Lecciones de Italia
Giorgia Meloni diluye el significado de la conmemoraci¨®n del aniversario de la liberaci¨®n del fascismo en Italia
El aniversario el pasado 25 de abril de la victoria de la Resistencia italiana contra el fascismo en 1945, con la liberaci¨®n partisana de las ciudades de Mil¨¢n, Tur¨ªn y G¨¦nova, experiment¨® por primera vez un choque de discursos ins¨®lito en la historia de la democracia reciente italiana entre el presidente de la Rep¨²blica y la presidenta del Gobierno. El Ejecutivo liderado por la ultraderechista Giorgia Meloni significa la entronizaci¨®n de una fuerza pol¨ªtica, Hermanos de Italia, que hereda una parte de la memoria sentimental del fascismo derrotado y que no oculta su simpat¨ªa por el movimiento de Mussolini, como no la oculta la segunda autoridad del Estado, Ignazio La Russa, con una actuaci¨®n apenas testimonial en las conmemoraciones oficiales.
Tuvo que ser el presidente de la Rep¨²blica, Sergio Mattarella, quien invocase el aut¨¦ntico significado de aquella fecha de conmemoraci¨®n de la victoria contra el fascismo de los a?os treinta ¡ªpionero en Italia con la marcha a Roma de Mussolini en 1922¡ª frente a la tibieza y el maquillaje ret¨®rico que busc¨® Meloni para disimular su incomodidad con la celebraci¨®n. La publicaci¨®n el mismo d¨ªa 25 en el Corriere della Sera de un art¨ªculo suyo que rechazaba cualquier forma de ¡°nostalgia del fascismo¡± es una estupenda noticia pero solo es una parte de la verdad: prefiri¨® acudir a eufemismos que diluyen el significado de aquella victoria contra el fascismo en l¨ªnea con el revisionismo hist¨®rico reaccionario. Los partisanos, y no los patriotas, fueron quienes lucharon no solo por la libertad, como dijo Meloni, sino por la liberaci¨®n del fascismo: esa fue la Resistencia. Las palabras s¨ª tienen significado, y Meloni eludi¨® las que designan limpiamente lo que sucedi¨® en 1945. Esa discrepancia en los discursos trasciende a la pol¨ªtica interna italiana, porque ata?e a la configuraci¨®n actual de una Europa con movimientos ideol¨®gicos que actualizan una parte del discurso que condujo al triunfo de opciones ultranacionalistas, antidemocr¨¢ticas y antiliberales en la Europa de los a?os treinta y cuarenta.
Las condiciones materiales, ideol¨®gicas y sociales que dieron lugar a la respuesta fascista y totalitaria contra las democracias, sobre todo en Portugal, Italia y Alemania (con rastros difusos en la dictadura de Primo de Rivera de 1923 en Espa?a), no existen en la actual configuraci¨®n internacional: el escarmiento un¨¢nime de la masacre de la Segunda Guerra Mundial ¡ªy el descubrimiento posterior de la maquinaria de aniquilaci¨®n nazi¡ª fueron decisivos para arrasar durante mucho tiempo la tentaci¨®n de ninguna resurrecci¨®n. La historia nunca se repite igual, aunque a veces lo parezca. El movimiento que abandera hoy Meloni tiene un parentesco inequ¨ªvoco con el que abandera Marine Le Pen en Francia o con el que moviliza el voto por Alternativa para Alemania o con el que mueve a la c¨²pula de Vox, inc¨®moda con la exhumaci¨®n de Jos¨¦ Antonio Primo de Rivera y abiertamente hostil a la Ley de Memoria Democr¨¢tica. Ninguna de las tres fuerzas aspira a una rehabilitaci¨®n mec¨¢nica de los valores primarios del fascismo, pero s¨ª han aprendido a reciclar material muy averiado con el nuevo lenguaje del siglo XXI contra la burocracia europea, la inmigraci¨®n invasora y la esterilidad de la negociaci¨®n democr¨¢tica frente a soluciones m¨¢gicas y falsas para problemas reales: es la versi¨®n nacionalpopulista para hoy de un gen que no bebe solo de la nostalgia del pasado sino de su readaptaci¨®n actual.
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