su negativa a incorporarse al servicio se hab¨ªa convertido en una riada.
El resultado fue que el lunes Israel vivi¨® una de las jornadas m¨¢s convulsas de su historia pol¨ªtica. Quienes protestaban en las calles segu¨ªan sumando seguidores y el llamamiento a la movilizaci¨®n de los sectores m¨¢s reaccionarios del espectro pol¨ªtico israel¨ª en contra de sus propios compatriotas puso en el horizonte la posibilidad real de llegar a un punto de no retorno. Y ah¨ª s¨ª apareci¨® Netanyahu para hablar de ¡°responsabilidad nacional¡± y abrir una pausa para un ¡°di¨¢logo aut¨¦ntico¡±.
Pero conviene no enga?arse. El actual primer ministro israel¨ª no ha dado marcha atr¨¢s; se ha limitado a ganar tiempo hasta finales de abril para recomponer filas en su coalici¨®n de Gobierno e intentar rebajar la oposici¨®n en la calle. En ese plan no desempe?a un papel menor la resoluci¨®n de sus problemas judiciales personales por corrupci¨®n y abuso de poder. Resultar¨ªa ingenuo pensar que Netanyahu ha comprendido de pronto que tambi¨¦n gobierna para la otra mitad de Israel que ha demostrado que los principios democr¨¢ticos no son negociables y hoy su proyecto es el mayor peligro al que se enfrenta la democracia en Israel.
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