El pene no nos deja ver el bosque
Despreciar la cruzada antimoderna de Vox desde la superioridad es un error. Lo urgente es evidenciar que su avance conlleva ya una regresi¨®n democr¨¢tica
Para descubrir mis aptitudes militares, tomo las medidas necesarias: ¡°Los hombres con penes m¨¢s peque?os suelen ser m¨¢s beligerantes¡±. No logro determinar si no daba la talla para hacer la mili y si la exconcejala de Justicia Social, Feminismo y LGTBI del Ayuntamiento de Palma ten¨ªa raz¨®n cuando hizo esa afirmaci¨®n fundada en la teor¨ªa del ¡°mandato del tama?o¡±. A esa astracanada proferida por una peculiar pol¨ªtica de Podemos que hoy ejerce de coaching emocional respondi¨® un abogado que era columnista y autor del divulgativo Dios nos hizo libres. ¡°Las mujeres son m¨¢s beligerantes porque carecen de pene¡±. Es improbable que Gabriel Le Senne imaginase que tiempo despu¨¦s ser¨ªa elegido presidente del Parlament balear tras el pacto suscrito el pasado d¨ªa 19 entre el PP y su partido: Vox obtuvo el 15,32% de los votos en la circunscripci¨®n de Mallorca.
A la hora de escribir su perfil era inevitable que los periodistas rebuscasen en su historial y se disparasen alertas reputacionales (tomo la expresi¨®n de La biograf¨ªa en comunicaci¨®n pol¨ªtica de Santi Castelo). En las redes el educado Le Senne no hab¨ªa dejado sin tocar ni uno solo de los t¨®picos que el nacionalismo reaccionario usa para impugnar al que estereotipa como ¡°consenso progre¡±. Uno de los problemas de estos art¨ªculos de denuncia es que alimentan nuestra superioridad moral, pero a la vez, al escandalizarnos, perdemos capacidad para comprender lo que est¨¢ pasando y adem¨¢s refuerzan un perfil antisistema que para muchos votantes es cada vez m¨¢s atractivo por su brutalidad. El pene, dicho con otras palabras, no nos deja ver el bosque.
No es un caso excepcional. No son solo manifestaciones de trumpismo ca?¨ª. Estamos ante una ofensiva pol¨ªtica, cultural y econ¨®mica con presencia creciente en administraciones municipales y regionales y que normaliza el nacionalpopulismo en las instituciones. No hay claros en este bosque. Lo oscurece aqu¨ª y all¨ª una cruzada antimoderna que, al impulsarse como reacci¨®n identitaria que interpela a una parte no menor de la ciudadan¨ªa, hace confluir los intereses de clase ¡ªen el ejemplo que nos ocupa, un reducto palmesano, espa?olista y palaciego, la de la tradici¨®n del C¨ªrculo Mallorqu¨ªn historiada por el propio Le Senne¡ª con una agenda econ¨®mica cl¨¢sica ¡ªla de la escuela austr¨ªaca¡ª cuyo fin ha sido y es la impugnaci¨®n ¨¦tica y material del Estado del bienestar. Despreciar esta cruzada desde la superioridad es un error. Lo urgente es evidenciar que su avance conlleva ya una regresi¨®n democr¨¢tica.
En una de las presentaciones de Dios nos hizo libres, publicado por Uni¨®n Editorial y que cont¨® con el apoyo de la Fundaci¨®n Barcel¨®, el autor traz¨® su propia evoluci¨®n. Si el libro pretende sincronizar el catolicismo con el neoliberalismo, Le Senne se refiri¨® a su proceso de catolizaci¨®n ¡ªes miembro del Opus Dei¡ª en paralelo al descubrimiento de la corriente econ¨®mica impulsada desde plataformas como Libertad Digital en plena crisis de 2008. All¨ª encontr¨® las respuestas. Mientras se problematizaban las din¨¢micas de desigualdad provocadas por la financiarizaci¨®n de la econom¨ªa en el contexto de la globalizaci¨®n, que estaban abriendo una crisis en la mec¨¢nica de la democracia que a¨²n no se ha cerrado, la relectura de los cl¨¢sicos austr¨ªacos iba en direcci¨®n contraria al examen de conciencia consensuado. Defend¨ªan que el problema, precisamente, hab¨ªa sido la intervenci¨®n estatal. Le Senne lleg¨® al lugar del libertarismo neoliberal.
De esta concepci¨®n de la econom¨ªa se deriva una interpretaci¨®n alarmante de la historia de Espa?a. Lo escribi¨® en 2020. ¡°Entre el franquismo y la democracia, hemos gozado de unos 80 a?os de cierta paz y tranquilidad. Los primeros cuarenta, mejorando: cada vez m¨¢s libertad y prosperidad. Los segundos, cuesta abajo (y sin frenos). Ahora, la alianza de la izquierda con el separatismo, sumada al caos de la pandemia, parece que terminar¨¢ estamp¨¢ndonos contra un muro (como el de Berl¨ªn)¡±. No importa tanto su idea del franquismo. Lo inquietante es esta redefinici¨®n antimoderna de la noci¨®n de libertad, sin¨®nima de libertad de consumo y que es propia del desarrollismo autoritario. Esto es lo que no quieres que veas.
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