Gobierno de clones
Es una tendencia en todas las democracias: independientemente del baile estramb¨®tico de siglas, la izquierda se homogeneiza
Viajas a un pa¨ªs que ha pasado una grave crisis constitucional, donde la recuperaci¨®n pospandemia est¨¢ amenazada por la inflaci¨®n y una guerra en el continente, y que sufre una fuerte desigualdad tanto entre personas como territorios. Y te dicen:
¡ªLa mayor diferencia pol¨ªtica entre los socios del Gobierno es que unos optan por endurecer las condenas de unos delitos mediante la figura jur¨ªdica del agravante y los otros por crear un subtipo penal, aunque sus efectos legales ser¨ªan casi id¨¦nticos en la mayor¨ªa de casos.
?Qu¨¦ pensar¨ªas? Porque que la violencia e intimidaci¨®n constituyan un agravante de las agresiones sexuales (como proponen Podemos, ERC y Bildu) o un subtipo agravado (como quiere el PSOE, siguiendo la legislaci¨®n anterior, pero sin alterar el consentimiento de la ley del s¨®lo s¨ª es s¨ª) es una diferencia min¨²scula en un universo infinito de soluciones legislativas.
En general, cuesta encontrar desacuerdos sustantivos en la izquierda. Las divergencias ¡ªen, por ejemplo, los mecanismos de control de los precios del alquiler o los impuestos a las grandes fortunas¡ª entre la quincena (o m¨¢s) de formaciones de izquierdas en Espa?a son nimias en comparaci¨®n con los abismos que hab¨ªa hace a?os entre las corrientes dentro de un solo partido ¡ªpor ejemplo, entre un Solchaga y un Guerra¡ª. Parad¨®jicamente, cuantos m¨¢s partidos tenemos en la izquierda, menos diferencias hay entre los mismos.
Es una tendencia en todas las democracias: independientemente del baile estramb¨®tico de siglas, la izquierda se homogeneiza. En el arco izquierdo del Parlamento Europeo, hace un tiempo habitaban animales pol¨ªticos variados: m¨¢s o menos europe¨ªstas y m¨¢s o menos liberales en asuntos sociales. Hoy el retrato robot del europarlamentario, y del pol¨ªtico continental de izquierdas se ha estandarizado: es un europe¨ªsta, liberal en lo social e intervencionista en econom¨ªa. Tambi¨¦n en EE UU: los dem¨®cratas, que antes ten¨ªan a esc¨¦pticos de algunos derechos civiles o del Gobierno federal, ahora son m¨¢s compactos.
Las diferencias est¨¢n ahora en la derecha. Con el ascenso de los partidos ultra, proliferan los pactos, de Castilla y Le¨®n a Laponia, entre pol¨ªticos con visiones opuestas del Estado, la religi¨®n, el mercado o la inmigraci¨®n.
Es en la derecha donde habr¨¢ m¨¢s coaliciones Frankenstein. Y, en la izquierda, m¨¢s gobiernos de clones. @VictorLapuente
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