Ventajismo en precampa?a
Ayuso veta al ministro del Gobierno de Espa?a F¨¦lix Bola?os y acapara para el PP la representaci¨®n institucional del Dos de Mayo
La escena vivida ayer en las bambalinas de la tribuna de los actos del Dos de Mayo para conmemorar el D¨ªa de la Comunidad de Madrid expresa de forma muy gr¨¢fica la ausencia de escr¨²pulos institucionales que imponen Isabel D¨ªaz Ayuso y sus asesores a su gesti¨®n pol¨ªtica. El horizonte de la convocatoria electoral del 28 de mayo ha alentado esta vez un paso peligrosamente pr¨®ximo a las pr¨¢cticas del ventajismo pol¨ªtico y patrimonializaci¨®n del d¨ªa de todos los madrile?os, por parte de quienes solo transitoriamente gobiernan las instituciones del Estado: demasiadas veces confunden ese papel provisional con la apropiaci¨®n viciosa del cargo. Eso sucedi¨® ayer cuando el servicio de protocolo de la Comunidad impidi¨® de palabra y hecho el acceso a la tribuna del ministro de la Presidencia del Gobierno de Pedro S¨¢nchez, F¨¦lix Bola?os, para presenciar el desfile c¨ªvico-militar. No se recuerdan precedentes del veto a un ministro del Gobierno de Espa?a en un acto oficial presidido por un presidente auton¨®mico.
Los reproches cruzados entre los servicios de protocolo de la Comunidad y del ministerio instantes antes de empezar el acto acentuaron un poco m¨¢s la verg¨¹enza ajena que suscitaba la escena. La Comunidad alegaba el cumplimiento de la normativa con una representaci¨®n institucional del Gobierno ¡°perfectamente establecida¡± con la ministra de Defensa, Margarita Robles, mientras los servicios de protocolo del ministro Bola?os invocaban el real decreto que regula la precedencia de los cargos del Estado para que figurase tambi¨¦n el ministro de Presidencia (como hab¨ªa sucedido ya en 2018, con la presencia de dos entonces ministras del PP).
Podr¨ªa ser una an¨¦cdota menor si no respondiese esa actuaci¨®n a una estrategia propagand¨ªstica de signo trumpista donde importa poco la respetabilidad de las instituciones democr¨¢ticas ante la posibilidad de ganar un impacto medi¨¢tico mayor. El choque con el Gobierno de Espa?a a trav¨¦s de esta artificial crisis de protocolo trasluce la intenci¨®n de Ayuso de mantener un papel de confrontaci¨®n a escala nacional contra el Ejecutivo de Pedro S¨¢nchez, como hizo ya en las ¨²ltimas elecciones auton¨®micas adelantadas, cuando no estaba todav¨ªa Feij¨®o al frente del PP. En todo caso, lo vivido ayer pulveriza el respeto a los espacios comunes de una democracia, y en particular en actos que no son de partido y ata?en a todos los madrile?os, voten lo que voten, como es el d¨ªa de la Comunidad. La patrimonializaci¨®n partidista figura entre esos comportamientos que convierten a la democracia en escenario de peleas callejeras demasiado parecidas a las broncas nocturnas a las puertas de discotecas con servicio de seguridad.
El resultado final fue el desarrollo de un acto de la Comunidad de Madrid que cont¨® con cinco altos cargos del PP en la tribuna con la presidenta al frente, su vicepresidente, la presidenta de la Asamblea, el alcalde de Madrid y el l¨ªder de la oposici¨®n, N¨²?ez Feij¨®o, a quien el protocolo relega varios puestos detr¨¢s de los ministros. Como quien invita a una celebraci¨®n privada, Ayuso acept¨® la presencia de la ministra de Defensa adem¨¢s del jefe del Estado Mayor de la Defensa. Es un retorcimiento del protocolo a mayor gloria de Ayuso para eludir la neutralidad exigible a las instituciones, con Feij¨®o presente, quien hace unos d¨ªas dec¨ªa a fiscales conservadores, seg¨²n la informaci¨®n desvelada por EL PA?S, que quiere evitar la ocupaci¨®n pol¨ªtica de las instituciones.
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