Viajes subvencionados para j¨®venes con trenes que no existen
Los beneficiarios solo podr¨¢n recorrer una parte del pa¨ªs, casi siempre grandes ciudades, y viajando de d¨ªa por una red de alta velocidad que ha destruido la convencional
Como no parece que vaya a prosperar el alquiler social, y a ver c¨®mo diablos se construyen los bloques de pisos en suelo p¨²blico que prometi¨® el presidente en esta renovada fiebre de gr¨²as desarrollistas, el Gobierno va a mandar de viaje a los j¨®venes (entendiendo la juventud con la horquilla generos¨ªsima que se aplica a estos tiempos adolescentes, hasta los 30 y m¨¢s all¨¢). Emulando a un agente de viajes en ¨¦poca de rebajas, Pedro S¨¢nchez se ha puesto a repartir interrailes por las Europas y por las Espa?as. Salid y conoced mundo, les dice, que el turismo es un gran invento. ?Qui¨¦n quiere un trabajo y un pisito pudiendo dormir cada noche en un pueblo, dejando un amor en cada plaza?
Confirma as¨ª el Gobierno que no se enter¨® de nada cuando aquellos j¨®venes del 15-M se manifestaban en las plazas contra un mercado inmobiliario que les condenaba a seguir viviendo con sus padres o a compartir covachas pagadas a precio de mansi¨®n. No quer¨ªan echarse a los caminos, como los h¨ªpsters de anta?o, los Kerouac y los Ginsberg. Hab¨ªan sustituido la prosa de En la carretera por el cat¨¢logo de Ikea, y los versos de Aullido, por las rimas de Idealista.
Lo triste es que el Gobierno ni siquiera est¨¢ en disposici¨®n de prometer viajes, al menos por Espa?a. Por muchos bonos que regale, los beneficiarios solo podr¨¢n recorrer una parte del pa¨ªs, casi siempre grandes ciudades, y viajando de d¨ªa por una red de alta velocidad que ha destruido la red convencional. Los trenes espa?oles son m¨¢s modernos, m¨¢s r¨¢pidos y m¨¢s puntuales que los italianos, los franceses o los alemanes, pero llegan a muchos menos sitios. Viajar en tren es una buena idea para conocer la Espa?a llena y la llen¨ªsima, pero desaconsejable para la vac¨ªa, que est¨¢ surcada de ra¨ªles herrumbrosos y apeaderos sin servicio donde hay un se?or que se parece a Tolst¨®i a punto de morir o donde para una vez al d¨ªa un convoy di¨¦sel viej¨ªsimo que se arrastra sobre una v¨ªa sin electrificar. Quien quiera emociones desesperantes puede hacer un par de etapas del interra¨ªl espa?ol en el Feve: en algunos tramos, podr¨¢ apearse y caminar junto al tren sin temor a perderlo de vista.
Prometer billetes gratis para trenes que no existen se parece mucho a prometer viviendas asequibles que nadie ha construido ni sabe c¨®mo construir. Mientras tanto, los destinatarios de las promesas siguen sin casa y sin saber a qu¨¦ hora sale el tren a Extremadura.
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