Capital privado para combatir el cambio clim¨¢tico
Am¨¦rica Latina y el Caribe ofrecen importantes ventajas comparativas para las inversiones en energ¨ªas renovables como la geot¨¦rmica, la e¨®lica, la solar, o la hidroel¨¦ctrica. Orientar a las empresas europeas en esa direcci¨®n ser¨¢ decisivo
¡°De todas las reuniones en las que particip¨¦ con la Uni¨®n Europea, esta ha sido la m¨¢s exitosa¡±. El presidente brasile?o Luiz In¨¢cio Lula da Silva resumi¨® en pocas palabras el sentir general al t¨¦rmino de la cumbre entre la UE y la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribe?os), la primera desde 2015. Porque, aunque no haya estado exento de desacuerdos ¡ªcomo en cualquier gran familia¡ª, el reencuentro ha sido mucho m¨¢s c¨¢lido y fruct¨ªfero de lo esperado. La Uni¨®n Europea se ha comprometido a invertir 45.000 millones de euros hasta 2027 en Am¨¦rica Latina y el Caribe, y ambas partes se muestran m¨¢s optimistas ante la perspectiva de concluir acuerdos de libre comercio pendientes desde hace a?os.
Un ¨¦xito, pues. Pero en realidad, a ambos lados del Atl¨¢ntico, sabemos que no nos queda otra opci¨®n. Esta imperiosa necesidad de pasar a la acci¨®n de forma urgente y colectiva tiene un nombre: cambio clim¨¢tico. Urgente, porque no podemos perder m¨¢s tiempo. Ya tenemos suficiente an¨¢lisis y evidencia de lo que supone la crisis clim¨¢tica y de su impacto, especialmente para los m¨¢s vulnerables. El planeta acaba de tener la semana m¨¢s calurosa jam¨¢s registrada. Mientras que Europa hace frente a veranos t¨®rridos, sequ¨ªas e incendios, los cient¨ªficos advierten que la Amazon¨ªa est¨¢ en peligro de convertirse en una sabana, con consecuencias dram¨¢ticas para todo el planeta. Seg¨²n el Banco Mundial, en Am¨¦rica Latina y el Caribe los desastres clim¨¢ticos provocaron una p¨¦rdida promedio de 1,7% del PIB anual durante las ¨²ltimas dos d¨¦cadas. Y, lamentablemente, lo peor est¨¢ por venir.
El impacto es especialmente devastador en las econom¨ªas del Caribe: ocho pa¨ªses figuran entre los 20 con mayores p¨¦rdidas econ¨®micas y cinco de ellos en t¨¦rminos de muertes per c¨¢pita. Los desastres clim¨¢ticos podr¨ªan empujar a la pobreza extrema a entre 2,4 y 5,8 millones de personas de aqu¨ª a 2030. No es casualidad que haya sido Mia Mottley, primera ministra de Barbados, quien diera el grito de alarma en noviembre de 2021. Su intervenci¨®n suscit¨® un debate ¡ªmuy oportuno y necesario¡ª sobre c¨®mo financiar las inversiones que se necesitan para enfrentar los efectos del cambio clim¨¢tico, lo cual es absolutamente imposible si no es mediante una acci¨®n colectiva. Porque la naturaleza global de esta crisis requiere actuaciones multilaterales, y porque la magnitud de las inversiones requeridas resulta imposible de financiar sino es mediante la movilizaci¨®n de capital privado.
Si tomamos como ejemplo la infraestructura b¨¢sica, se calcula que las graves deficiencias en materia de agua y saneamiento, energ¨ªa, transporte y telecomunicaciones son responsables, cada a?o, de la reducci¨®n de un punto porcentual del crecimiento econ¨®mico. Para cerrar las brechas existentes, se requiere invertir m¨¢s de un 3,1% del PIB de la regi¨®n. Un esfuerzo que los gobiernos por s¨ª solos no pueden realizar y que podr¨ªa acelerarse considerablemente con la intervenci¨®n del sector privado.
Am¨¦rica Latina y el Caribe ofrecen importantes ventajas comparativas para las inversiones en energ¨ªas renovables como la geot¨¦rmica, la e¨®lica, la solar, o la hidroel¨¦ctrica. Tambi¨¦n tiene un fuerte potencial para la producci¨®n del llamado ¡°hidr¨®geno verde¡±, una industria clave para descarbonizar la producci¨®n de metal, cemento, cer¨¢mica y qu¨ªmicos. Chile, por ejemplo, podr¨ªa producir 160 millones de toneladas de hidr¨®geno verde al a?o, posicion¨¢ndose como uno de los pa¨ªses m¨¢s competitivos en esta fuente de energ¨ªa limpia.
Orientar las inversiones de las empresas europeas en esta direcci¨®n ser¨¢ decisivo. De hecho, ¨¦sta es una de las principales l¨ªneas de acci¨®n de la Corporaci¨®n Financiera Internacional, el brazo del Banco Mundial que apoya las inversiones para el desarrollo del sector privado. Tenemos la oportunidad ¡ª?y el imperativo!¡ª de fomentar inversiones con mecanismos de financiaci¨®n centradas en la sostenibilidad medioambiental y la preservaci¨®n de los recursos naturales, como por ejemplo la emisi¨®n de bonos verdes. Por eso es importante que, tanto en la UE como en la Celac, se adopten criterios rigurosos ¨C las llamadas ¡°taxonom¨ªas verdes¡± - para evitar la tentaci¨®n del blanqueo verde o ¡°greenwashing¡±.
Pero no solo se trata de movilizar capital nuevo. Tambi¨¦n es necesario cambiar parte de la asignaci¨®n de recursos p¨²blicos. Tomemos como ejemplo los subsidios. De acuerdo con un reciente informe del Banco Mundial , los subsidios para el consumo de combustibles f¨®siles, agricultura o pesca no sostenible, exceden los siete billones de d¨®lares al a?o, equivalente a un 8% del PIB mundial. Resulta parad¨®jico que tres cuartas partes de todos los subsidios que se conceden en el mundo relacionados con el sector energ¨¦tico se dediquen a combustibles f¨®siles, en lugar de a facilitar la transici¨®n a fuentes de energ¨ªa limpia.
Ello no solo supone una p¨¦sima asignaci¨®n de recursos p¨²blicos, sino que impide usar esos recursos para acelerar el cambio a modos de producci¨®n m¨¢s sostenibles, generando los incentivos adecuados. Todo ello, sin mencionar el car¨¢cter altamente regresivo que estos subsidios generan, beneficiando m¨¢s a los que m¨¢s consumen en lugar de a los m¨¢s vulnerables. Es menester recordar que en Am¨¦rica Latina el 32% de la poblaci¨®n vive por debajo del umbral de la pobreza, y el 13% se encuentra en situaci¨®n de pobreza extrema.
La Uni¨®n Europea represent¨® una tercera parte de toda la inversi¨®n directa extranjera en la regi¨®n en 2021. De cara a la COP30 que se celebrar¨¢ en Brasil en 2025 en la Amazon¨ªa, podemos ahora hacer mucho m¨¢s y trazar un camino ambicioso por el que las dos regiones caminen hombro con hombro, y de forma urgente, para construir sociedades m¨¢s resilientes e inclusivas, y luchar contra la gran crisis clim¨¢tica en la que nos encontramos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.