El ¨²ltimo tren de Europa hacia Am¨¦rica Latina y el Caribe
La presidencia espa?ola de la Uni¨®n Europea ofrece la oportunidad para escribir la historia de la pr¨®xima d¨¦cada
Con la presidencia de Espa?a de la UE tenemos seis meses para escribir la historia de la pr¨®xima d¨¦cada. En este tiempo debemos decidir cu¨¢l ser¨¢ la postura entre Europa y Am¨¦rica Latina y el Caribe: hacer o parecer. Es decir, trazar una hoja de ruta ambiciosa que vaya m¨¢s all¨¢ de las declaraciones de intenciones; o mantener una relaci¨®n convencional que, si bien es provechosa, no ha desarrollado todo su potencial.
La buena noticia es que estamos del lado del hacer, ya que Espa?a est¨¢ impulsando fuertemente el relanzamiento de las relaciones entre los dos bloques. Esta coyuntura invita al optimismo, pero existen planteamientos b¨¢sicos que deben abordarse. En primer lugar, es necesario salir de la sin¨¦cdoque latinoamericana y dejar de concebir la parte por el todo. En otras palabras, Europa tiene que entender a Am¨¦rica Latina y el Caribe como un todo diverso y no como alianzas bilaterales con algunos pa¨ªses.
Am¨¦rica Latina es el Amazonas, pero tambi¨¦n es el Dari¨¦n, los arrecifes del Caribe, los acu¨ªferos de la pampa, los p¨¢ramos andinos o los glaciares de la Patagonia. Por eso, las aproximaciones de la UE a la regi¨®n deben ser diferentes, personalizadas y adaptadas a cada uno de los pa¨ªses y de subregiones como el Cono Sur, el eje andino, el Caribe o Mesoam¨¦rica. La naturaleza no tiene l¨ªmites pol¨ªtico-administrativos.
En segundo lugar, es necesario cultivar y visibilizar los valores hist¨®ricos y culturales comunes, la visi¨®n del mundo compartida, con la finalidad de involucrar a todos los pa¨ªses de la UE. M¨¢s all¨¢ de lo comercial, Am¨¦rica Latina y el Caribe es una regi¨®n de paz y de refugio. Durante buena parte del siglo XX, por ejemplo, acogi¨® a ciudadanos de todos los pa¨ªses europeos en ¨¦pocas de crisis, guerras y entre-guerras, y millones de exiliados convirtieron a sus descendientes en latinoamericanos y caribe?os.
En esta coyuntura, actores como CAF -banco de desarrollo de Am¨¦rica Latina y el Caribe-, estamos promoviendo nuevas alianzas para dinamizar las inversiones y el comercio, abordar conjuntamente grandes retos globales como el cambio clim¨¢tico o la transformaci¨®n digital, y poner las soluciones latinoamericanas y caribe?as en la ¨®rbita de los foros de decisi¨®n internacionales.
La Uni¨®n Europea es el bloque que aporta m¨¢s asistencia oficial al desarrollo, y Am¨¦rica Latina y el Caribe es una regi¨®n de soluciones, por ejemplo en temas ambientales, de protecci¨®n de la biodiversidad o de seguridad alimentaria, por lo que necesitamos potenciar y concretar estas sinergias.
Tenemos una hoja de ruta bien estructurada. La primera parada ser¨¢ el 17 de julio en la Cumbre Empresarial de Jefes de Estado en Bruselas, organizada por CAF, BID y la Comisi¨®n Europea, que reunir¨¢ a l¨ªderes pol¨ªticos, directores ejecutivos de empresas, directores de instituciones financieras de desarrollo y asociaciones industriales para revisar los aspectos clave de la Agenda de Inversi¨®n del Global Gateway.
La segunda parada ser¨¢ el primer encuentro de ministros de Finanzas de la UE y Am¨¦rica Latina y el Caribe, el 15 de septiembre en Santiago de Compostela, que reunir¨¢ a los 33 ministros latinoamericanos y caribe?os y a los 27 de la UE para acelerar una agenda de inversiones para apalancar recursos que apoyen la Agenda 2030. Este encuentro hist¨®rico, organizado por CAF y el Gobierno de Espa?a, incentivar¨¢ nuevas inversiones para acelerar la transici¨®n verde, la transformaci¨®n digital y el desarrollo humano.
El impulso a la alianza UE-Am¨¦rica Latina y el Caribe deber¨¢ ayudarnos a superar algunas de las brechas socioecon¨®micas de la regi¨®n. Por ejemplo, actualmente todav¨ªa hay 200 millones de latinoamericanos en situaci¨®n de pobreza, las mujeres ocupan solo el 15% de los cargos directivos y el 50% m¨¢s pobre solo acumula el 1% de la riqueza.
Estamos ante el ¨²ltimo tren de Europa a Am¨¦rica Latina y el Caribe. Un tren cargado de potencial, de ilusiones y de promesas de progreso para ambos bloques, que europeos y latinoamericanos no deber¨ªan dejar escapar.
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