P¨®quer geopol¨ªtico
Xi Jinping no ha mostrado todav¨ªa sus cartas, apegado a la paciencia estrat¨¦gica y al sigilo habituales de su diplomacia
La ofensiva de primavera no llega, pero los jugadores se remueven en sus sillas, incluso muestran alguna carta. Es una timba terrible, enorme, adem¨¢s de sangrienta. Imposible subir m¨¢s las apuestas, que amagan incluso con el arma nuclear. Mucho es lo que se juega, empezando por la independencia y la libertad de Ucrania, e incluso m¨¢s all¨¢. Quiz¨¢s todo: la contenci¨®n de la inflaci¨®n, el orden mundial, el poder de los jugadores¡ Y la paz. Esa paz tan deseada e improbable una vez se han abierto las puertas del infierno.
De ah¨ª que acapare la atenci¨®n de todos. Que incluso las mayores distracciones, como el circo medi¨¢tico trumpista, tengan que ver con esta partida de p¨®quer geopol¨ªtico. A pesar de los encomiables esfuerzos de Joe Biden, con Trump en cabeza como aspirante republicano, Estados Unidos sigue sin ser el socio fiable y previsible que a?oran y necesitan los europeos y del que depende quiz¨¢s la existencia misma de Ucrania.
La paz no puede esperar. Lo sabe el Gobierno de Zelenski. Por primera vez desde que empez¨® la guerra, un portavoz ucranio ha admitido que Crimea es una carta negociable. Lula ha ido m¨¢s lejos, es la baza que hay que entregar. Sus declaraciones coinciden con el viaje de Emmanuel Macron y Ursula von der Leyen a Pek¨ªn, culminaci¨®n del desfile europeo en pos de una intercesi¨®n china en el que tambi¨¦n han participado Olaf Scholz y Pedro S¨¢nchez.
Sol¨ªcito pero impasible, Xi Jinping acaba de acreditarse en tales menesteres entre dos enemigos feroces como Ir¨¢n y Arabia Saud¨ª. Esconder la ambici¨®n y esperar la oportunidad fue el lema de Deng Xiaoping, que presid¨ªa la pol¨ªtica exterior cuando Pek¨ªn todav¨ªa ocultaba los dientes de sus ansias imperiales. Tiene tambi¨¦n un plan de paz, equidistante y ambiguo, pero no ha ense?ado sus cartas, apegado como siempre a la paciencia estrat¨¦gica y a la ocultaci¨®n, especialidades tradicionales de la casa.
?Cu¨¢ndo hablar¨¢ con Zelenski? ?Llegar¨¢ a presionar a Putin? ?Hasta cu¨¢ndo va a seguir esperando? Poco se sabe de las rentas que quiere sacar de la guerra. ?Quiere los galones de mediador en la paz o espera que la suerte de las armas sea propicia para sus intereses? ?Una larga contienda, que divida a los aliados, gracias al regreso trumpista a la escena internacional, y le abra las puertas de par en par a la hegemon¨ªa mundial, o le basta una provechosa derrota de Rusia, subordinada a China y convertida en su bot¨ªn?
En Mosc¨² ya obtuvo de Putin las reverencias propias de un nuevo vasallaje. A no olvidar que Rusia tambi¨¦n sac¨® provecho territorial de los tratados desiguales con los que las potencias europeas colonizaron y humillaron a China en el siglo XIX. Pek¨ªn solo piensa en Taiw¨¢n, pero mantiene vivo el recuerdo de las regiones septentrionales sustra¨ªdas al imperio Qing por los zares moscovitas en su expansi¨®n asi¨¢tica. Cuando un imperio cae, siempre aparecen naciones y crecen otros imperios a su costa.
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