Bolsonaro usa los ataques a las escuelas para crear un clima de guerra civil
Las redes sociales en Brasil, dominadas por el bolsonarismo, se han lanzado en una campa?a de miedo contra las familias con amenazas de nuevos atentados
Quien cre¨ªa que el expresidente Jair Bolsonaro hab¨ªa sido derrotado y salido de escena tras haber perdido las elecciones frente al progresista Lula da Silva se ha equivocado. Es posible que la justicia lo declare inelegible por ocho a?os por un rosario de acusaciones que lleva encima por atentar contra las instituciones del Estado. Pero ni ¨¦l ni el bolsonarismo m¨¢s radical han muerto, ni han sido a¨²n derrotados.
Lo demuestra el hecho que nada m¨¢s volver Bolsonaro de su exilio voluntario de tres meses en Estados Unidos, donde estuvo en contacto con su amigo Donald Trump, se ha desencadenado en las escuelas de todo el pa¨ªs el p¨¢nico frente a los ¨²ltimos ataques sangrientos contra los profesores y alumnos, algunos de ellos muertos a hachazos en la cabeza.
Pocos dudan que este clima repentino de miedo y preocupaci¨®n de millones de padres que se niegan a llevar a sus hijos a las escuelas, sean p¨²blicas o privadas, hacen parte de una estrategia a nivel nacional para sembrar un clima de guerra. No son solo los padres y alumnos, sino tambi¨¦n los profesores quienes se niegan a acudir a las clases o acuden a ellas con pavor.
De repente, las redes sociales, dominadas por el bolsonarismo, se han lanzado en una campa?a de miedo a familias con amenazas de nuevos atentados. Los grandes medios de comunicaci¨®n se han negado a publicar fotos de atacantes, de alumnos y profesores asesinados o heridos para no darles p¨¢bulo a los terroristas.
La respuesta de las redes al boicot de los medios ha sido grosera, inund¨¢ndolos de emojis de excrementos. Pero lo que m¨¢s preocupa es que ya muchos padres y madres de familias se niegan a enviar a sus hijos a las escuelas o ellos mismos tienen miedo de acudir, ya que las redes est¨¢n fomentando a cada momento el clima de miedo.
El mundo pol¨ªtico se ve desconcertado ya que resulta dif¨ªcil, como algunos piden, que las escuelas y guarder¨ªas sean militarizadas, algo imposible dado el n¨²mero ingente de las mismas en un pa¨ªs de 220 millones de habitantes. Y no es f¨¢cil la guerra contra las redes sociales por parte del Gobierno Lula para impedir que sigan dando noticias sobre esa nueva embestida de guerra que crea miedos y ausencias masivas a las escuelas.
El problema es doblemente grave porque empieza a afectar a la salud ps¨ªquica de alumnos y padres por lo que est¨¢n siendo movilizados miles de psic¨®logos, psiquiatras y pedagogos para ayudarles, algo que supone el mejor regalo para Bolsonaro. ?l siempre so?¨® con un pa¨ªs armado hasta los dientes, en clima de guerra civil, contra lo que ¨¦l llama la defensa de los valores pisoteados por el progresismo, como ¡°dios, patria y familia¡±.
Los due?os de las grandes redes sociales se niegan a que se les impida convertirse en tribunas de mentiras y amenazas a los valores democr¨¢ticos bajo la excusa de que no se puede cercenar la libertad de expresi¨®n, ni siquiera cuando se trata de terrorismo, de mentiras o de apoyo a la extrema derecha golpista.
Lula, que se encuentra en China, en un viaje de gran importancia de pol¨ªtica exterior, necesitar¨¢ a su vuelta abordar este problema que azota a todo el pa¨ªs preocupado por el aumento de amenazas terroristas a las escuelas, uno de los puntos ¨¢lgidos de la sensibilidad nacional.
Muchos se preguntaban, antes de la vuelta de Bolsonaro a Brasil, si a su regreso el l¨ªder fascista se quedar¨ªa callado a la espera de responder al rosario de acusaciones que tramitan contra ¨¦l en la justicia o si buscar¨ªa la forma de mantener al pa¨ªs en clima de guerra civil. Ahora ya no hay duda de que pueda o no representarse a las elecciones, seguir¨¢ siendo la mecha siempre preparada para remover los peores instintos generadores de una guerra larvada que siga alimentando a la luz del sol, o en la oscuridad de las alcantarillas, el odio que se entra?a en su ideolog¨ªa golpista.
Se trata de una guerrilla disfrazada de la defensa de los valores de la patria que, al rev¨¦s, acaba envenen¨¢ndola, ya que se le impide levantar el vuelo para volver a la normalidad sofocada durante los cuatro a?os de fascismo con ribetes nazis del Gobierno bolsonarista.
Se trata de un Gobierno derrotado, pero que se resiste a morir y sigue alimentando el rescoldo del odio creando un clima de miedo en lo que existe de m¨¢s sagrado en las familias como lo son sus hijos que acuden a la escuela amordazados por el miedo.
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